tag:blogger.com,1999:blog-85427511874868405942024-03-19T04:05:28.293+01:00Giro de guionÓscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.comBlogger257125tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-71362398673995640902020-02-04T21:31:00.000+01:002020-02-25T14:48:09.251+01:00El ten con ten de «SKAM España»<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEikLTkSk0RxbISTqdjol1tdeEVttMut30akquaKzcH71fIk6BtREqHVwQl1Ho27yNlSyCRH2t7MnxBRw4UkgWyv4C35AxuD61PkEa0r1TQxQCd4BvilewYgo52BGtelZEmfuGSDASh-0/s1600/Captura+de+pantalla+%2528616%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1366" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEikLTkSk0RxbISTqdjol1tdeEVttMut30akquaKzcH71fIk6BtREqHVwQl1Ho27yNlSyCRH2t7MnxBRw4UkgWyv4C35AxuD61PkEa0r1TQxQCd4BvilewYgo52BGtelZEmfuGSDASh-0/s640/Captura+de+pantalla+%2528616%2529.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;">Viri (Celia Monedero), durante una dramática escena de la tercera temporada de «SKAM España» | Movistar+</span></td></tr>
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La existencia de «SKAM España», de Movistar+, responde a una necesidad y a un éxito.<br />
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¿La necesidad? De atraer a un público joven –como el que ve <i>cachitos</i> sueltos de «La resistencia» en redes sociales– que multiplique las visitas en <i>YouTube</i> y, por qué no, acabe pagando en un futuro cercano <i>Movistar Lite</i>; o básicamente de crear marca. Siempre pensé que «SKAM España» tenía más sentido por su vertiente didáctica en una plataforma como <a href="http://www.rtve.es/playz/" target="_blank">Playz</a>, de Radio Televisión Española, pero que Movistar+ apueste por un producto transmedia como este (*), dejan claras sus intenciones desde su lanzamiento en 2015/16.</div>
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(*)Cada capítulo se divide en múltiples <i>clips</i> que <a href="http://skamespana.movistarplus.es/temporada/3/" target="_blank">van emitiéndose en <i>YouTube</i></a> a lo largo de la semana a tiempo «real». Los breves vídeos se alternan con capturas de pantalla de conversaciones de <i>WhatsApp </i>y contenido de <i>Instagram</i>/<i>YouTube</i> subido por sus personajes ficticios. Cada uno elige qué «SKAM España» ve, pues también existe la modalidad de ver el episodio completo, del tirón, cada domingo en Movistar+. Esto último tiene truco durante la actual emisión de la tercera temporada: las escenas en solitario de Viri sólo pueden verse si estás abonado a la plataforma.</div>
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¿El éxito? Como <i>remake</i> bien meditado, responde a la fama –sin exageraciones– mundial que se granjeó la serie original noruega entre 2015 y 2017; especialmente su tercera temporada, protagonizada por el chaval homosexual del grupo de adolescentes y seguramente el primer contacto para muchos espectadores que, una vez finiquitada la historia de Isak (<b>Tarjei Sandvik Moe</b>), sintieron curiosidad por ver qué había pasado en las dos temporadas anteriores y qué pasaría en la siguiente. </div>
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Aquí ha pasado más o menos lo mismo: tras una primera temporada centrada en Eva (<b>Alba Planas</b>), el personaje menos interesante de la saga pero perfecto para introducirnos en este universo adolescente, sus <i>traductores</i> decidieron darle un mesurado <i>meneo</i> a la adaptación española: cederle el protagonismo a un personaje <i>muy</i> secundario de la serie-madre como Cris (interpretada aquí por una <b>Irene Ferreiro</b> que se come la pantalla y al resto de sus compañeros) y –doble pirueta– traspasarle a ella parte del arco argumental del famoso Isak noruego. Fue un paso más allá de lo que estaba haciendo «Skam Italia», que invirtió el orden de emisión de las temporadas 2 y 3. Desconozco cómo y por qué aquí se tomó tal decisión, pero la ficción televisiva española («Física o química», «Al salir de clase», «Élite»...) ya había dado protagonismo a adolescentes <i>gays</i>, por lo que hacer un corta y pega de la historia de Isak no parecía muy revolucionario en 2019.</div>
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Para los seguidores de la original puede que la historia perdiese gancho, pues intuíamos qué escondía Joana (<b>Tamara Ronchese</b>), el interés amoroso de Cris, y preveíamos el drama<i> parejil </i>que se iba a montar, pero el desparpajo y fuerza de la protagonista y su nada forzada salida del armario como bisexual aumentaron la visibilidad y los titulares de la producción de Movistar+ y Zeppelin. En mi caso, tras ver su primer episodio <a href="https://www.abc.es/play/series/noticias/abci-skam-espana-secreta-edad-pavo-movistar-201809100111_noticia.html" target="_blank">por motivos profesionales</a>, no seguí la historia de Eva, pero <a href="https://www.youtube.com/watch?time_continue=13&v=1TqmzqtDM_Q&feature=emb_title" target="_blank">el <i>teaser</i> de la segunda temporada</a> me hizo regresar. Estoy convencido de que muchas adolescentes y jóvenes no heterosexuales le dieron una oportunidad a la serie por semejante motivo.</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmaSExkT9c_2-QugRtRB_e8bh15gBH8mMKh63Afhb5qXAIS61Nikz3vYLjsQURnIZL-WEUis2Y0WSLM4_tSiry_ZXxzyXphK0DfrSvIlSL9mE8gPaeZt97U87O40CyAcnX1HShXwD2fnE/s1600/Captura+de+pantalla+%2528613%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1366" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmaSExkT9c_2-QugRtRB_e8bh15gBH8mMKh63Afhb5qXAIS61Nikz3vYLjsQURnIZL-WEUis2Y0WSLM4_tSiry_ZXxzyXphK0DfrSvIlSL9mE8gPaeZt97U87O40CyAcnX1HShXwD2fnE/s640/Captura+de+pantalla+%2528613%2529.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;">Tráiler de la segunda temporada de «SKAM España» en el que se confirmaba quién era su nueva protagonista y cuál iba a ser su dilema | Movistar+</span></td></tr>
</tbody></table>
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Y ahora, medio año después, «SKAM España» ha regresado con una tercera temporada que me generaba dudas (<i>uf</i>, Nora), pero que, de momento, no se está perdiendo en la traducción. Las temporadas 3 y 4 de la «SKAM» noruega son tan, tan buenas que incluí la serie entre las mejores de la década <a href="https://www.abc.es/play/series/noticias/abci-estas-sido-mejores-series-decada-o-creemos-202001050029_noticia.html" target="_blank">para <i>ABC</i></a>, pero su segunda parte, protagonizada por <i>su</i> Noora (<b>Josefine Frida Pettersen</b>), fue un bache del que la ficción logró reponerse al desplazarse a los márgenes donde vivían Isak y Sana (<b>Iman Meskini</b>): orientación sexual, religión, inmigración...</div>
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Tras un primer año más que correcto (al fin y al cabo, la televisión pública noruega había estado contado la historia de una chica que llegaba a la conclusión de que, para realizarse como persona, tenía que cortar con su <i>noviete</i>), la serie aumentó exageradamente el número de <i>clips</i> por semana (había episodios que duraban más de una hora) y se metió en el barro hasta el fondo al idealizar y criticar simultáneamente la tóxica historia de amor entre la feminista Noora y el <i>machito </i>William (<b>Thomas Hayes</b>). No fue lo peor: la posterior trama de pornovenganza y sextorsión parecía sacada de otra serie completamente diferente. Aún así, el pasaje de Noora fue también el de la pizpireta Vilde (<b>Ulrikke Falch</b>), enamorada también de William, y la amistad entre las dos chicas. </div>
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La versión española también parece estar interesada en las contradicciones de Nora como adolescente feminista, pero nuevamente sus responsables han introducido algunas variaciones –unas, ligeras; otras, drásticas– para no hacer una mera calcomanía. Empecemos por lo más evidente: el verdadero coprotagonismo de Viri (*), dos personajes inéditos como la hermana de Nora y su amigo Miquel, y la reducida presencia de Alejandro (<i>nuestro</i> William). Si en la versión noruega, la relación de Noora y Vilde se veía afectada por la competencia, ya no sólo por William, si no por ver quién era más atractiva (**), a la española parece importarle más la diferencia de clases entre ambas. Para escena, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=V-vInQ6M8t0&feature=emb_title" target="_blank">un botón</a>.</div>
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(*) La Vilde noruega sólo tuvo un minuto de gloria en el episodio final. Aquí se le ha dado un padre en paro y una madre que trabaja todo el día limpiando para llegar a final de mes. Se entiende que esta temporada 3 sea de Nora y Viri, pues ambas tienen que asumir responsabilidades más propias de adultos: Nora, como cuidadora de su hermana mayor; y Viri, como promotora en un supermercado para <i>meter </i>dinero en casa.<br />
(**) La serie sugirió de manera poco sutil y en varias ocasiones a lo largo de sus cuatro temporadas que Vilde sufría –y acabó superando– un trastorno alimenticio. En cierto modo, su enfermedad se convirtió en un tema tabú del que sus personajes no hablaban pero sí eran conscientes.</div>
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Lo interesante de esta adaptación es ver cómo van encajando la biblia noruega de «SKAM» con las singularidades españolas; de ahí que un personaje como Nora, de clase media-alta, y Viri, de clase media-baja, vayan al mismo instituto público. Su moderada riña por Alejandro parece ser cosa del pasado; para justificar su presencia, los guionistas españoles han hecho que el <i>fuckboy</i> repita Segundo de Bachillerato y así no forzar su brevísimo romance, <i>fuera de cámaras</i>, con Nora durante el primer trimestre.<br />
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-uhN5epsdbOYr9kI5DycTkt4F8QeE87-jFdeHFdtoVNLrjJK7tyHvVrEvui0qB3PoAGn6wsIIkcwOaA0M5UTeAPcTDa6cFcXkiXd5avWtscBXCmppmKK55yuLtXxekAKyjLxxiJS5Zak/s1600/skam-espana-3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="1600" height="238" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-uhN5epsdbOYr9kI5DycTkt4F8QeE87-jFdeHFdtoVNLrjJK7tyHvVrEvui0qB3PoAGn6wsIIkcwOaA0M5UTeAPcTDa6cFcXkiXd5avWtscBXCmppmKK55yuLtXxekAKyjLxxiJS5Zak/s640/skam-espana-3.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;">Miquel (izq.), el estudiante de Periodismo por el que se cuela Nora (dcha.), junto a su hermana mayor en una fiesta | Movistar+</span></td></tr>
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Ahí radica otra diferencia clave: la adaptación española ha aprovechado su parón veraniego-otoñal para, en su regreso en enero, meternos de lleno en la dinámica turbulenta de Nora y un dubitativo Alejandro que, además, se encuentra solo después de que sus amigos se hayan ido a la universidad. Para sorpresa o alivio de algunos, Nora y Alejando rompen en el primer episodio. Y en esta resta, se suma Miquel, <i>intensito </i>estudiante de Periodismo y amigo de la hermana mayor de Nora por el que la protagonista había bebido los vientos de niña.<br />
<br />
Después de haber visto los primeros cuatro capítulos, se intuye que Miquel hará las veces del William noruego. Tanto Miquel como la hermana de Nora sirven además como vehículo para explicar la personalidad de la adolescente –feminista, reticente a perder la virginidad, reacia al alcohol– y quizás vayan a estar involucrados en la posible trama de pornovenganza/sextorsión (*).</div>
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(*) En la versión original, era el hermano de William quien le mandaba fotos a Noora de ella desnuda para hacerle creer que se habían acostado. Ella había estado casi inconsciente, por lo que creyó que la había violado. Sí, <i>muy</i> turbio.<br />
<br />
Queda más de la mitad de la temporada por emitir, pero sus guionistas ya han soltado alguna migaja sobre la cuarta parte, ya confirmada, y protagonizada seguramente por Amira (<b>Hajar Brown</b>), <i>nuestra</i> Sana. En el 3x04, durante una conversación con sus amigas, cuenta lo ocupada que está con una asociación del barrio de jóvenes musulmanes. Está por ver si la adaptación española sigue la estela de la francesa, «Skam France», la primera versión en realizar una quinta temporada, protagonizada además por un personaje masculino inédito. Se supone que la alemana, «Druck», también sobrepasará dicha marca de la casa.<br />
<br />
Y, ojo, que no todos las traducciones han funcionado; ejemplo de ello es «Skam Austin», la versión estadounidense desarrollada por <i>Facebook Watch</i> y la creadora de la original, <b>Julie Andem</b>. Su segunda temporada empezó a emitirse hace casi un año y las críticas fueron bastante tibias. Incluso <i>The New York Times</i> llegó a preguntarse en 2016 si <a href="https://www.nytimes.com/2016/12/09/arts/television/will-skam-a-norwegian-hit-translate.html" target="_blank">este éxito noruego era traducible</a>. En España, sí.</div>
Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-15619492347846931552020-01-21T12:05:00.004+01:002020-01-21T12:05:59.485+01:00Fotogramas que molan (VIII)<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEju_5y9dyLv25_lGm6oSu28yeyaysyCuIbi48COcE7R0sLfXV6i89I_9NXE545BB6MjLVaHTOqb9B3M6EUFluWYDJKB38afz2QXajX_BwZAvqrBdxOSuhnyC_u8KXgFxBERqLkHmA3lLFs/s1600/Captura+de+pantalla+%2528596%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1366" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEju_5y9dyLv25_lGm6oSu28yeyaysyCuIbi48COcE7R0sLfXV6i89I_9NXE545BB6MjLVaHTOqb9B3M6EUFluWYDJKB38afz2QXajX_BwZAvqrBdxOSuhnyC_u8KXgFxBERqLkHmA3lLFs/s640/Captura+de+pantalla+%2528596%2529.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;">«La doncella» (Park Chan-wook, 2016)</span></td></tr>
</tbody></table>
<br />Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-58995839578917824332020-01-18T18:56:00.003+01:002020-01-24T12:22:36.175+01:00«Néboa», otro thriller español competente que se aleja de «Madriz»<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAlqa-u0de_NrMlRVLwjckL9QoH7LW68Ryd9oTtb-Uc_33InnxNA9MV9xeZGU5v0Traq1VZJ4ZAk7dVkeGycmDTq0AUBlyvd7quhXoVnQNb3xATrwgRaAOMxJVyGJBiuTkVrLWw-SKfIo/s1600/neboa-emma-suarez-nancho-novo.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="910" data-original-width="1600" height="362" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAlqa-u0de_NrMlRVLwjckL9QoH7LW68Ryd9oTtb-Uc_33InnxNA9MV9xeZGU5v0Traq1VZJ4ZAk7dVkeGycmDTq0AUBlyvd7quhXoVnQNb3xATrwgRaAOMxJVyGJBiuTkVrLWw-SKfIo/s640/neboa-emma-suarez-nancho-novo.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;">Curiosa manera de presentar al Teniente Ferro (Nancho Novo); primero de frente para después dar la espalda al espectador y recibir a la teniente Mónica Ortíz (Emma Suárez) y su hija (Alba Galocha) | Capturas de pantalla: RTVE.es</span></td></tr>
</tbody></table>
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<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"><br />Más que un reencuentro (*), <b>Nancho Novo</b> y <b>Emma Suárez</b> protagonizan un desencuentro entre tenientes de la Guardia Civil en el primer episodio de </span>«Néboa», la nueva serie de La 1 de Televisión Española. Estrenada el pasado miércoles 15 de enero, la producción continúa el gusto de la ficción nacional por el <i>whoduni</i><i>t</i> y el <i>thriller</i> después de que en 2019 la corporación pública estrenara con éxito, de público, «La caza» (**) y, de crítica, «Malaka». Entremedias estuvo la vitoreada, por clásica y honesta, «Hierro» (Movistar+), con una tremenda <b>Candela Peña </b>como una jueza<i> goda</i> que, en su destierro profesional, recala en la isla canaria el mismo día que aparece el cadáver de un chaval. Da la sensación de que el factor misterio es lo que hace que los espectadores españoles vuelvan cada semana a la televisión generalista.</span><br />
<span style="text-align: left;"><br /></span>
<span style="background-color: #fff2cc;"><span style="text-align: left;">(*) Ambos protagonizaron hace más de 25 años «La ardilla roja» (Julio Medem, 1993), </span><a href="https://www.filmin.es/blog/las-67-pelis-que-debes-ver-antes-de-morir-segun-kubrick" style="text-align: left;" target="_blank">una de las películas favoritas de Stanley Kubrick</a><span style="text-align: left;">. También coincidieron en la siguiente película del cineasta vasco, «Tierra» (1996).</span></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="background-color: #fff2cc;">(**) Bautizada como «Monteperdido», pues su notable rendimiento en audiencias, por encima de los ahora inusuales dos millones de espectadjeó la renovación. La segunda parte se llamará «Tramuntana» (o sea, transcurrirá en Mallorca) y repescará a su pareja de investigadores.</span></div>
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A tenor del primer episodio, «Néboa» se asemeja tanto a «Malaka» como a «Hierro», dos de los títulos españoles más estimulantes del año pasado junto a la desmadrada «Señoras del (h)AMPA» (Telecinco) y la <i>medemiana </i>«El embarcadero» (Movistar+); todas ellas, por cierto, con mayor o menor pizca de <i>thriller</i>.</div>
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La nueva serie de La 1 recuerda a «Malaka» por salirse ligeramente del molde del género protagonizado por policías que investigan la desaparición y/o muerte de una joven; si en aquella, los primeros episodios se detenían en desarrollar los demonios internos de su trío de policías (el alcoholismo, la familia..., la corrupción individual) y los externos de la ciudad de Málaga (la pobreza, la droga..., la corrupción colectiva), aquí importa el calado mitológico de esta Galicia carnavalesca y supersticiosa con un asesino sacado del folclore que ha matado en varias ocasiones durante el último siglo. «No buscamos una leyenda. Buscamos una persona», sentencia la teniente Mónica Ortíz (Emma Suárez).</div>
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Con «Hierro», la comparación es más evidente al situar la acción en una isla, clave para encerrar a los personajes, acelerar los <i>dimes y diretes</i> entre ellos y así incrementar aún más la tensión; ejemplo de ello es la fallida huida del principal sospechoso en el primer capítulo de «Néboa». Ambas cuentan además con protagonistas mujeres, con sus rifirrafes iniciales con los personajes masculinos del cuerpo policial (la Teniente Ortiz rechaza de manera cortés pero tajante la ayuda del Teniente Ferro de llevarle el equipaje durante su primer encuentro), y son ajenas e incluso reacias a la idiosincrasia del lugar donde se ha cometido el crimen; en «Malaka», a medida que avanzó la temporada, el protagonismo sí fue repartiéndose entre <b>Maggie Civantos</b>, <b>Salva Reina</b> y <b>Vicente Romero</b>. Y, ella, aunque venía de <i>Madrí</i>, era malagueña. Y si «Hierro» le devolvía su acento a estupendas actrices canarias como <b>Mónica López </b>y <b>Antonia San Juan</b>, en «Néboa» nos reencontramos con intérpretes gallegos como <b>Isabel Naveira</b> y<b> Antonio Durán 'Morris'</b>, los <i>charlines </i>de «Fariña».<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgl0yC3T9D8ORZ85mQfcZper0TjgE-GiSnhgDazBBe6sPPXnKi_AaeemsQSj8MqXxUEGNEhXQUw8Su07nFyWHRvtxDibQuZpzaJUWOuYXbfhDV1yt-cPtvg8J6Db3cQ1ctPd_QI1-Jb6YM/s1600/neboa-creditos-iniciales.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="910" data-original-width="1600" height="362" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgl0yC3T9D8ORZ85mQfcZper0TjgE-GiSnhgDazBBe6sPPXnKi_AaeemsQSj8MqXxUEGNEhXQUw8Su07nFyWHRvtxDibQuZpzaJUWOuYXbfhDV1yt-cPtvg8J6Db3cQ1ctPd_QI1-Jb6YM/s640/neboa-creditos-iniciales.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;">Los siniestros créditos de «Néboa»<i> </i>muestran la creación de la máscara del «Urco», el animal mitológico relacionado con los asesinatos de la isla gallega donde transcurre la ficción | Capturas de pantalla: RTVE.es</span></td></tr>
</tbody></table>
</div>
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«Néboa» transita lugares comunes del género como la radiografía de una sociedad –en esta ficticia isla manda el empresario que da de comer a casi todos sus vecinos–, la visita de rigor a la habitación de la asesinada o la existencia de varios sospechosos <span style="color: #222222; font-family: "arial" , sans-serif;">–</span>está por ver si mareará mucho la perdiz o revelará sus cartas antes del último minuto–, pero su mayor aportación es el elemento sobrenatural y de ligerísimo terror (*) a partir de un escenario lúgubre, más propio de los <i>noir </i>escandinavos como «The Killing» que de las soleadas y sureñas «Malaka», «Hierro» y «Mar de plástico».<br />
<br />
<span style="background-color: #fff2cc;">(*)Recuerda a «Punta Escarlata», aquella serie de Cuatro, producida por Globomedia, cuyos nueve episodios acabaron estrenándose en Telecinco <i><a href="https://www.espinof.com/series-de-ficcion/punta-escarlata-cuando-el-enemigo-esta-en-tu-propia-casa" target="_blank">tarde y mal</a></i>.</span><br />
<br />
El giro de guion con el que cierra la hora de presentación (los créditos iniciales lo aventuraban) es otro lugar común del género (una primera muerte suele derivar en una segunda...tarde o temprano), pero es una declaración de crueles intenciones y presagia una carrera a contrarreloj por encontrar al culpable en los siguientes siete capítulos, como aquella cuenta hacia atrás (*) de «Sé quién eres» (Telecinco), otro <i>whoduni</i><i>t</i> español reciente que retorció de manera entretenidísima la premisa de “chica joven desaparecida” y entendía que sin arrolladores personajes no había misterio que se sostuviese durante tantos episodios de casi 70 minutos cada uno.</div>
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<br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: inherit;">(*)Bueno, más bien hacia <i>adelante</i>. Cada entrega mostraba en pantalla cuántos días llevaba desaparecida Ana Saura e incluso había un reloj digital en la comisaría que llevaba la cuenta.</span><br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Un último apunte: esta semana también se ha estrenado en Antena 3 otro <i>thriller</i>, «Perdida» (apenas 45 minutos duró), cuya premisa también está relacionada con la desaparición de una niña..., <a href="https://www.elmundo.es/blogs/elmundo/asesinoenserie/2020/01/23/no-es-otra-nina-perdida.html" target="_blank">pero el asunto tiene miga</a>... <b>Daniel Grao</b> es el ambiguo protagonista y la <i>robaescenas </i>es<i> </i><b>Adriana Paz</b>, uno de los pocos pros de aquella tercera temporada de «Vis a vis».</div>
Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-1501110556583526622019-12-17T13:43:00.002+01:002020-01-21T12:06:26.837+01:00Fotogramas que molan (VII)<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgR3ATRK_QZScVTuLxMqdqsuirmKfH6xAI5BjysxwFnCzPgIbdg8tbfQZXh_GsVV1HVmYso1Thvri-JaR7gHlVwRHJ2Dw2eucczjg269axvmVY6LReFZI-utQncPW-hSZBmpHNrZMpUZQM/s1600/Captura+de+pantalla+%2528561%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1366" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgR3ATRK_QZScVTuLxMqdqsuirmKfH6xAI5BjysxwFnCzPgIbdg8tbfQZXh_GsVV1HVmYso1Thvri-JaR7gHlVwRHJ2Dw2eucczjg269axvmVY6LReFZI-utQncPW-hSZBmpHNrZMpUZQM/s640/Captura+de+pantalla+%2528561%2529.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Geraldine Chaplin «hace» borrón y cuenta nueva, y vuelve a la casa de los líos de «Ana y los lobos»</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: center;">
<i>Mamá cumple cien años</i> (<b>Carlos Saura</b>, 1979)</div>
Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-35479059848559017232019-05-01T12:48:00.001+02:002019-05-01T12:48:12.524+02:00Fotogramas que molan (VI)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMgVfjvDSjaxk5zEsRmVL-tPMDFfp6x4K16ZKdv0w6QgR3vyUg8DrM6sL8qxlHcmRy5ZgwuU55I8aZZVbcfUi5AVWBJ-UmsPcY02UVqr7PbvDRJCB4FHnF4uIPhYOV_TkC-F-e3SiyffA/s1600/Captura+de+pantalla+%252814844%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1366" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMgVfjvDSjaxk5zEsRmVL-tPMDFfp6x4K16ZKdv0w6QgR3vyUg8DrM6sL8qxlHcmRy5ZgwuU55I8aZZVbcfUi5AVWBJ-UmsPcY02UVqr7PbvDRJCB4FHnF4uIPhYOV_TkC-F-e3SiyffA/s640/Captura+de+pantalla+%252814844%2529.png" width="640" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: center;">
<i>Juste la fin du monde</i> (<b>Xavier Dolan</b>, 2016)</div>
Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-81977580300395058122019-04-30T13:06:00.003+02:002019-04-30T13:11:37.393+02:00Fotogramas que molan (V)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUnxbrM1Fvv4OkxQpvOxMGR-6P1suQz_exVGm-ivr1GdwPzfnfSxVtjksxbNI5QBnE63kf2DP04kOb0H2CSemRSGIbKmwYA3p2EX5HJKVtr2aBWWJqNoL-I8HvyIsgPZ8oVaruGtE4wC0/s1600/diso.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="1600" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUnxbrM1Fvv4OkxQpvOxMGR-6P1suQz_exVGm-ivr1GdwPzfnfSxVtjksxbNI5QBnE63kf2DP04kOb0H2CSemRSGIbKmwYA3p2EX5HJKVtr2aBWWJqNoL-I8HvyIsgPZ8oVaruGtE4wC0/s640/diso.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div style="text-align: center;">
<i>Disobedience </i>(<b>Sebastián Lelio</b>, 2017)</div>
Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-11516402630093510432019-04-07T21:06:00.003+02:002019-04-30T13:13:07.849+02:00Fotogramas que molan (IV)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi55VwokQUe9crCLfOm-7iSZdcF2hOFdvlchAgiJD_z6s6hwFbMVTaS04s6oHRqZJ53LvHolbSzHtAP2KY-3FRevUQY_YZOg-FS5AHf7ve5h0hzcXwwYu05i475O9cK650WNMVasSwiET8/s1600/Captura+de+pantalla+%252814624%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1366" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi55VwokQUe9crCLfOm-7iSZdcF2hOFdvlchAgiJD_z6s6hwFbMVTaS04s6oHRqZJ53LvHolbSzHtAP2KY-3FRevUQY_YZOg-FS5AHf7ve5h0hzcXwwYu05i475O9cK650WNMVasSwiET8/s640/Captura+de+pantalla+%252814624%2529.png" width="640" /></a></div>
<div>
<br /></div>
<i></i><br />
<div style="text-align: center;">
<i><i>Close-Up</i> </i>(<b>Abbas Kiarostami</b>, 1990)</div>
<i>
</i>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-6456264451388147252019-03-30T11:46:00.002+01:002019-04-26T13:38:35.783+02:00Memoria amortajada<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnxC_gmpRHAyKSghD3o06_u47sOzMJSWkVnoq5vze-kz7FO3FLht8u88nm6LFGbHKf3z_JxFZcJlPugqiaq57DWLMfa8TFepkP3cKZsVauZgabY_NcXTW79p34JtXjvpiq2KY6oI4Jr3I/s1600/palmero2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="1000" height="192" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnxC_gmpRHAyKSghD3o06_u47sOzMJSWkVnoq5vze-kz7FO3FLht8u88nm6LFGbHKf3z_JxFZcJlPugqiaq57DWLMfa8TFepkP3cKZsVauZgabY_NcXTW79p34JtXjvpiq2KY6oI4Jr3I/s640/palmero2.jpg" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sentenció <b>José Ortega y Gasset </b>en <i>Estudios sobre el amor </i>que «cada época posee su estilo de amar». A mi padre, Jesús, de 62 años, se le iluminan el rostro y la voz cuando la nostalgia le empaña el recuerdo sobre su noviazgo con mi madre, MariTina, de 58. Un sábado, de niño, pasamos en coche por un <i>McDonald's</i> de Madrid; papá nos contó a mi hermana y a mí que allí había conocido a mamá durante los ochenta cuando todavía era la discoteca Victoria. Él, de la capital; ella, de un pueblo salmantino, que se había venido <i>pá Madrí</i> como asistenta en un hogar de bien. Acabaron en Suiza sin pasar por la vicaría. Jesús siempre rememora la primera persona con la que habló cuando llegó al pueblo, sin previo aviso, en busca de MariTina. Le preguntó por el barrio Las Tenerías, que dónde vivían Manuel y Gene. Aquella interlocutora era mi tía-abuela, Cecilia, a punto de enviudar de su esposo. Mi padre siempre revela que comprendió lo mucho que quería a Gene –su suegra, mi abuela– cuando, recién muerta, la observó amortajada en el tanatorio. Cuatro años antes, mi abuelo materno había sido amortajado en su casa.</div>
<div style="text-align: center;">
*<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El amortajamiento protagoniza uno de los momentos más punzantes de <i>Dolor y gloria</i>, lo <i>nuevoúltimo</i> de <b>Pedro Almodóvar</b>. La madre del protagonista (un cineasta venido a menos) le explica a su hijo cómo quiere ser amortajada: con su mantilla, su rosario y descalza para entrar lo más ligera posible al Cielo. Días antes había visto su cuarta película, <i>¿Qué he hecho yo para merecer esto! </i>(1984) y me prendé de un detalle tonto: un cuadro ubicado en el piso de la protagonista, una ama de casa(s) hasta el moño.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
**<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Días después visité a mi abuelo paterno, <a href="https://girodeguion.blogspot.com/2016/09/relatos-cortos-xxviii.html" target="_blank">Alfonso</a>, de 88 años. Eran las cinco de la tarde; estaba dormido sobre la mesa en su despachito, donde lee <i>La Razón</i> y hace sopa de letras. Le desperté para su café, sus cuatro galletas y sus dos cigarritos. Y entonces me topé con el mismo cuadro del filme de Almodóvar: una manada de caballos galopando sobre un enorme charco. Papá me contó que el abuelo se había hecho con aquella pintura, de <b>Alfredo Palmero</b>, en una exposición. Alfonso, como constructor, había trabajado con el hijo de Palmero, aparejador.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
***<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El mismo sábado que vi <i>Dolor y gloria</i>, un día después de atar cabos, mi abuelo fue ingresado por enésima ocasión en urgencias. Líquido en los pulmones. Un <i>wasap </i>el siguiente jueves: «Acaba de morir». Hace cinco años viví seis meses con él. Fue cuando aprendí lo mucho que le quería.</div>
Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-35481178492013466032019-02-24T13:31:00.002+01:002019-03-04T11:52:02.599+01:00Fotogramas que molan (III)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjB3FfXePBMTz2yA08TVmAKwhTWw6Dpb0rgLVYl_m3zEHuKD2j6dEeE4rDvyhaWm9q89f4DLv2hC92A53ZD3kyXDbXjfHyfObwt1QlmVWAIVdYp0EN8HkDy19Rp_oJKePBXq8cr4T8Fa54/s1600/vamonos-barbara-autobus.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="1600" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjB3FfXePBMTz2yA08TVmAKwhTWw6Dpb0rgLVYl_m3zEHuKD2j6dEeE4rDvyhaWm9q89f4DLv2hC92A53ZD3kyXDbXjfHyfObwt1QlmVWAIVdYp0EN8HkDy19Rp_oJKePBXq8cr4T8Fa54/s640/vamonos-barbara-autobus.jpg" width="640" /></a></div>
<span style="font-family: inherit; text-align: justify;"><br /></span>
<span style="text-align: justify;">En <b>«Vámonos, Bárbara»</b> (Cecilia Bartolomé, 1978), hay una escena sincera, a la par que polémica.</span><br />
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="text-align: justify;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
Durante uno de los viajes de esta particular <i>road movie</i> entre una madre (<b>Amparo Soler Leal </b>procedente de la turbia «Mi hija Hildegart») y su hija, ambas presencian un rifirrafe entre el autobusero y las pasajeras. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Después de que se baje del autobús una joven con sus 4 hijos (va a cuidar a su madre enferma), una señora manifiesta en alto su lástima hacia ella: «Pobre criatura... A ese marido habría que castrarle». Es cuando el conductor intercede: «¡Oiga usted, ni que fuera sólo culpa del marido! A ver si ella no tiene nada que ver...». Otra pasajera le rebate. Él vuelve a la carga: «Pues para eso se casan, ¿no?». «Sí, para que la espatarren a una y le hagan una barriga cada año. ¡11 tuve yo y 14 mi madre!», le contesta la primera mujer. «¿Y qué quiere usted, que se lo echemos a un perro?», se defiende él. Surge entonces una improvisada conversación entre las pasajeras: «Si un tío tiene miramientos y lleva un poco de <i>cuidao</i>...» / «¡Que van a lo suyo y a una que la parta un rayo!» / «Lo que yo digo... ¡que habría que cortársela!».</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y el señor al volante se enfada: «¡Ya está bien señora, que estoy hasta las narices de oírle insultar!». Ella no se amilana: «¡Pues se tapa las orejas! Y haga el favor de mirar cómo conduce, que nos va a estrellar por meterse en donde no le importa»</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y llega la amenaza de él: «¡O se callan o no sigo!». Y no sigue. Frena y se baja del autobús a fumarse un cigarro. Ellas se amotinan y corren tras él.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
PD: Me desconcierta el hecho de que esta película fuera una suerte de <i>remake </i>de «Alicia ya no vive aquí» (<b>Martin Scorsese</b>, 1975), </div>
Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-76413889850257130202019-02-10T09:29:00.002+01:002019-02-10T16:48:14.809+01:00Fotogramas que molan (II)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3owkZmvHhAU3kKOnG3g0qFtYMFcoiBrBJ2icbTMX-YPMcJMA92QluLjx48u1kUOfQmfHE99X3ePFdP1Y8g_UkMFhw9t3PH8M7r8GqkI7SGFOsB1LRMsvo1mJhnGQMkXvCHE4kurn5HlY/s1600/Captura+de+pantalla+%252813889%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1366" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3owkZmvHhAU3kKOnG3g0qFtYMFcoiBrBJ2icbTMX-YPMcJMA92QluLjx48u1kUOfQmfHE99X3ePFdP1Y8g_UkMFhw9t3PH8M7r8GqkI7SGFOsB1LRMsvo1mJhnGQMkXvCHE4kurn5HlY/s640/Captura+de+pantalla+%252813889%2529.png" width="640" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><b>Eusebio Poncela</b> y una niña<b> Manuela Velasco</b> en «La ley del deseo» (Pedro Almodóvar, 1987). Quizás sea la escena más icónica de esta película. Madrid y su sofocante verano son personajes secundarios. El maravilloso personaje de <b>Carmen Maura</b> <span style="line-height: 115%;">–</span>una actriz transexual, hermana del cineasta protagonista– tiene tanto calor que una noche le pide a un trabajador de la limpieza que le riegue <i>enterita</i>. Es un acto de liberación y rebeldía. La película es ELLA. </span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjR5x8TKqeY8Ui5EKHkgI8cXWMPjUhEEnA8dVjmd1dqb1S_OZQoLLj5XaNVy3PrvWc8LrU8kK2m5nPzccNjRG2O4seqUcdzZ8IoWglDdNoxsly3dX9EkQHVrR5utaC1GDn2gx24hPAr_YM/s1600/carmen-maura-ley-deseo-dos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="1600" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjR5x8TKqeY8Ui5EKHkgI8cXWMPjUhEEnA8dVjmd1dqb1S_OZQoLLj5XaNVy3PrvWc8LrU8kK2m5nPzccNjRG2O4seqUcdzZ8IoWglDdNoxsly3dX9EkQHVrR5utaC1GDn2gx24hPAr_YM/s640/carmen-maura-ley-deseo-dos.jpg" width="640" /></a></div>
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;">Me gusta cómo Almodóvar (con cameo inclusive como dependiente de una ferretería) introduce la pantalla partida durante la conversación telefónica entre Pablo (Poncela) y su examante Juan (<b>Micky Molina</b> se da un aire a <b>Álex García</b>). «Estoy tratando de olvidarte y cuando uno trata de olvidar, no escribe», le dice el protagonista. </span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-TZmPE1x1S0oHAnouOXk5G_s45Q6E5r2P7UD-6skgTEJFoedtM1tLYLAEEmO1M1h6PMfKApvvDyd8R59Oz0Quq8KvvarR0o12nq_aFPId_dzTqo9Q8nIk9l5tuXMYxqKp6lYL6E-FGz4/s1600/Captura+de+pantalla+%252813868%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1366" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-TZmPE1x1S0oHAnouOXk5G_s45Q6E5r2P7UD-6skgTEJFoedtM1tLYLAEEmO1M1h6PMfKApvvDyd8R59Oz0Quq8KvvarR0o12nq_aFPId_dzTqo9Q8nIk9l5tuXMYxqKp6lYL6E-FGz4/s640/Captura+de+pantalla+%252813868%2529.png" width="640" /></a></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguB3A4X1DewtL4kTJpBm0_nkKokM1swgxxVUcUHWBpqmOF19jR5_XUE-TNNNAAgXxTZFSMf1AiyPxZenSPeVFpfUjFv1KViixN0_ivlEWedsoVju8h4bHp_S33SaEw4uu-kGFyuV9sID8/s1600/Captura+de+pantalla+%252813934%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1366" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguB3A4X1DewtL4kTJpBm0_nkKokM1swgxxVUcUHWBpqmOF19jR5_XUE-TNNNAAgXxTZFSMf1AiyPxZenSPeVFpfUjFv1KViixN0_ivlEWedsoVju8h4bHp_S33SaEw4uu-kGFyuV9sID8/s640/Captura+de+pantalla+%252813934%2529.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;">Almodóvar marcándose un fugaz <i>cameo</i> como ferretero</span></td></tr>
</tbody></table>
<br />
Más allá del guiño paternofilial (los Guillén como padre e hijo policías), me quedo con el ¿guiño? a «Arrebato» (Iván Zulueta, 1979): la escena de Pedro, el cineasta, con una fan (<b>Marta Fernández Muro</b>). En la película de Zulueta, los personajes de Poncela y Fernández Muro comparten amistad, droga y curiosidad malsana hacia el primo de ella, el enigmático Pedro (<b>Will More</b>).<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZ2RWILPZ0zkkXVw4HC30mwFJ8rSpjCwDh5ydaubo1XkCQMzzl92tIn1REUhHFXIx7m-yHxHOGTAVMJn8cUkgjYyiYQ8mOvlHWRciq-M5AMYK1ia5rI7wbQsuYhMVCrF6RT-R3NMvS9ZQ/s1600/deseo-arrebato.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1600" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZ2RWILPZ0zkkXVw4HC30mwFJ8rSpjCwDh5ydaubo1XkCQMzzl92tIn1REUhHFXIx7m-yHxHOGTAVMJn8cUkgjYyiYQ8mOvlHWRciq-M5AMYK1ia5rI7wbQsuYhMVCrF6RT-R3NMvS9ZQ/s640/deseo-arrebato.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;"><i>La ley del deseo</i> (arriba) y <i>Arrebato</i> (abajo) </span></td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br /></div>
Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-52140158307174462382019-02-03T16:38:00.000+01:002019-02-10T11:10:19.397+01:00Fotogramas que molan (I)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioPxL4U8rLufThG1epFNp06rhQTCCeZSXsNIgcFD3uzHMcdmazwpT_C-rm-3EwMj2KobnifmogiYd4rNeVupO6RAkPKGEvnj8azA42sLrMSALF1SCy5esmRaYUL8l19cgTG1pK3ng6RFQ/s1600/Captura+de+pantalla+%252813753%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1366" height="359" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioPxL4U8rLufThG1epFNp06rhQTCCeZSXsNIgcFD3uzHMcdmazwpT_C-rm-3EwMj2KobnifmogiYd4rNeVupO6RAkPKGEvnj8azA42sLrMSALF1SCy5esmRaYUL8l19cgTG1pK3ng6RFQ/s640/Captura+de+pantalla+%252813753%2529.png" width="640" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<b>Eusebio Poncela</b> en «Arrebato» (Iván Zulueta, 1979). El escenario es reconocible: la Plaza de los Cubos de Madrid. Años más tarde, Poncela volvería a protagonizar una escena en este mismo lugar en «La ley del deseo» (Pedro Almodóvar, 1987). En ella, su personaje (un cineasta homosexual) se despide temporalmente de su nuevo y obsesivo amante (<b>Antonio Banderas</b>). Donde desayunan (la cafetería con paredes de color naranja) es ahora un <i>100 Montaditos</i>. El <i>Burger King</i>, de fondo, está ahora en otro local más a la derecha de la plaza; ahí ahora hay un <i>McDonald's</i>. Parece que al cineasta manchego le gusta esta localización. En la soberbia «Julieta» (2016), hay una escena en el subterráneo que conecta con la Calle de Martín de los Heros; más concretamente en la fachada de los Renoir Princesa. </div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8i_kR-rdAvQkdpva-WglueD48SvOlK_Pm6-udjFX-G0FqlYL50rRhyphenhyphenMO7dV33nFqnFCg9wGAqnsjkTik1n92p1WaVnODuY5cfhB_UrrYmmB8mWOJVX34o6KU8fiokSCa9KG0hKZpyn_A/s1600/Captura+de+pantalla+%252813914%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1366" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8i_kR-rdAvQkdpva-WglueD48SvOlK_Pm6-udjFX-G0FqlYL50rRhyphenhyphenMO7dV33nFqnFCg9wGAqnsjkTik1n92p1WaVnODuY5cfhB_UrrYmmB8mWOJVX34o6KU8fiokSCa9KG0hKZpyn_A/s640/Captura+de+pantalla+%252813914%2529.png" width="640" /></a></div>
<br />Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-49268426384028888412018-06-17T10:59:00.002+02:002018-09-22T10:36:33.924+02:00Cosquillitas hertzianas<div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2peK-x6vaKRmCuCIktFsp5EMreJwjoEzh82ezBEYZm5jD7WQhhLpdgJm3QKFwzpahni5JBI4Enn1DzbpU_5W9IHnwEYgwvA6Vk7Vd8pkAmUYQeoW8J6tV0-J51F9PzTRLe7RVqEhbSGs/s1600/Fotograf%25C3%25ADa+Brian+Reed+entrevistando+en+S-Town.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="1200" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2peK-x6vaKRmCuCIktFsp5EMreJwjoEzh82ezBEYZm5jD7WQhhLpdgJm3QKFwzpahni5JBI4Enn1DzbpU_5W9IHnwEYgwvA6Vk7Vd8pkAmUYQeoW8J6tV0-J51F9PzTRLe7RVqEhbSGs/s640/Fotograf%25C3%25ADa+Brian+Reed+entrevistando+en+S-Town.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;">El periodista Brian Reed entrevista a un horólogo en el podcast «S-Town»</span></td></tr>
</tbody></table>
<b></b><br />
<div style="text-align: right;">
<i><span style="background-color: #fff2cc; font-family: inherit;">Apaga el televisor y enciende tu transistor </span></i><br />
<i><span style="background-color: #fff2cc; font-family: inherit;">y siente unas cosquillitas por los pies. </span></i><br />
<span style="font-family: inherit;"><b>«Sólo se vive una vez» – Azúcar Moreno</b></span></div>
<b>
</b></div>
<div>
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-left: 212.4pt; text-align: right;">
</div>
<span style="font-family: inherit; text-align: start;">De las hermanas Salazar a Mark Twain: <b>«La única diferencia entre la realidad y la ficción es que la ficción necesita ser creíble»</b>. El <i>podcast</i> estadounidense <i><b>S-Town</b></i> y el programa de televisión español <i><b>Radio Gaga</b></i> toman prestados elementos tanto de la ficción –el carácter episódico, el detallado ornamento audiovisual– como del periodismo –el género documental, la entrevista– para hablar de realidades invisibles que acaban superando la más inventiva fábula.</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;">Las
siete únicas entregas de las que consta <a href="https://stownpodcast.org/"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">S-Town</i></a> fueron estrenadas el 28 de
marzo de 2017, sin apenas promoción y todas ellas de golpe, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">á-la-Netflix</i>. En cuatro días rompió todo
récord: diez millones de descargas. ¿Su máximo responsable? El productor <b>Brian
Reed</b>, procedente de otro programa de radio periodístico como <a href="https://serialpodcast.org/"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Serial</i></a>,
cuya primera temporada en otoño de 2014 también puso «patas arriba» el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">podcasting</i> mundial, ganándose incluso
una <a href="http://www.vulture.com/2014/12/saturday-night-lives-serial-parody-is-so-good.html">parodia</a>
en el legendario programa de televisión <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Saturday
Night Live</i>.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<span style="font-family: inherit;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit;">Si para
empujar a las personas a que «sintonizaran» <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Serial</i>,
bastaba con disparar su premisa (una periodista reabre tras 15 años un caso de
asesinato cuyo culpable encarcelado podría ser inocente), resulta compleja esta
tarea con su inesperada sucesora, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">S-Town</i>,
aunque su punto de partida sea exactamente el mismo. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit;">Mientras
que en 2014 fue la periodista <b>Sarah Koenig</b> quien semanalmente aireó por las
ondas su investigación sobre el asesinato de una adolescente en Baltimore, en
2017 hizo exactamente lo mismo Brian Reed con su pesquisa sobre un supuesto
asesinato que había tenido lugar en una recóndita localidad de Alabama. Koenig
se agarró a los testimonios del presunto culpable del asesinato, <b>Adnan Syed</b>.
Reed se aferró a los de su excéntrico confidente, <b>John B. McLemore</b>, el
protagonista absoluto de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">S-Town</i>. Y en
ambos casos –como ya sucediera en el macabro documental televisivo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">The Jinx</i> durante 2015–, la relación
profesional entre entrevistado y entrevistador choca con dos muros: el personal
y el ético-periodístico. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="page-break-after: avoid; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit;">Sin embargo, tras sólo dos episodios, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">S-Town</i> se deshace ingeniosamente de todo
aquello limítrofe al género <i style="mso-bidi-font-style: normal;">true-crime</i>
(un asesinato es investigado, como el de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">A
Sangre Fría</i>, de <b>Truman Capote</b>). Durante las cinco entregas restantes se
realizará una desoladora radiografía de la sociedad de Alabama, idónea para
entender la América de Trump; del mismo modo que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Serial</i> escaneó la islamofobia tras el 11S. También se locutará una
hermosa pero a la vez dolorosa semblanza sobre un relojero anticuario «<i style="mso-bidi-font-style: normal;">redneck</i>» como John B. McLemore. Y todo
ello a través de los enriquecedores testimonios de sus más allegados, inclusive
del propio Reed, de otro hombre que confiesa haber visto más de cincuenta veces
la película <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Brokeback Mountain</i> o de
una señora del Sur profundo de Estados Unidos que enchufa a Andrea Bocelli
cuando está de mal humor.</span></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdXrZT3FJpW00byqS8btP3glWt7wKZLPwMxBNhKMbIapCDsO81nOhfbxNR0lHEaKHP_TM1LFXSBE5xldc1_MdWuiQU6VewDmDDvvUDzFGDh1TDVevFtHKB5zYzsv4JR3oedm4UFdQF4z4/s1600/Fotograma+Radio+Gaga+2x01+Benidorm.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1366" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdXrZT3FJpW00byqS8btP3glWt7wKZLPwMxBNhKMbIapCDsO81nOhfbxNR0lHEaKHP_TM1LFXSBE5xldc1_MdWuiQU6VewDmDDvvUDzFGDh1TDVevFtHKB5zYzsv4JR3oedm4UFdQF4z4/s640/Fotograma+Radio+Gaga+2x01+Benidorm.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;">Benidorm inaugura la segunda temporada del programa «Radio Gaga»</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
La
segunda temporada del terapéutico programa televisivo <a href="https://www.youtube.com/watch?v=YxKWW9PScf4"><i>Radio Gaga</i></a> (<i>#0</i>, de <i>Movistar+</i>) abre
con una viuda veraneante de Benidorm que pide a sus presentadores, Quique Peinado
y Manuel Burque, que le pinchen <i>La vida
es bella</i>, de Nicola Piovani. En otra entrega, Robert les cuenta que
escuchar a Beethoven, Mozart y Chopin es un bálsamo. «Pero si ahora no tengo
casa, ¿dónde puedo escuchar música?», se resigna. «Pues aquí, en <i>Radio Gaga</i>», le responde un afectado Peinado.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
Este
imprevisible dúo dinámico se desplaza por la geografía española con su
radio-caravana para entrevistar «a calzón quitado» a gente corriente y
moliente. Una premisa tan básica que, sin embargo, conduce a una complejidad
temática, aparentemente sólo apta en la televisión de pago. El proyecto fue
descartado por Televisión Española.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
En
esta nueva tanda de seis entregas, Peinado & Burque –apoyados en un equipo
mayoritariamente femenino detrás de las cámaras– han visitado Benidorm, una clínica de salud mental especializada en trastornos de conducta
alimentaria, un centro de acogida para personas sin hogar, una localidad
granadina en la que conviven conversos sufíes y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">hippies</i><span style="mso-bidi-font-style: normal;">, ¡e incluso India!</span><br />
<span style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<div style="text-align: right;">
</div>
Algunos
de sus protagonistas entrevistados han sido jubilados, adolescentes e
indigentes, figuras que no suelen tener voz en los medios de comunicación y, en
caso de que lo hagan, de manera estereotipada. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Radio Gaga</i> les ofrece tiempo, silencio y respeto para contar sus
dramáticas historias a cambio de una canción.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
También
se abre con sumo mimo un melón de tabúes (la enfermedad, la adicción, la vejez,
la muerte, la sexualidad, la pobreza, el islam) sin caer en la obscenidad
emocional, ayudándose del humor y del optimismo; siempre además desde unas
acertadas perspectivas de género (los testimonios son principalmente de
mujeres) y étnico-racial. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Radio Gaga</i>
se ha servido de la quintaesencia radiofónica para construir el mejor programa
de la televisión española contemporánea.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-gXteAw89GtJHNpIlYecsact-GAGn10Zw9q_RCw8GQUuM_yEwvj3JLpAKulqh4WBACbMzLCe-SJJsKxvJ4SlEDDCdmdYxX0iX3jRGrxPrgn6NNR0pcIvk_ZCqQJBLttD2GvDJPvsvxBA/s1600/Captura+de+pantalla+%25288785%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1366" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-gXteAw89GtJHNpIlYecsact-GAGn10Zw9q_RCw8GQUuM_yEwvj3JLpAKulqh4WBACbMzLCe-SJJsKxvJ4SlEDDCdmdYxX0iX3jRGrxPrgn6NNR0pcIvk_ZCqQJBLttD2GvDJPvsvxBA/s640/Captura+de+pantalla+%25288785%2529.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;">Un exindigente visita el lugar donde solía dormir en «Radio Gaga». De banda sonora, un Nocturno de Chopin.</span></td></tr>
</tbody></table>
</div>
Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-42499912180660284262018-04-01T16:56:00.000+02:002018-04-01T18:39:32.440+02:00 La pintura indiscreta<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjj37XG5v-Poo-vwvM7N-b-MC4JAO-qaPmqflSge_pZp5QVWqLuRBUkposALnwKhhnT52Brct10hK86nJH6TCVxBWBlgfVo9UBKUicqKylCEb_OFAbanx78uZBzoyi2mPYMCZZ8hlatWPk/s1600/El+misterio+de+Picasso+primer+y+%25C3%25BAltimo+fotogramas.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="451" data-original-width="1600" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjj37XG5v-Poo-vwvM7N-b-MC4JAO-qaPmqflSge_pZp5QVWqLuRBUkposALnwKhhnT52Brct10hK86nJH6TCVxBWBlgfVo9UBKUicqKylCEb_OFAbanx78uZBzoyi2mPYMCZZ8hlatWPk/s640/El+misterio+de+Picasso+primer+y+%25C3%25BAltimo+fotogramas.png" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="line-height: 115%;">«Querías un drama, aquí lo tienes»</span></b><span style="line-height: 115%;">. Es la
frase que Picasso –en calidad de pintor observado–<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>le espeta a Henri-Georges Clouzot –en calidad
de cineasta observador–<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>tras siete
minutos (¿siete horas?) de chapa y pintura, de los 75 que dura en total <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El misterio de Picasso</i> (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Le Mystère Picasso</i>), película protagonizada por
el primero y dirigida por el segundo en 1956. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit; line-height: 115%;">¿Es
entonces <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El misterio de Picasso</i> un
drama? Más bien un experimento, un documental que escapa de la dualidad
drama/comedia más allá del desparpajo del malagueño, quien se presta a ser
observado mientras (des)pinta inéditas obras por parte de Clouzot; un año
antes, el francés había estrenado con éxito el filme de suspense <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las diabólicas</i>. De misterio a misterio:
sobre el mito de Picasso (<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">«Ahora todos
lo saben…»</b>) y sobre los cuadros que el pintor, uno tras otro, va elaborando </span><span style="font-family: inherit;">frente a la curiosidad del espectador, al que una vez finalizados, le son
regalados unos segundos de contemplación. Y lienzo/fundido en blanco otra vez…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit; line-height: 115%;">Mientras
que la voz en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">off</i> inaugural habla de
la opacidad de la poesía (Rimbaud) y de la música (Mozart), <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El misterio de Picasso</i> se propone
vislumbrar la pintura, pero también el cine: Clouzot se presta igualmente a ser
observado, a mostrar cómo se hace un filme (<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">«Para la película es complicado…por el público»</b>). La esencia de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El misterio de Picasso </i>reside en su
director de fotografía, Claude Renoir –quien también sale brevemente en
pantalla–, nieto de la pintura (Pierre-Auguste Renoir) y sobrino del cine (Jean
Renoir). Se trata de una conversación entre el tercer y el séptimo arte con
cigarro en mano y sin camisa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit; line-height: 115%;">El
visionado de esta hipnótica película es como ir paseando de cuadro en cuadro en
un museo. Con música de fondo a base de piano, guitarra o incluso tambores; o
el sonido de la brocha en continuo movimiento. El valor añadido es observar no
sólo el proceso de creación de cada cuadro sino también las idas y venidas de
un dubitativo y –a fin de cuentas– humano Picasso (<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">«Me gustaría profundizar en la historia. Tomar todos los riesgos para
ver cómo la pintura se amontona una sobre otra, a medida que se hace»</b>),
quien se resiste a preocuparse por los gustos del público (<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">«Soy muy viejo para empezar ahora»</b>) para así finalmente desvelar el
misterio: <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">«la verdad en el fondo del
pozo»</b>.</span></div>
Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-4211386066305321562018-02-02T23:06:00.002+01:002018-02-07T20:07:00.042+01:00Todas las canciones hablan de ti<div style="text-align: right;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div style="text-align: center;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiZEUqN8pyuU4KK8Khf3Nikmz3e_2TLK9sc3KwcT9vkgQxD0tKuj8fmWm4f4QVh0XM681kK4UKfZ7j8qUB0SH3wh2BGcVjGka_RQWbGIttM3PEIk5xBFSdw3xK_D5Oh5-xQs7M6c0kOXs/s1600/80e35691cf83627951a6b0920190589f.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="1600" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiZEUqN8pyuU4KK8Khf3Nikmz3e_2TLK9sc3KwcT9vkgQxD0tKuj8fmWm4f4QVh0XM681kK4UKfZ7j8qUB0SH3wh2BGcVjGka_RQWbGIttM3PEIk5xBFSdw3xK_D5Oh5-xQs7M6c0kOXs/s640/80e35691cf83627951a6b0920190589f.png" width="640" /></a></div>
<span style="background-color: #fff2cc;"><br /></span>
<br />
<div style="text-align: right;">
<span style="background-color: #fff2cc;">«How much sorrow can I take?» / «¿Cuánta tristeza puedo soportar?»</span></div>
</div>
</div>
<div style="text-align: right;">
<div style="text-align: center;">
<div style="text-align: right;">
Canción: <i>Mistery of Love</i></div>
</div>
</div>
<div style="text-align: right;">
<div style="text-align: center;">
<div style="text-align: right;">
Autor: Sufjan Stevens</div>
</div>
</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
La película <i>Call Me by Your Name</i> (Luca Guadagnino, 2017) podría ser resumida por las tres canciones de Sufjan Stevens que forman parte de su banda sonora: dos originales (<i>Mistery of Love</i> & <i>Visions of Gideon</i>), compuestas exclusivamente para la cinta, y una anterior (<i>Futile Devices</i>). Mucho (y bonito) se ha dicho sobre <i>CMBYN </i>[<a href="http://www.abc.es/play/cine/criticas/abci-critica-call-your-ensalada-hormonas-y-frondosidad-emociones-201801252123_noticia.html">«Ensalada de hormonas y frondosidad de emociones»</a>] por lo que, a excepción de algunas notas personales, poco más hay que añadir sobre esta historia, adaptación de la novela homónima de André Aciman, publicada hace ya una década.<br />
<br />
Esa tristeza casi insoportable, sobre la que canta Sufjan Stevens, es la que siente Elio (Timothée Chalamet, el rey de este erótico <i>show</i>) a sus 17 años cuando, sin comerlo ni beberlo (ese <i>melocotonazo</i> tiene mayor osadía en la novela), se encuentra inmerso en un <i>affaire</i> con un hombre de 24 años (Oliver, encarnado por un adonis llamado Armie Hammer). Quizás su primer <i>affaire</i> serio con alguien. Definitivamente su primer amor. Un amor, para más <i>inri</i>, de verano. Ese verano que durará toda una vida en el recuerdo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Los tópicos nunca son buenos compañeros, pero, mal que me pese, el primer amor nunca se olvida. Jonás Trueba ya lo atestiguó en su particular <i>reconquista</i> (<span style="background-color: white; color: #545454; font-family: "arial" , sans-serif; font-size: x-small; text-align: left;">«</span><a href="http://girodeguion.blogspot.com.es/2016/10/la-esperanza-del-reencuentro.html">La esperanza del reencuentro</a><span style="background-color: white; color: #545454; font-family: "arial" , sans-serif; font-size: x-small; text-align: left;">»</span>). Aciman y la dupla <u>Luca Guadagnino+James Ivory</u> (mano a mano entre dirección y guión) también lo han atestiguado con <i>Llámame por tu nombre</i>, una novela/película que va más allá del molde <i>coming of age </i>cuyo conflicto central no es la orientación sexual de sus protagonistas ni la ocultación de su romance (nunca se juega con el <span style="font-family: inherit;">«¿Les pillarán y se liará la de San Quintín<span style="background-color: white; text-align: left;">»</span></span>?) sino la cocción a fuego lento del amor entre dos hombres y el destino de <i>cuasi </i>tragedia griega que les aguarda: la realidad.<br />
<br />
--<br />
<br />
Soy incapaz de expresar en palabras todo lo que <i>Call me by your name </i>me hizo sentir, primero durante su lectura y después su visionado. ¿Todos? hemos vivido ese primer amor (que no supe gestionar, que me vino grande, con el que jugué pensando que era un mero pasatiempo sexual), ese verano decisivo (pasear por <i>La Laguna</i> con mi amiga <i>Mars</i> y pedir al verano de 2012 un amor estival que acabara en septiembre. Se cumplió, vaya si se cumplió...) esa pérdida de la inocencia, ese contar las horas-minutos-segundos hasta que le ves, ese pensar que ya no es tu amante sino tu enemigo<span style="background-color: white; text-align: left;"> </span>porque no te presta toda la atención del mundo («<i>Traitor!</i><span style="background-color: white; text-align: left;">», como diría Elio)</span>, ese dejar huella en algunos lugares que siempre te/me recordarán a él... El Aranjuez de Sampedro.<br />
<br />
Pero es simplemente eso: un recuerdo. Para toda la vida. Tu primer amor. Tu primer polvo con amor (<a href="https://www.youtube.com/watch?v=LxUODK4dFFE"><span style="text-align: justify;">«</span>¿Qué prefieres? ¿Un polvo con alguien desconocido muy salvaje o un polvo con alguien conocido del que estás enamorado?</a><span style="background-color: white; text-align: left;"><a href="https://www.youtube.com/watch?v=LxUODK4dFFE">»</a>, diría la Lucía de Medem</span>). Tu primer corazón roto. Tu primer y último verano con 18 años, pavoneando el plumaje de la inmortalidad. Sin embargo,... «<i>Later!</i><span style="background-color: white; text-align: left;">», como diría Oliver.</span><br />
<span style="background-color: white; text-align: left;"><br /></span><span style="text-align: justify;"><span style="background-color: white;">--</span></span><br />
<span style="text-align: justify;"><br /></span>
<span style="text-align: justify;">Lo que más me sorprendió de la adaptación cinematográfica fue la incorporación de un diálogo de sobremesa entre los padres de Elio y un matrimonio amigo sobre la muerte de Luis Buñuel, </span><span style="text-align: justify;">la cual tuvo lugar un 29 de julio de 1983, el mismo verano d</span><span style="text-align: justify;">el <i>affaire</i> protagonista de <i>Call me by your name. </i><b>«El cine es un espejo de la realidad y un filtro</b></span><span style="background-color: white; text-align: left;"><b>»</b>, diría el marido de dicho matrimonio. </span><br />
<span style="background-color: white; text-align: left;"><br /></span>
<span style="background-color: white; text-align: left;">Puede que <i>Llámame por tu nombre </i>no sea el espejo de nuestra realidad física (al fin y al cabo, es una historia de niños ricos intelectuales –a diferencia de <i>Moonlight</i>, <i>Weekend</i> o <i>Brokeback Mountain </i>por ejemplo– en la que se desatiende el conflicto de ser <i>queer </i>durante la década de los 80 en un país como Italia; la casona/familia es una burbuja protectora), pero sí es el espejo de nuestra realidad emocional al apelar, no a lo que vivimos, sino a lo que sentimos con la edad de nuestro Elio.</span><br />
<span style="background-color: white; text-align: left;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<span style="background-color: white; text-align: left;">E</span><span style="background-color: white; text-align: left;">s por ello que un sinfín de espectadores manifiestan quedarse devastados </span><span style="background-color: white; text-align: left;">tras su visionado </span><span style="background-color: white; text-align: left;"> [</span><a href="https://elpais.com/elpais/2018/01/31/icon/1517415283_636567.html">«<span style="background-color: white; text-align: left;">¿Qué tiene ‘Call me by your name’ para haber dejado a sus espectadores devastados?</span><span style="background-color: white; text-align: left;">»</span></a><span style="background-color: white; text-align: left;">], cuyo último suspiro se ve exacerbado por el rostro de </span>Timothée Chalamet frente al fuego (me recordó a ese <a href="https://twitter.com/MasterofNone/status/872567256814845952">estático y extenso plano</a> protagonizado por Aziz Ansari en un taxi en la serie <i>Master of None</i>) y la canción <i>Visions of Gideon</i>.<br />
<br />
<span style="background-color: white; text-align: left;">--</span><br />
<div style="text-align: left;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: left;">
<span style="background-color: white;">¿Soy el único que pensó en las </span><span style="text-align: justify;">Cataratas del Iguazú</span><span style="background-color: white;"> de </span><i>Happy Together </i>(Wong Kar-Wai, 1997) al ver el Cascate del Serio en <i>Call me by your name</i>?<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIvkqqcDFDMwVMgynIf0bKyvEYeDQRovIbq2t0fcp54WyZRZwlUU4goJXdqHRplsAktaUxXSf7aDptb-Vc95zSBn-mGOYpaunQL-sWKsGlxJaIojsuGJFHwcR6ONv0h221tjUC7Sg2pc8/s1600/Captura+de+pantalla+%25281307%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1366" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIvkqqcDFDMwVMgynIf0bKyvEYeDQRovIbq2t0fcp54WyZRZwlUU4goJXdqHRplsAktaUxXSf7aDptb-Vc95zSBn-mGOYpaunQL-sWKsGlxJaIojsuGJFHwcR6ONv0h221tjUC7Sg2pc8/s640/Captura+de+pantalla+%25281307%2529.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i style="background-color: #ffe599;">Happy Together</i></td></tr>
</tbody></table>
</div>
</div>
</div>
Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-12519145859242424372017-06-23T15:42:00.000+02:002017-06-30T13:26:40.006+02:00(Meta)televisión de autor, female gaze y otros apuntes del montón<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-thxYmEs9bi6YVvvd5ifrClDrd8FFbSHb2bxIcFhbe2Ask5s2On0cNrfzDrMJ3hGkJeqUISq37gtMn2tq-Nt4ok7uDqJUsvdGGTqMXbfcAvTkJ0XW50O9oXvTm2mfUadyBw_xNlIyDTI/s1600/3.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="883" data-original-width="1600" height="352" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-thxYmEs9bi6YVvvd5ifrClDrd8FFbSHb2bxIcFhbe2Ask5s2On0cNrfzDrMJ3hGkJeqUISq37gtMn2tq-Nt4ok7uDqJUsvdGGTqMXbfcAvTkJ0XW50O9oXvTm2mfUadyBw_xNlIyDTI/s640/3.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #ffe599;"><i>Master of None </i>(Netflix) regala múltiples postales en su sobresaliente segunda temporada</span></td></tr>
</tbody></table>
<blockquote class="tr_bq">
<i><span style="color: red;">Antes que nada, perdónenme la amalgama. En cuanto a spoilers, se avisará pertinentemente de su presencia en el párrafo. En el texto se hablará de The Leftovers, Master of None, I Love Dick y Crashing (UK).</span></i></blockquote>
Existe la posibilidad de que más de alguna cadena de televisión (o plataforma de Video Bajo Demanda) cobije alguna que otra joya escondida entre su catálogo de series. Joyas que precisamente sobreviven gracias a grandes producciones emitidas en la misma cadena/plataforma y cuyos beneficios permiten la existencia de estas ficciones minoritarias, encargadas en cierto modo de otorgar un nombre y un prestigio a la "marca" -premios, ser la niña bonita de la crítica especializada- más que una ganancia económica y comercial. Posiblemente gracias a <i>Juego de Tronos</i>, Damon Lindelof y Tom Perrota hayan podido desarrollar <i>The Leftovers</i> durante tres temporadas en HBO, o <i>Looking</i> tuviese la oportunidad de despedirse con una película tras dos temporadas de audiencias paupérrimas y mínima conversación.<br />
<br />
Lo mismo ocurre en AMC con su producto estrella <i>The Walking Dead</i> (y su <i>spinf-off </i>'Fear The Walking Dead'), cuyo éxito durante siete años seguramente pague las facturas de <i>Halt and Catch Fire</i> y <i>Turn </i>(cuyas cuartas temporadas serán las últimas) o incluso <i>Better Call Saul</i>, el <i>spin-off</i> de <i>Breaking Bad </i>[¡qué lástima que<i> Rubicon</i> llegase meses antes que <i>The Walking Dead</i>!]. Fuera de la televisión de cable estadounidense, también hay ejemplos como el de <i>American Crime</i> en ABC (el prestigio les ha durado tres temporadas) o <i>Master of None</i> en Netflix. ¿Cómo puede existir un producto tan minoritario y de autor como este último citado? Gracias a éxitos (a veces de crítica, otras no) como <i>Stranger Things</i>, <i>Por 13 razones</i>, <i>Fuller House</i> (<i>Madres forzosas</i>) o las películas de Adam Sandler.<br />
<br />
Luego hay ejemplos como el de<i> I Love Dick</i>, serie de Amazon, cuya existencia parece estar motivada como recompensa a su responsable, Jill Soloway, por la tremenda visibilidad que <i>Transparent </i>-su otra hija-<i> </i>le ha dado a la plataforma, la cual pensaba pegar el petardazo llevándose a Woody Allen a la "pequeña pantalla" y sin embargo, su <i>Crisis in Six Scenes</i> se quedó en agua de borrajas y, lo más importante, no generó conversación en Internet ni por parte de la crítica especializada (más allá de defenestrar la ficción sin sal) ni por parte de los espectadores que la ignoraron.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsOC7fXpCMRyseDUk0gbnbOKhjxaqmRHDRAF5qNU9ZCdWhnK-XpeMihLRyKyYUsBgKeFaPtypyU_KJle7Vm47svcMDWc_JJxPTMFMoN-ccsBagS9W-w3Bm8tPbB8vJalKqwdm2lDWw6Fs/s1600/4.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="897" data-original-width="1600" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsOC7fXpCMRyseDUk0gbnbOKhjxaqmRHDRAF5qNU9ZCdWhnK-XpeMihLRyKyYUsBgKeFaPtypyU_KJle7Vm47svcMDWc_JJxPTMFMoN-ccsBagS9W-w3Bm8tPbB8vJalKqwdm2lDWw6Fs/s640/4.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #ffe599;"><i>I Love Dick </i>(Amazon)<i> </i>es el retrato de un matrimonio venido a menos pero también el de los deseos sexuales de varias mujeres</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
Seguramente <i>The Handmaid's Tale</i> vaya a pagar las facturas de otras series de Hulu (¿<i>The Path</i>?). <i>Master of None </i>podría ser otra serie más sobre un cómico/actor que interpreta a una especie de versión ficticia de sí mismo que intenta hacer malabares entre su vida profesional y personal. Aziz Ansari no es el primero ni el último en hacerlo. Ahí ya estaban Louie C.K. y su <i>Louie</i>, o Larrie David y su <i>Curb Your Enthusiasm. </i> O incluso valdría <i>The Comeback </i>de Lisa Kudrow. ¿Más ejemplos? <i>Episodes</i> con Matt LeBlanc, <i>Better Things </i>de Pamela Adlon o incluso, ¡eh!, <i>¿Qué fue de Jorge Sanz?</i> de nuestro David Trueba o <i>El fin de la comedia</i> de Ignatius Farray.<br />
<br />
En <i>Master of None</i> o <i>The Comeback</i> (o <i>30 Rock</i>, claro está), el mundo de la televisión y de los actores/presentadores es un personaje más. Tan sólo hay que poner como ejemplo el arco argumental de la segunda temporada de <i>Master of None</i> con su protagonista como presentador de un concurso de <i>cupcakes. </i>En <i>Girls</i>, a veces uno no sabe qué voz habla a sus espectadores: si la de la ficticia Hannah Horvath o la Lena Dunham de carne y hueso; como precisamente ocurre en el tercer episodio de la sexta temporada, <b>'American Bitch'<i> </i></b>(*). En<i> Girls</i> también sale de vez en cuando ese mundo de la interpretación (vía Adam), el del periodismo (vía Hannah) o incluso el de la música (vía Marnie).<br />
<br />
(*) Un episodio que puede verse perfectamente sin haber visto la serie anteriormente. ¿Más razones? Una de peso: sale Matthew Rhys (<i>The Americans</i>). Este <b>'American Bitch' </b>(6x03) de <i>Girls</i> podría funcionar perfectamente como combo con el <b>'Buona Notte' </b>(2x10) de <i>Master of None </i>al tener como columna vertebral temática, la sombra de agresiones sexuales de un hombre famoso (escritor o presentador de televisión) hacia mujeres.<br />
<i><span style="color: red;"><br /></span></i>
<i><span style="color: red;">¡Aviso, spoilers de Master of None!</span></i> | Está claro que en la semibiográfica <i>One Mississippi</i> (una muy recomendable "dramedia" de Amazon, por cierto), hay mucho de Tig Notaro, su protagonista y co-creadora junto a Diablo Cody, responsable de <i>United States of Tara</i>. En <i>Master of None </i>también hay mucho de Aziz Ansari y Alan Young, sus creadores. Ellos, mejor que nadie, pueden hablar de racismo. Pero, como en la mejor ficción, en <i>Master of None</i> se habla de todo sin subrayar (casi) nada. Habla con perspectiva de género (su '<b>Ladies and gentelman'</b> denuncia con gracia el mal trago de las mujeres al volver a casa durante una noche de fiesta o '<b>New York, I Love You'</b><i> </i>muestra cómo una chica pide a su novio que éste le practique sexo oral, harta de sólo ser ella quien "baja") a la par que construye una historia de amor que cruza el Atlántico o te espeta en la cara a un personaje público acusado de agresiones sexuales a mujeres y cómo éste intenta desentenderse del asunto delante de las cámaras. <i><span style="color: red;">Fin spoilers</span></i>.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbJNY08fNfR9t42trJodBf4iLlDeD1OasakCaiY1tEiJhnlbIcjFrIDiA61MgsL0h3rkj68_gd7gbBsiUKMwN3KUwXGnDBooRFHUYBarxgOo4o_OczOtTpfSk7AXF3q-bRfFH2LEjpZew/s1600/2.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="904" data-original-width="1600" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbJNY08fNfR9t42trJodBf4iLlDeD1OasakCaiY1tEiJhnlbIcjFrIDiA61MgsL0h3rkj68_gd7gbBsiUKMwN3KUwXGnDBooRFHUYBarxgOo4o_OczOtTpfSk7AXF3q-bRfFH2LEjpZew/s640/2.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #ffe599;">Los planos en la tercera y última temporada de <i>The Leftovers</i> (HBO) dicen más que mil palabras</span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="color: red;"><i>¡Aviso, spoilers de The Leftovers! </i></span><i>| The Leftovers</i> se nota que es hija del mal trago de Damon Lindelof con <i>Perdidos</i>. Podría decirse que la tercera temporada de <i>The Leftovers </i>se las apaña para enmendar la mala ejecución de las buenas ideas que poblaron la sexta y final temporada de <i>Perdidos</i>. ¿O acaso la realidad visitada por el protagonista de <i>The Leftovers</i>, Kevin Garvey, durante sus dos últimas temporadas no podría ser la misma que la realidad alternativa de la sexta temporada de <i>Perdidos</i>? En ambas realidades, sus personajes no saben que están muertos. En ambas ficciones, el salto del plano de la realidad al plano de lo fantástico (al más puro estilo <i>Becqueriano</i> en sus leyendas) es continuo y en ocasiones cuesta discernir qué es verdad y qué no (la última confesión de Nora Durst en <i>The Leftovers</i> es el exponente más claro). <i><span style="color: red;">Fin spoilers</span></i>.<br />
<br />
Hay arrojo, por ejemplo, en la decisión de contar la historia de <i>The Leftovers</i> desde el punto de vista de un personaje por episodio (algo que <i>Skins </i>hacía). Una decisión, tomada al inicio de la segunda temporada, que revitaliza la ficción hasta límites insospechados. La evolución del tono de <i>The Leftovers</i> a lo largo de sus 28 episodios -desde la casi inaguantable pesadumbre del inicio hasta la minúscula esperanza esbozada al final- recuerda a otra serie de autor -Ray McKinnon- que experimenta semejante conversión: <i>Rectify</i>. Dos ficciones que duele ver en sus albores pero que poco a poco van iluminándose incluso en la selección musical. En <i>The Lefovers</i>, por ejemplo, la presencia de las desgarradoras composiciones de Max Ricther va disminuyendo con el pasar de las temporadas.<br />
<br />
Tanto en <i>The Leftovers </i>como en las citadas <i>Master of None </i>y <i>I Love Dick</i>, sus responsables se permiten el lujo de suspender la trama principal en cualquier momento; <i>The Leftovers</i> lo hace en sus tres volúmenes (*), <i>Master of None</i> lo hace con su <b>'New York, I Love You' </b>(2x06) en el que el protagonismo es cedido a una variedad de personajes que habitan en la capital o su<b> 'Thanksgiving</b>' en el que el protagonismo es cedido al personaje de Denise (Lena Waithe, guionista de ese capítulo para más inri) con una espléndida Angela Bassett como su madre; <i>I Love Dick</i> también hace lo propio en<b><i> </i>'A Short Story of Weird Girls'</b> (1x05) otorgando el protagonismo a tres personajes femeninos secundarios (**). Todos estos capítulos incluso pueden funcionar como una especie de mediometrajes de treinta minutos, independientes de sus respectivas temporadas. Mención especial al capítulo de casi una hora de duración de <i>Master of None</i> (<b>'Amarsi un po'</b>) en una ficción cuyos episodios no sobrepasan la media hora.<br />
<br />
(*) <i><span style="color: red;">¡Aviso, s</span></i><span style="color: red;"><i>poilers de The Leftovers! </i>- </span>El 1x09, 2x08 y 3x07. En la primera temporada, la digresión sirve para mostrar un <i>flashback </i>de casi una hora. Este extenso <i>flashback</i>, en cierto modo, podría haber funcionado como carta de presentación de la ficción; sin embargo, no habría tenido el mismo efecto (la revelación de Laurie por ejemplo) si hubiese sido emitido como "piloto". Las digresiones de la segunda y tercera temporada sirven para Kevin visitar ese mundo de ultratumba, permitiéndose la serie abrazar su lado más <i>Lynchiano</i>. <i><span style="color: red;">Fin spoilers</span></i>.<br />
(**) Sería erróneo describir a los tres personajes como "femeninos" pues uno de ellos -Devon- parece encajar más en el género no binario. Nunca se explicita más allá de que en sus <i>flashbacks</i>, su madre le llama "Dolores" -"Mi nombre es Devon" es su respuesta- y le insta a comportarse como una "señorita.<br />
<br />
En <i>I Love Dick</i> -cuya fuente original en un ensayo del mismo nombre escrito por Chris Kraus y publicado en 1997- su protagonista parece ser una especie de <i>alter ego</i> de Jill Soloway al ver cómo su vida personal y el conocer a determinadas personas suponen una fuente de inspiración y creación de arte. Mientras la segunda temporada de <i>Master of None</i> es un claro homenaje al cine clásico italiano (Michelangelo Antonioni, Federico Fellini), <i>I Love Dick</i> rinde homenaje a mujeres cineastas como Jane Campion (<i>La pianista</i>), Chantal Akerman (<i>Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles</i>) o Sally Potter (<i>Orlando</i>), mostrando incluso clips de las películas anteriormente citadas en una escena del primer episodio.<br />
<br />
Dicha escena es reveladora pues muestra a dos hombres -escépticos de que una mujer pueda hacer una película sobresaliente ofreciendo razones sin fundamento alguno- hablar del trabajo cinematográfico de una mujer con ella misma delante. Es más, teniendo enfrente a la creadora de una obra de arte, uno de los hombres sólo pide opinión sobre dicha obra al otro hombre (marido de ella). Como también ocurre en <i>El Ministerio del Tiempo</i>, las referencias artísticas a las que se alude en<i> Master of None </i>y <i>I Love Dick </i>son fuente de una voluntad didáctica hacia sus audiencias.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCmFedWKDvsN1ktH2R1McNEmry33G_BTapI8ChEyNX5eNt1o-TkLHmK3Guypc9HUcGVVzMuklRIJ7NXZc-6Wda8DuDbr0Ms8OgTnUtlXClB9nolWTI62KVSyIXLPF0tS8i0q2NgAepdVQ/s1600/Captura+de+pantalla+%25283070%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1366" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCmFedWKDvsN1ktH2R1McNEmry33G_BTapI8ChEyNX5eNt1o-TkLHmK3Guypc9HUcGVVzMuklRIJ7NXZc-6Wda8DuDbr0Ms8OgTnUtlXClB9nolWTI62KVSyIXLPF0tS8i0q2NgAepdVQ/s640/Captura+de+pantalla+%25283070%2529.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #ffe599;">Fotograma del sexto episodio de la primera temporada de </span><i style="background-color: #ffe599;">Crashing </i><span style="background-color: #ffe599;">(Channel 4 / Netflix)</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
Si <i>I Love Dick </i>apuesta al 100% por la mirada femenina (<i><a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Female_Gaze">female gaze</a></i>) en la que por una vez el objeto deseado es un hombre (el personaje interpretado por Kevin Bacon, quien llega a verbalizar su malestar con dicha cosificación), <i>Master of None</i> apuesta por una masculinidad no hegemónica (con la excepción del personaje de Bobby Cannavale, el cual acaba recibiendo palos) con un Dev que cruza las piernas al sentarse, planifica una cita con una mujer pidiendo consejo a su mejor amigo o expresa sus sentimientos sin pudor alguno. Puede que la serie más famosa de Netflix por su carácter inclusivo sea <i>Sense8</i>, sin embargo, <i>Master of None</i> también apuesta por la inclusión de diferentes etnias/razas, culturas, religiones y orientaciones sexuales.<br />
<br />
En cierto modo, el personaje de Dick en <i>I Love Dick </i>sirve como muso de su protagonista, Chris (Kathryn Hahn). Precisamente en el ya mencionado episodio<b> 'A Short Story of Weird Girls'</b>, el personaje de Toby -cuyo sobresaliente expediente universitario en Historia del Arte se debe al estudio del cuerpo de la mujer en el porno- expone cómo hay muchas más mujeres desnudas en el arte por su condición de musas pues el artista suele ser un hombre. Esto conecta con el tercer episodio de la británica <i>Crashing -</i>protagonizada, creada y escrita por Phoebe Waller-Bridge, también artífice de <i>Fleabag-</i> en el que el personaje de Melody confiesa que no está acostándose con Colin sino que él es su muso. Una confesión que el resto de personajes no sabe muy bien cómo asimilar.<br />
<br />
En <i>Crashing</i>, se nota quién está detrás de los guiones: una mujer. Hay una trama concerniente al orgasmo de un personaje femenino e incluso el personaje de Melody -una pintora francesa- llega a decir que lo que quieren [los hombres] es que las mujeres odien sus propios cuerpos. Melody además es quien toma la iniciativa para llamar la atención de un hombre mayor y no al revés. Un hombre que llora (porque su mujer le ha sido infiel) y que su único deseo es pisar la hierba de su antiguo jardín.<br />
<br />
Como regalo de despedida, el mejor plano de <i>The Leftovers </i>en <a href="https://www.youtube.com/watch?v=YHNz0D50EDw">una memorable escena a golpe de <b>'Take on me' </b>de A-ha.</a><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEja3pgYY8DZq_dZrFfQU1_-ZAG9V_nmWA09pjHx209TalMFLjqC-pls228G38BlSAmbCgRGOxE5xyl2_IHkakpOZoGtcm-AD7mU0OWt6Tfly7eZMnQdD3FjDYngHWD3HIo9Obz4SYzZqLU/s1600/Captura+de+pantalla+%25282554%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1366" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEja3pgYY8DZq_dZrFfQU1_-ZAG9V_nmWA09pjHx209TalMFLjqC-pls228G38BlSAmbCgRGOxE5xyl2_IHkakpOZoGtcm-AD7mU0OWt6Tfly7eZMnQdD3FjDYngHWD3HIo9Obz4SYzZqLU/s640/Captura+de+pantalla+%25282554%2529.png" width="640" /></a></div>
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Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-86482978129888971842017-06-19T10:51:00.000+02:002017-06-19T14:26:26.245+02:00Deshojando la primavera televisiva<div style="text-align: justify;">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVS2Q-mVxH9FQxQffAj9NRZGBbOK8vSMYdeSrPfljjPsOimdQIsqXDG7x4KwJH8L_Qpk6V0Lt1c1-rAv2VHA4Xxm_IFdMkugYhnCNk6uK4SnhyphenhyphentUEytmtxFsERxsY157ou9yS9m_E24_w/s1600/1.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="902" data-original-width="1600" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVS2Q-mVxH9FQxQffAj9NRZGBbOK8vSMYdeSrPfljjPsOimdQIsqXDG7x4KwJH8L_Qpk6V0Lt1c1-rAv2VHA4Xxm_IFdMkugYhnCNk6uK4SnhyphenhyphentUEytmtxFsERxsY157ou9yS9m_E24_w/s640/1.png" width="640" /></a></div>
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Da gusto encontrar calidad en la televisión española. En la pública, en la privada y en la de pago. Pensé que le dedicaría a estas alturas algunas palabras (halagadoras) a <i>La casa de papel</i>, la última incursión del sello Atresmedia Series -Antena 3, vamos- pero personalmente ha supuesto una decepción. Es lo que tiene vender la serie como el paso siguiente a <i>Vis a vis </i>(*). Y no llegarle a la suela de los zapatos en arrojo. El primer episodio está bien, francamente bien, y aguanta la hora y veinte minutos de rigor. Sin embargo, toda la adrenalina del primer episodio va diluyéndose en los siguientes episodios y varias decisiones de guion dejan en entredicho la vitoreada calidad de la ficción.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
(*) Por cierto, <i>Vis a vis</i> podría contar, según Bluper, con una <a href="http://bluper.elespanol.com/noticias/fox-planea-resucitar-vis-a-vis-tercera-temporada-serie">inesperada</a> tercera temporada en FOX España.<br />
<span style="color: red;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">Aviso <i>spoilers</i> de <i>La casa de papel</i></span> | Un ejemplo de ello es el cómo se fragua la relación entre los personajes de El Profesor (Álvaro Morte) y la inspectora Raquel Murillo (Itziar Ituño, quien protagonizó <i><a href="http://girodeguion.blogspot.com.es/2015/11/loreak-un-ramito-de-violetas-candidato.html">Loreak</a></i>); entiendo lo que los guionistas pretenden hacer con este tórrido juego del gato y el ratón (en la línea de lo que <i>Sé quién eres </i>hace con Juan Elías y Eva Durán o <i>Homeland</i> con Brody y Carrie) pero no funciona por la rapidez de los acontecimientos. Otro ejemplo es el no-asesinato de Mónica a manos de Denver. Si algo que hizo <i>Vis a vis </i>en su segundo episodio fue demostrar que no le temblaba el pulso en matar a personajes, un aviso de que cualquier giro de acontecimientos podía pasar y cualquier personaje podía morder el polvo. Y así pasó. Sin embargo, lo peor que le podía pasar a <i>La casa de papel </i>era resultar previsible al jugar en un género donde el giro de guion es su principal arma. En mi caso, me bajé del atraco tras el tercer episodio precisamente por previsible. Eso sí, Úrsula Corbero no desentona en la serie y su Tokyo mola. No tanto el triángulo amoroso (¿qué necesidad?) en el que se ve metida. Aún así, me da cierta rabia haber dejado aparcada <i>La casa de papel </i>por sus aires de ficción<span style="font-family: inherit;"> de <span style="background-color: white; text-align: start;"><i>auteur</i> </span>y por su po</span>tencial. Un potencial, siempre recuerdo, que <i>Sin identidad</i> logró sacar adelante tras una <i>que-sí-que-no</i> primera temporada. Quizás 18 episodios -como temporada única aunque se promocione el parón veraniego como final de temporada- sean demasiados.</div>
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<br /></div>
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</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgd0hCFBPUDNMbc8Hb5SOrdhp53sq1q1Cc8ULEJRBdnynMezp2COXxK3kwRqCB7_Z9MmSC7DEgRKHTA-2_wLZIah4YIhp0-jLiSlkmClIRQaTbOuqopH5kb8mxzz4TaM3GxeK30POKSZXM/s1600/Captura+de+pantalla+%25282506%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1366" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgd0hCFBPUDNMbc8Hb5SOrdhp53sq1q1Cc8ULEJRBdnynMezp2COXxK3kwRqCB7_Z9MmSC7DEgRKHTA-2_wLZIah4YIhp0-jLiSlkmClIRQaTbOuqopH5kb8mxzz4TaM3GxeK30POKSZXM/s640/Captura+de+pantalla+%25282506%2529.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #ffe599;">Plano cenital en el 1x01 de<i> La casa de papel</i></span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="color: red;">Aviso, <i>spoilers</i> de <i>El Caso Asunta</i></span> | Sin embargo, y contra todo pronóstico, debo escribir alabanzas sobre <i>El Caso Asunta: Operación Nenúfar </i>(rebautizado como <i>Lo que la verdad esconde</i> para continuar con la marca en un segundo volumen sobre los Marqueses de Urquijo) de Bambú Producciones y Antena 3. Un documental de tres entregas enmarcado en el género del <i>true crime </i>que sigue la estela de otro <i>true crime </i>muy bien hecho en nuestro país: <i>Muerte en León </i>(Movistar+), <a href="http://girodeguion.blogspot.com.es/2017/02/lo-breve-bueno.html">del que hablé en febrero</a>. <i>El Caso Asunta</i> sirve sobre todo como una punzante crítica al juicio mediático paralelo que se orquestó en los medios de comunicación (*) y en la opinión pública (una radiografía al fin y al cabo de nuestra sociedad contemporánea) así como exposición de que el camino de la justicia está lleno de piedras y mala <i>praxis </i>(**). Siempre desde el respeto (***) y huyendo del fácil amarillismo, el documental consigue ni más ni menos que declaraciones de los máximos protagonistas del caso mediante conversaciones telefónicas y cartas. Precisamente las duras palabras de Alfonso Basterra durante una carta entre él y Ramón Campos son el material para cerrar el documental. En dicha correspondencia, Basterra llega a confesar que tras salir de la cárcel, una vez conseguida la libertad, se suicidará. Un final (****) acorde al aparente propósito de los responsables de esta investigación: generar dudas sobre un suceso en el que se dieron por hechas demasiadas circunstancias. Podría pensarse que otro de los propósitos es humanizar a los verdugos-víctimas.<br />
<br />
(*) La propia Antena 3, más concretamente el programa matinal <i>Espejo Público</i>, no se libra de los dardos ni tampoco 13TV o Federico Jiménez Losantos en esRadio. Una pena que no hubiera fragmentos de los programas de sucesos de Telecinco.<br />
(**) El documental consigue exponer cómo determinados testimonios o incluso pruebas definitorias no llegaron al juicio. Algo que <i>Muerte en León</i> también destapó durante sus últimos compases.<br />
(***) Quizás el único <i>pero</i> sea el mostrar el cadáver de la niña.<br />
(****). Muy lírico. Como el pasaje final de <i>A sangre fría</i>. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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También estoy viendo <i>El Puente</i>, programa de #0 (Movistar+) que supone el regreso de Paula Vázquez ya no sólo a la pequeña pantalla sino también a un género de televisión que a la gallega ya le había dado alegrías: el <i>reality show </i>de aventura y supervivencia. Y cómo no, también estoy viendo el tercer volumen de <i>Tabú </i>de Jon Sistiaga, su programa de reportajes de #0, esta vez dedicado a la maldad. En ambos productos, la factura técnica es un personaje más que ayuda a crear una atmósfera determinada. Se ha llegado incluso a comparar <i>El Puente</i> -formato de telerrealidad- con <i>Perdidos </i>-formato de ficción- por la manera de presentación de los personajes/concursantes: dos por programa. Si hay algo que hace excepcional a <i>El Puente</i> es que se toma su tiempo para colocar las fichas sobre el tablero y sobre todo: para poner las cartas boca arriba. Serán ocho entregas en total.</div>
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<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOr6hr9HW0Q9T-OkSIhzl1C9RTnjXCBXnr6_OFWRwJysyeDITuVjMD2b2Z75N__e9KdCwGR9Pq6Ezt-j5shh_ri1USqsb33vl2Dt93aNGchijIcdU4ELD_XESxzyrbfSQk2lbYWLR7GLA/s1600/Captura+de+pantalla+%25282859%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1366" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOr6hr9HW0Q9T-OkSIhzl1C9RTnjXCBXnr6_OFWRwJysyeDITuVjMD2b2Z75N__e9KdCwGR9Pq6Ezt-j5shh_ri1USqsb33vl2Dt93aNGchijIcdU4ELD_XESxzyrbfSQk2lbYWLR7GLA/s640/Captura+de+pantalla+%25282859%2529.png" width="640" /></a></div>
<span style="color: red;"><br /></span>
<span style="color: red;">Aviso, <i>spoilers</i> de la tercera temporada de <i>El Ministerio del Tiempo</i></span> | Los tres programas anteriormente citados tienen algo de ficción -ya sea la reconstrucción de un hecho, los elaboradísimos planos o la prestación de técnicas narrativas más propias de las series y el cine- pero para ficción -con algo de realidad, de historia- está <i>El Ministerio del Tiempo</i>, la cual ha regresado a La 1 de TVE con su ya tercera temporada. <i>"Pintada, no vacía: pintada está mi casa del color de las grandes pasiones y desgracias". </i>Estas palabras sirven en el segundo episodio de la tercera temporada para despedir (o dar la bienvenida, según se vea) a un personaje ya icónico de la serie: Lola Mendieta (Natalia Millán/Macarena García). La frase pertenece al poema <i>Canción última</i> de Miguel Hernández y sólo una serie como ésta podía incluirla de manera tan elegante. Hablando de pintura, pareciera que <i>El Ministerio del Tiempo</i> fuera hija del mejor costumbrismo, aquel que pinta cuadros como espejos.<br />
<br />
La ficción creada por los hermanos Olivares <a href="http://girodeguion.blogspot.com.es/2016/12/este-tuerto-ve-muy-bien.html">no ha gozado de un camino de rosas a lo largo de toda su existencia</a> y la apertura de esta tercera temporada así lo demuestra: la despedida del personaje de Julián (Rodolfo Sancho) fuera de cámara. Y es aquí donde sus responsables han demostrado una vez más, que de la necesidad, hacen una virtud. Aún así, da coraje que después de toda la maraña que se armó en la segunda temporada para que Sancho compaginara las grabaciones de <i>El Ministerio</i> con <i>Mar de plástico</i>, ahora el personaje desaparezca así para siempre. O no... ahí tenemos el caso de Lola Mendieta.<br />
<br />
La serie, además, continúa con su labor didáctica y jugueteando con la historia. O más bien, retorciéndola, como ya hiciera a su manera la estadounidense <i>Sleepy Hollow</i>. Si en el 3x01, la ficción propone revisitar los clásicos de Alfred Hitchcock; el 3x02 enseña una de las claves del final de la Segunda Guerra Mundial, y el 3x03 cuenta de qué trataba el verdadero romanticismo allá por el siglo XIX. Julián se ha marchado, Pacino ha regresado, y la serie ni se ha molestado en avivar el tórrido <i>affaire </i>entre este último y Amelia pues <i>El Ministerio</i>, como siempre se encargan de recordar sus responsables, no es un culebrón. Otra de sus valías es que nunca se olvida de dónde vienen sus personajes, qué les ha ocurrido en temporadas anteriores. Los arcos argumentales, llamémosles "emocionales", son cuidados hasta en la mínima expresión como el chascarrillo de Pacino sobre la exacerbada predilección de Amelia por los poetas (Lope de Vega para mayor concreción).<br />
<i><br /></i>
<i>El Ministerio</i> continúa mudando de piel cada semana sin miedo alguno: del cine clásico a la literatura romántica (con la presencia de elementos propios del Romanticismo como la luna, la niebla, el cuervo, la dama pálida... el misterio al fin y al cabo) pasado por las historias de espías.<i> El Ministerio del Tiempo</i>, desde el terreno de la ficción, también hace una radiografía de nuestro país o incluso de nuestro tiempo. Para muestra, dos ejemplos del tercer episodio de la tercera temporada: la conversación entre la joven Lola Mendieta y Salvador:<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
- Hay un país que vive en democracia pero que aún conserva vicios del pasado. Nuestros vecinos del norte nos miran por encima del hombro y nosotros miramos por encima del hombro a los del sur. Tenemos el país que merecemos.<br />
- ¿Y eso es bueno o es malo?<br />
- Buena pregunta.</blockquote>
</div>
Y la conversación entre Amelia, Pacino y Alonso:</div>
<blockquote class="tr_bq">
- ¿Y qué? ¿Tienes ganas de conocer a Bécquer?<br />
- Sí, soy una gran admiradora de su obra.<br />
- ¿Y tú?<br />
- Bueno...yo... me aprendí alguna rima en el colegio...para ligar.<br />
- ¿Y te funcionó?<br />
- ¿Y tú me lo preguntas? Poesía eres tú.<br />
- Los del siglo XX tenéis mal entendido el Romanticismo.<br />
- ¡Habló la experta!<br />
- El otro día saqué un DVD de la biblioteca, una comedia romántica, y de romántica no tenía nada.<br />
- ¿Y no había dos enamorados?<br />
- Sí... pero el Romanticismo en realidad es la exaltación del yo y de lo subjetivo. De la insatisfacción ante un mundo que nos limita.<br />
- ¡Anda coño y yo sin saberlo!<br />
- Los románticos prefieren fusionar su alma con la naturaleza agreste y oscura, que es el espejo de sus emociones.<br />
- ¡Anda!<br />
- En lugar de comedia romántica, tendrías que haber mirado cine de terror.<br />
- Pues entonces no leáis las leyendas del susodicho Bécquer si no queréis que se os aflojen las tripas.<br />
- ¿Pero tú te las has leído?<br />
- Por supuesto, les eché un vistazo. Son inquietantes. Yo es que no lo entiendo. La vida ya es suficientemente ardua y sombría, ¿para qué inventarse historias escalofriantes?<br />
- Porque eso es el Romanticismo. </blockquote>
<div style="text-align: justify;">
La serie siempre finaliza por todo lo alto (algo que por cierto,<i> El Puente</i> sabe hacer también) ya sea con alguna reflexión (las últimas palabras del personaje de Miryam Gallego antes de tirarse al vacío en el 3x03) o algún golpe emocional (las flores en la tumba del 3x02). Finales en alto que no necesitan de giro de guión alguno pues cuentan con lo más importante: corazón. Aún recuerdo el cierre del sexto episodio de la segunda temporada, aquel dedicado a la figura de Houdini, quien pide a la patrulla poder regresar a la Hungría del pasado para ver a su madre. TVE emitirá un total de seis nuevos episodios para después del verano emitir los siete restantes.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbvRNeo88YPWCow0urLUzWopHccaIkQFZ_OELu5p2f4l5DZCLxRx6Bhvou0G-39XhiW3fUFM7hb_Xeqlgm9VBIBFBYR3a7bJfj6KSIvUrwbN8-Ti3tT7fPGFYmYK2TM1qKmRGUAz3Jf-s/s1600/Captura+de+pantalla+%25283021%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1366" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbvRNeo88YPWCow0urLUzWopHccaIkQFZ_OELu5p2f4l5DZCLxRx6Bhvou0G-39XhiW3fUFM7hb_Xeqlgm9VBIBFBYR3a7bJfj6KSIvUrwbN8-Ti3tT7fPGFYmYK2TM1qKmRGUAz3Jf-s/s640/Captura+de+pantalla+%25283021%2529.png" width="640" /></a></div>
<br />
Poesía eres tú, <i>El Ministerio del Tiempo</i>.Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-34548996236715530342017-05-14T10:53:00.002+02:002017-05-16T16:48:34.981+02:00El órdago de 'Sé Quién Eres' que gripó su motor<div style="text-align: justify;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrWFjRr8F3mpI2rwK2sBMtGYqhBG4aEYLc7iDsULZolRGZqGO97nXikbV5pBhRCZOVshMDIi3MKTtFIUgbqHkxteeQ40fCoQD5m7fulaTXaOlWVIoK8SHUDKGkQ5j_G73BZAievoh4plQ/s1600/Captura+de+pantalla+%25281572%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrWFjRr8F3mpI2rwK2sBMtGYqhBG4aEYLc7iDsULZolRGZqGO97nXikbV5pBhRCZOVshMDIi3MKTtFIUgbqHkxteeQ40fCoQD5m7fulaTXaOlWVIoK8SHUDKGkQ5j_G73BZAievoh4plQ/s640/Captura+de+pantalla+%25281572%2529.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;">Final del episodio 9: éste podría ser fácilmente el cenit de <i>Sé Quién Eres</i></span></td></tr>
</tbody></table>
<i>Sé Quién Eres</i> acaba de finalizar en Telecinco tras la emisión ininterrumpida de su única temporada de 16 episodios con una audiencia más que estable, <i>Las chicas del cable</i> acaba de aterrizar en Netflix como su primera producción de ficción en España, <i>La casa de papel </i>se estrenó el pasado martes 2 de mayo con más de 4 millones de espectadores en Antena 3 (*) , el favor (¿exacerbado?) de la crítica especializada y un equipo responsable como aval (procedentes de <i>Vis a vis</i>), y TVE está a punto de estrenar la (ya) tercera temporada de <i>El Ministerio del Tiempo</i>, posible gracias a un <a href="http://www.rtve.es/rtve/20161229/rtve-firma-acuerdo-colaboracion-netflix-sobre-derechos-ministerio-del-tiempo/1461461.shtml">acuerdo de colaboración con Netflix sobre sus derechos</a>. Cuatro series que (para bien y para mal) están dando de qué hablar y eso es siempre positivo en nuestra ficción televisiva. Hoy hablaré de <i>Sé Quién Eres</i>.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
(*) Con resbalón de audiencia en el segundo episodio. Más de un millón de espectadores se ha dejado por el camino en una semana. Hubo trampa: el estreno de la serie tuvo como telononera a una semifinal de <i>Champions </i>con doble sabor madrileño.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Al promocionar por enésima vez el inminente estreno de <i>Sé Quién Eres</i> a principios de año (habían sido varios los amagos de sacarla del cajón desde que empezó a grabarse en verano de 2015), a los de Telecinco se les ocurrió la idea de rememorar los tiempos de <i>Twin Peaks </i>y hermanar ambas ficciones: comparar el evento que supuso la ficción estadouniense de David Lynch en 1990 y el evento que se deseaba que fuese la ficción española de Pau Freixas en 2017. Por partes: tras la emisión del último capítulo de la primera temporada de <i>Twin Peaks</i> (por lo visto, Telecinco había prometido la resolución del misterio: el icónico <b>"¿Quién mató a Laura Palmer?"</b>), la centralita de la cadena se colapsó con llamadas de espectadores defraudados (*). <a href="http://elpais.com/diario/1990/12/01/radiotv/660006002_850215.html">Aquí la prueba en El País</a>. Telecinco supuestamente quería curarse de espanto y es por ello que no quería atreverse a emitir el final de la primera temporada de <i>Sé Quién Eres</i> y montar semejante revuelo al de Palmer. Inicialmente se había contado que <i>Sé Quién Eres</i> contaría con dos temporadas, cada una de diez episodios (***). Pero más tarde se decidió solapar ambas temporadas, reducir el número de entregas a dieciséis y emitir la serie del tirón para evitar -<i>ejem, ejem</i>- el colapso de las centralitas (ahora <i>twitter</i>) de Telecinco. Más allá de mi incredulidad ante tal respeto por el espectador (*), es de agradecer su programación sin parón alguno. Las horas intempestivas son otro cantar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
(*) Algo que Antena 3 tenía la manía de hacer con <i>El Internado </i>anunciando los finales de temporada como finales de serie.</div>
<div style="text-align: justify;">
(**) <i>El Príncipe</i> pasó de los 6.290.000 espectadores (33,3%) del final de su primera temporada a los 4.883.000 (24,7%) del estreno de la segunda tras once meses de parón.</div>
<div style="text-align: justify;">
(***) La misma planificación llevada a cabo con <i>La verdad</i>, una de las series que Telecinco tiene en recámara. Parece que la próxima en desempolvar será <i>Perdóname señor</i>, miniserie de ocho episodios protagonizada por Paz Vega. Una mezcla entre <i>El Príncipe</i> y <i>El Niño </i>que no huele muy bien.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGd5nR0JgXQUMwriryErnE-M24P2RYQvpehXeDFcrusuXRVjm6li6ObOKRcCWGvKUb91psun-r7Ja1UTF3mJTwX881vViE0YTUbaYA0Wx363RjKKUgjwPmz7KFhj0LheBJpwK2NoK_tSU/s1600/Captura+de+pantalla+%25281344%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGd5nR0JgXQUMwriryErnE-M24P2RYQvpehXeDFcrusuXRVjm6li6ObOKRcCWGvKUb91psun-r7Ja1UTF3mJTwX881vViE0YTUbaYA0Wx363RjKKUgjwPmz7KFhj0LheBJpwK2NoK_tSU/s640/Captura+de+pantalla+%25281344%2529.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;">El <i>bienmalavenido</i> matrimonio Elías-Castro</span></td></tr>
</tbody></table>
Pero al César lo que es del César: <i>Sé Quién Eres</i> ha conseguido mantener una audiencia fiel de más de 2 millones de espectadores a lo largo de quince semanas, independientemente de la oferta del resto de las cadenas (la tercera temporada de <i>Allí abajo</i> de Antena 3). En mi caso, la he estado viendo gracias a HBO España al tenerla en catálogo en menos de 24 horas tras su emisión original. Pero aquí importa qué serie ha sido al final <i>Sé Quién Eres</i>, no sus números. Tras ver sus dos primeros episodios, <a href="http://girodeguion.blogspot.com.es/2017/01/se-quien-eres-sabe-que-buena-serie-es.html">escribí entusiasmado sobre ella</a>: una digna heredera del mejor <i>thriller</i> (y culebrón cañí) de <i>Motivos Personales</i> y <i>Acusados</i>, una serie <i>cuasi </i>de autor, un misterio capaz de soportar la hora y cuarto de duración por episodio y unos personajes con la moral y los escrúpulos en <i>stand by</i>. La originaria primera temporada de la serie (o sea, sus diez primeros episodios) supone ya no sólo un entretenimiento de primera sino que por momentos es una serie de calidad de la que presumir como exportación.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">A partir de aquí,<i> spoilers</i></span> | A <i>Sé Quién Eres </i>no le tembló en pulso en resolver el enigma de la amnesia real o fingida de su protagonista Juan Elías a los seis episodios; no le tembló el pulso a la hora de resolver el gran misterio central en un prologando (y efectivo, aprovechado) <i>flashback</i> durante el inicio del décimo capítulo; tampoco le tembló el pulso en resolver la identidad del topo entre las bambalinas de la ley, ni en retratar un matrimonio tan bien-mal avenido como el de Juan Elías y Alicia Castro (con una escena de sexo un tanto turbia en el hotel o ella dispuesta a tirar un cadáver por su amnésico marido) o abrazar por momentos el romanticismo heroico del villano Elías y su antigua amante -Eva Durán- para echarlo por tierra y empantanarlo hasta límites insospechados. Simultáneamente, la ficción tenía un ritmo frenético (siempre un giro, siempre una nueva pista) pero también se tomaba su tiempo para desarrollar a todos y cada uno de sus personajes y sus dilemas (Giralt y su marido fallecido es un ejemplo, el no querer volver a casa y refugiarse en el trabajo).</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">Aviso, <i>spoilers</i> de <i>Homeland</i> </span>| Pero algo se torció con el <i>cliffhanger </i>con el que se despidió el décimo episodio, aquel que los señores de Telecinco no querían dejar en suspenso/suspense durante un año. Resuelto el enigma de Ana Saura (un<i> whodunit</i> entretenidísimo y bien hilado), se abrían dos nuevos enigmas: ¿Quién ha apuñalado a Alicia Castro? y ¿qué pasará con Ana Saura en cautiverio? Algo valiente hay en el traspase del décimo al undécimo episodio pues la serie muda radicalmente de piel, cambia su <i>status quo </i>(*). <i>Sé Quién Eres </i>ya no es una ficción devota al <i>whodunit</i> (aliñado con drama familiar-legal) sino una especie de drama psicológico. Durante el traspase, la serie perdió el encanto y Juan Elías y Ana Saura dejaron de ser tan interesantes. Lo mismo que le pasó a <i>Homeland</i> una vez resolvió el enigma sobre el ambiguo Nicholas Brody e incluso se le convirtió en doble agente. La gran baza de ambas series era la ambigüedad, el inflamable juego del gato y el ratón. Si el gran enigma concerniente a Ana Saura se resolvió en unos tempos imprevistos (9 episodios), los enigmas menores protagonistas de los últimos seis episodios sí han sufrido la demora: ¿importaba tanto a caso la identidad del atacante de la jueza Castro como para liar la perdiz hasta casi el último respiro de la serie? (**).<br />
<br />
(*) <i>Vis a vis </i>también cambió de <i>status quo </i>en el ecuador de su segunda temporada tras -<i><span style="color: red;">spoilers</span></i>- el asesinato de los padres de Macarena y del Sirio. De este modo se dio carpetazo a la trama de la venganza entre familias a costa de un tesoro. Aquel salto al vacío por parte de los guionistas regaló, contra todo pronóstico, un maravilloso episodio como el 2x11 gracias al nuevo arco argumental con Zulema como protagonista absoluta. Un as bajo la manga preparado progresivamente desde el 2x01.<br />
(**) El último giro de guion revela que Juan Elías no intentó matar a su mujer Alicia Castro pero sí tenía la intención de hacerlo e incluso presenció cómo Sergio Mur se le adelantaba. Funciona como <i>punch</i> emocional y encima sirve para justificar el destino macabro reservado a Eva Durán, su muerte a manos de su examante. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPozeKs2qpCp0LesSsOPjNTI-TFjA1gIF_vCkWOL17YfgireExgFaXLt6-hdogx1eOx304Rq1We_HQATYCRaFUPeDLdudjLR-77_bBwV70xEJ3f6hn4uXdKhFCSblhRdCQJrC_ootOyAo/s1600/Captura+de+pantalla+%25281329%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPozeKs2qpCp0LesSsOPjNTI-TFjA1gIF_vCkWOL17YfgireExgFaXLt6-hdogx1eOx304Rq1We_HQATYCRaFUPeDLdudjLR-77_bBwV70xEJ3f6hn4uXdKhFCSblhRdCQJrC_ootOyAo/s640/Captura+de+pantalla+%25281329%2529.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;">Eva Durán (Aida Folch) ha sido el 'corazón' de la serie</span></td></tr>
</tbody></table>
Por otra parte, la situación de Ana Saura se prologa en demasía (sirve para que Pol abrace por momentos la villanía de su padre, reticente a ello previamente), agotando el <i>momentum</i> que podría haber supuesto el regreso al mundo de los muertos de la chica desaparecida. Da la sensación de que el epílogo de seis episodios funcionaba más sobre el papel que en su ejecución. En última instancia, el punto y final al misterio de Ana Saura (la ambición le lleva a encubrir a su secuestrador) se ve eclipsado por el de Alicia Castro. Muchas idas y venidas (que si Sergio Mur es el atacante de Alicia Castro, que si Sergio Mur es diestro o ambidiestro, que si el atacante resulta ser el padre de Sergio Mur, que si Sergio Mur acaba confesando que él sí la apuñaló. Tres cuartos de lo mismo con el secuestro de Julieta a cargo de Heredia), muchos personajes olvidados (David, Giralt) o desaparecidos durante episodios (Eva Durán,el 'corazón' de la serie, o Marta Hess) en favor de nuevos (Martín Barros) e incluso tramas que se quedaron en el tintero (el hermano gemelo de Pol).</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La serie incluso pierde cierta calidad visual en los últimos seis episodios en los que pasan tantas cosas por minuto que al final no dejan huella. Sí, me parece valiente que los "malos" acaben ganando la partida (*) y se reafirme la corrupción de la familia Elías-Castro-Saura, capaz de convivir con tantos secretos y tejemanejes pero al ser tan coherente el desenlace con la filosofía de la serie (el encubrimiento del hermano gemelo de Po, los consentidos cuernos extramaritales de Juan y Alicia, la identidad del padre de Julieta), no desencaja la mandíbula. Creo que me hubiera gustado ver aquella <i>Sé Quién Eres</i> de veinte episodios. Ah, que el capítulo final dure casi dos horas (exactamente una hora y cuarenta y cinco minutos) es demencial.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
(*) Me viene a la mente el desenlace de <i>Sin identidad </i>(Antena 3) -<span style="color: red;"><i>spoilers</i></span>- regalando a su antiheroína protagonista un desenlace más que satisfactorio (formando una familia) y al resto de personajes castigos más o menos duros como Amparo desterrada a su pueblo (en vez de sufrir la trata de blancas como su hermana había planificado) o Luisa negándose a sí misma una vía de escape.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcc2AYV1d0-UmyRzpnzcxRGeqrASUsC4H7Fa3DM8b2yAEryPt2unG3iZ1-DN3-CrITVfLsT4eIf84-wZ31jOBvGurJqLEC4KPDoK8FxXMnXlJeguKKdB4aciKudp6k-nIUx8rKQE-d-8E/s1600/Captura+de+pantalla+%25282486%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcc2AYV1d0-UmyRzpnzcxRGeqrASUsC4H7Fa3DM8b2yAEryPt2unG3iZ1-DN3-CrITVfLsT4eIf84-wZ31jOBvGurJqLEC4KPDoK8FxXMnXlJeguKKdB4aciKudp6k-nIUx8rKQE-d-8E/s640/Captura+de+pantalla+%25282486%2529.png" width="640" /></a></div>
</div>
Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-80001060219030835002017-05-02T18:56:00.001+02:002017-05-04T12:38:02.990+02:00Lola Herrera haciendo de Lola Herrera<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgX2p7GuHfmv6Fy7GOGP1cX1W1SEea5RPA_hMOs2Hn20xtsb9BadigWGcpI0QVndp3sWsPIEK5ac6cblndxgoMztxSsSw0zpkyYKgoDae0dccFA_0BELvjWIqa-YlrMS7H6jhwOtHAQ-Yk/s1600/Captura+de+pantalla+%25282461%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="382" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgX2p7GuHfmv6Fy7GOGP1cX1W1SEea5RPA_hMOs2Hn20xtsb9BadigWGcpI0QVndp3sWsPIEK5ac6cblndxgoMztxSsSw0zpkyYKgoDae0dccFA_0BELvjWIqa-YlrMS7H6jhwOtHAQ-Yk/s640/Captura+de+pantalla+%25282461%2529.png" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: right;">
<span style="font-family: inherit;"><i style="background-color: #fff2cc;"><b style="background-color: #ffe599;">"Hacer de Carmen Sotillo es hacer un poco de Lola Herrera"</b></i></span></blockquote>
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"><i><span style="color: red;">Sin spoilers </span></i>| El único recuerdo que tenía hasta hace dos días de Lola Herrera era la serie de televisión </span><i style="font-family: inherit;">Un paso adelante </i><span style="font-family: inherit;">(2002-2005) cuya emisión me pilló aún en pañales pero las mil y una repeticiones de la TDT me permitieron descubrir (*) aquella ficción de Antena 3 donde la actriz daba vida a Carmen Arranz, directora de la academia de baile. Cierto es que Lola Herrera participó durante 2010 en aquel bochornoso </span><i style="font-family: inherit;">remake</i><span style="font-family: inherit;"> de </span><i style="font-family: inherit;">Las chicas de oro</i><span style="font-family: inherit;"> (a cargo de Televisión Española y José Luis Moreno) junto a Concha Velasco, Carmen Maura y Alicia Hermida. Lo que menos iba a esperar es que me sorprendiera y gustase tanto una película protagonizada por Lola Herrera haciendo de Lola Herrera... y de Carmen Sotillo (la protagonista de </span><i style="font-family: inherit;">Cinco horas con Mario</i><span style="font-family: inherit;"> de Miguel Delibes). El título es </span><i style="font-family: inherit;">Función de noche</i><span style="font-family: inherit;">, data de 1981 (año de </span><i style="font-family: inherit;">Patrimonio nacional</i><span style="font-family: inherit;"> de Berlanga, </span><i style="font-family: inherit;">Bodas de sangre</i><span style="font-family: inherit;"> de Saura o</span><i style="font-family: inherit;"> El crack </i><span style="font-family: inherit;">de Garci) y fue dirigida por una mujer: Josefina Molina, también directora de la serie de televisión </span><i style="font-family: inherit;">Teresa de Jesús</i><span style="font-family: inherit;"> protagonizada por Concha Velasco.</span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">(*) Gracias a la TDT pude ver <i>Motivos personales </i>a razón de un episodio por día.</span></span><br />
<span style="font-family: inherit; text-indent: 30px;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit; text-indent: 30px;">Lo que más me gusta de </span><i style="font-family: inherit; text-indent: 30px;">Función de noche</i><span style="font-family: inherit; text-indent: 30px;"> es la ardua tarea que supone enmarcarla en un solo género: ¿se trata de un documental? ¿De un falso documental? ¿Es teatro (*) con alguna pincelada del séptimo arte? ¿Qué tiene de verdad y qué tiene de ficción? ¿En qué momento Lola Herrera hace de Lola Herrera, de Carmen Sotillo o de una versión ficticia de Lola Herrera atrapada por su ficticia Carmen Sotillo? Ya no sólo me parece una propuesta transgresora en la multitud de géneros cinematográficos que pueda albergar sino en su forma (la digresión de las coordenadas espacio-temporales) y su fondo: un matrimonio roto capaz -después de quince años- de abrirse en canal, diseccionar un cadáver (su amor pero también una sociedad y una generación, productos de la posguerra) y hablar de sexo, de infidelidades, de orgasmos fingidos (el mayor engaño que Herrera confiesa haberse hecho a sí misma), de orgasmos nunca alcanzados. </span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="text-indent: 30px;"><br /></span></span>
<span style="font-family: inherit;"><span style="text-indent: 30px;">(*) El corazón de la película es el tú a tú de Lola Herrera y Daniel Dicenta en el camerino de ella.</span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="text-indent: 30px;"><br /></span></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp70SAf32HMhtg4etSyKKXrr3XROR4uYnbTUo_5fhWMovddN9yOgnF5Yq1h7urMBLR7R5OdmL3ni-FOoBNkn2zo7Dc_P558HiIUlhcwqNtm0S_kHjTRWyvmpSnA2bdu3jCgS4e7HsoZco/s1600/Captura+de+pantalla+%25282474%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp70SAf32HMhtg4etSyKKXrr3XROR4uYnbTUo_5fhWMovddN9yOgnF5Yq1h7urMBLR7R5OdmL3ni-FOoBNkn2zo7Dc_P558HiIUlhcwqNtm0S_kHjTRWyvmpSnA2bdu3jCgS4e7HsoZco/s640/Captura+de+pantalla+%25282474%2529.png" width="640" /></a></div>
<span style="font-family: inherit; text-indent: 30px;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit; text-indent: 30px;">La película ciertamente tiene una lectura de género. Es el relato de una mujer de 45 años que ve cómo el haber vivido según los cánones tradicionales (como hija, como madre, como esposa, como amante) sólo le ha reportado insatisfacción, infelicidad (<b>"¿Qué se puede hacer cuando a uno no le gusta su propia vida?"</b>) e incluso no amar verdaderamente. Dicho rasgo transgresor de la película </span><span style="font-family: inherit; text-indent: 30px;">es reflejado en una confesión de ella:<span style="background-color: white;"> </span></span><span style="background-color: white; font-family: inherit; text-indent: 30px;"><span style="text-align: left; white-space: pre-wrap;"><b>"Yo... los hijos han llegado a ser una carga para mí. Una carga maravillosa pero carga"</b>(*). Herrera es u</span></span><span style="font-family: inherit; text-indent: 30px;">na mujer inmersa en una crisis de identidad. Una mujer que siempre ha estado para los demás (desde niña) pero nunca para sí misma. Una mujer en búsqueda de soluciones. </span><i style="font-family: inherit; text-indent: 30px;"><span style="color: red;">Cuidado, ligeros spoilers</span></i><span style="font-family: inherit; text-indent: 30px;">: Y todo por un desmayo de la intérprete mientras se mete en la piel de Carmen Sotillo durante la función de </span><i style="font-family: inherit; text-indent: 30px;">Cinco horas con Mario</i><span style="font-family: inherit; text-indent: 30px;">. La actriz empieza a identificarse con una mujer de ficción. Un desmayo, para más inri, que no es mostrado hasta casi al final de la película debido al jugueteo con las líneas temporales. </span><i style="font-family: inherit; text-indent: 30px;"><span style="color: red;">Fin spoilers</span></i><span style="font-family: inherit; text-indent: 30px;">.</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="text-indent: 30px;"><br /></span></span>
<span style="font-family: inherit;"><span style="text-indent: 30px;"><span style="font-family: inherit;">(*) Un tabú -el quejarse de la maternidad- que a día de hoy continúa vigente. Tan sólo que hay ver la polvareda que levantaron las declaraciones de la periodista Samanta Villar a principios de año</span><span style="font-family: inherit;">.</span></span></span><br />
<span style="font-family: inherit; text-indent: 30px;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit; text-indent: 30px;">En un momento dado de la película, Lola Herrera se queja del mal estado de los camerinos en los teatros, a lo que Daniel Dicenta (su exmarido) le responde: </span><b style="font-family: inherit; text-indent: 30px;"><span style="background-color: white;">"</span><span style="text-indent: 30px;">Ya sabes este país lo maravilloso que es</span><span style="background-color: white;">"</span></b><span style="font-family: inherit; text-indent: 30px;"><span style="font-family: inherit;">. Mariano José de Larra decía lo </span>siguiente<span style="font-family: inherit;">: "</span></span><span style="background-color: white; font-family: inherit; text-indent: 30px;">«En este país...», ésta es la frase que todos repetimos a porfía, frase que sirve de clave para toda clase de explicaciones, cualquiera que sea la cosa que a nuestros ojos choque en mal sentido. «¿Qué quiere usted?» -decimos-, «¡en este país!» Cualquier acontecimiento desagradable que nos suceda, creemos explicarle perfectamente con la frasecilla: «¡Cosas de este país!», que con vanidad pronunciamos y sin pudor alguno repetimos". Por cierto, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=L3JxgsRSQPQ&t=395s" target="_blank">la película está disponible en YouTube</a>. Y dura menos de noventa minutos. Dos apuntes para despedirme:</span><br />
<ol><span style="font-family: inherit;">
<li>Otro enlace: <a href="http://elpais.com/diario/1981/09/29/cultura/370566016_850215.html" style="font-family: inherit; text-indent: 30px;" target="_blank">El País haciéndose eco de <i>Función de noche</i></a><span style="background-color: white; font-family: inherit; text-indent: 30px;">. </span><span style="background-color: white; font-family: inherit; text-indent: 30px;">Sirve como explicación del largometraje.</span></li>
<li><span style="background-color: white; font-family: inherit; text-indent: 30px;">Una frase de <i>Estudios sobre el amor</i> de </span><span style="font-family: inherit;">José Ortega y Gasset: </span><b style="font-family: inherit;">"Cada época posee su estilo de amar"</b><span style="font-family: inherit;">.</span></li>
</span></ol>
<span style="font-family: inherit;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<ul><span style="font-family: inherit;">
</span></ul>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<ul>
</ul>
<ul>
</ul>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
</div>
Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-43747320547791502062017-04-15T12:09:00.002+02:002017-04-23T11:59:26.665+02:00Review: 'In Cold Blood'<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWCtOACdapdGGUWdBm-82Is6dDDUafC5AdTLnsKfhh8_ThRnqLTjWLUZQ_h3KmXfZRVmYqEgUf4zUsIFNgMmIMvuMBZ2B3tqOqjjcUvKmGLrPkF8joebcQh-9D7DXOXZuV2e1nX9sZUh0/s1600/Captura+de+pantalla+%2528698%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWCtOACdapdGGUWdBm-82Is6dDDUafC5AdTLnsKfhh8_ThRnqLTjWLUZQ_h3KmXfZRVmYqEgUf4zUsIFNgMmIMvuMBZ2B3tqOqjjcUvKmGLrPkF8joebcQh-9D7DXOXZuV2e1nX9sZUh0/s640/Captura+de+pantalla+%2528698%2529.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;">Philip Seymour Hoffman as Truman Capote in<i> Capote</i> (Bennett Miller, 2005)</span></td></tr>
</tbody></table>
<span lang="EN-GB"><span style="font-family: inherit;">The genre so-called <i>true crime</i> has never been outmoded but nowadays it has found a new
comfortable home in radio and TV whose brilliance has been shown in serialized documentaries
(<i>Muerte en León, The Jinx, Making a
Murderer</i>) and podcasts (<i>Serial</i>). But
another field which was conquered a long time ago by the wave<i> true crime</i> is literature whose main
exponent is Truman Capote’s <b><i>In Cold Blood</i></b>, published in 1966. Despite its structure, it’s not a proper novel
but a non-fiction one. This work was born amidst the US <i>New Journalism</i> movement. <b><i>In Cold Blood </i></b>tells the murder (and
its aftermath) of four members of a middle-class family in a small city of Kansas
during 1959. The main characters throughout the 336 pages are the murderers:
Perry Smith and Richard Hickock. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="EN-GB"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="EN-GB"><span style="font-family: inherit;">The story could be divided in three parts: the
previous moments of the killing from the perspective of murderers and victims;
the discovery of the assassination, the investigation by the police and the
run-away of the killers; and the arrest of both and their trial. The writing
style is compelling but dense -it asks the reader for 100% attention due to the
complexity of subordinate phrases and introduction of quotes- and the plot itself
is intricate because of the multiple timelines (flashbacks included) , points
of view (even cats) and the never-ending list of secondary characters who
contribute to make the story as real as painful. The portrayal and development of
all characters (reminder: real people) are in-depth with the narrator giving
every single detail of the past and current situation of them, their physical
appearance and personality. Description of time and places are also in-depth.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="EN-GB"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><b><i><span lang="EN-GB" style="line-height: 115%;">In Cold Blood </span></i></b><span lang="EN-GB" style="line-height: 115%;">is not only a gripping reading about a brutal
murder and its manifold consequences but also a thought-provoking depiction of
(toxic) masculinity and gender. It’s even a social radiograph: how society
rejects non-normative and behaves when tragedy crashes into peaceful lives. You
should definitely read it if you are keen on <i>New Journalism</i> works, <i>True
Crime</i> genre or just beautifully well
written novels. But readers must be previously informed of explicit descriptions,
product of vicious but honest Capote’s approach to murder. Even so, its final
footnote is the most poetic passage someone will come across for a while.</span></span></div>
Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-47484207599071243262017-04-15T11:16:00.001+02:002017-05-11T09:11:58.094+02:00De 'Serial' a 'S-Town', culpables del fenómeno podcast<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: inherit;"><i>Sin spoilers</i></span> | Si hubiera algo verdaderamente
extraordinario que rescatar de la memoria del año 2014 en términos de
entretenimiento, no sería una película (¿<i>Boyhood</i>?) o una serie de televisión (¿<i>The
Leftovers</i>? ¿<i>Transparent</i>?) sino un <i>podcast</i>: <i><a href="https://serialpodcast.org/" target="_blank">Serial</a></i>. O mejor formulado: el primer
volumen de <i>Serial </i>(compuesto por doce entregas). Fue vendido como<i> spin-off </i>del
longevo <i>podcast <a href="https://www.thisamericanlife.org/podcast" target="_blank">This American Life</a></i>. Nadie previó que un programa de radio fuera
a convertirse en la nueva obsesión de la seriefilia con un género tan adictivo
pero manoseado en el documental y la ficción como el <i><a href="https://en.wikipedia.org/wiki/True_crime" target="_blank">true crime</a></i> (y el
<i><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Whodunit" target="_blank">whodunit</a></i>). Para más inri, sobre un lugar común como la desaparición y asesinato
de una adolescente de 18 años cuyo principal sospechoso es/era su novio. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pero <i>Serial </i>no sería un <i>true crime</i> al
uso (*) pues no solamente reabría y revisitaba un caso de asesinato -con el supuesto
culpable ya en la cárcel- sino que realizaba una esmerada radiografía del lugar
(el Baltimore de Estados Unidos, escenario también de la serie <i>The Wire</i>), los
tiempos (el ataque a las Torres Gemelas, la islamofobia post-11S) y la ley estadounidense además
de ofrecer al oyente el avanzar de una relación cada vez más estrecha entre la
periodista que capitaneaba dicha investigación (Sarah Koenig) y el supuesto
culpable de tal crimen (Adnan Syed). El oyente vibraba con las dudas en voz
alta de Koenig: ¿estaba siendo engatusada por Syed o era verdad que él era
inocente y estaba agarrándose a un clavo ardiendo? <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
(*) Aunque todo oyente deseara una resolución clara y contundente, abonada al territorio de la ficción sujeta estrictamente al planteamiento-nudo-desenlace.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Se transmitía autenticidad y verdadera
autoría (Koenig era la voz, la guía) y sobre todo: daba la sensación de estar
viviendo un evento, como aquel que ve en directo el final de una serie longeva
y de gran audiencia. Pero <i>Serial</i>, a pesar de ser concebida por sus
responsables y consumida por sus oyentes como una serie de ficción (¿un
docudrama?), se vio “obligada” a ceñirse a la realidad (al fin y al cabo se
trataba de un trabajo periodístico) y renunciar a algún <i>twist</i> final que desencajase
la mandíbula del oyente enganchado. Un giro de acontecimientos con el que otro
<i>true crime</i> –este, televisivo- sí se toparía de la manera más tonta: <i>The Jinx</i>,
documental de seis entregas de HBO. Una investigación periodística que también
contaría con el morbo de la relación entre su máximo responsable Andrew Jarecki
y su investigado Robert Durst. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8KuGBWHyLza91FyITRBdAgq-3Odbzk8zn4Gr94qx5ticgFiHwK86-ZGsWWICnGZodde9CEYR72cnEm5ofx8zgl1IwMR3VUYnOkc64YXbarNRu4k-W09PnUuVTICs4L7n3QkagMmgR7sg/s1600/1.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="312" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8KuGBWHyLza91FyITRBdAgq-3Odbzk8zn4Gr94qx5ticgFiHwK86-ZGsWWICnGZodde9CEYR72cnEm5ofx8zgl1IwMR3VUYnOkc64YXbarNRu4k-W09PnUuVTICs4L7n3QkagMmgR7sg/s640/1.JPG" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i>Serial </i>ni resolvió el misterio ni
cerró el círculo. Al final del día, era una investigación periodística que
apostó como ningún otro producto por el <i><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Narraci%C3%B3n_de_historias" target="_blank">storytelling</a></i> y las herramientas de la
narrativa (cebos, <i><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Cliffhanger" target="_blank">cliffhangers</a></i>) para lograr mayor enganche y atracción (Capote
decidió inventarse, dicen las malas lenguas, el final de <i>A sangre fría</i>). Es
más, yo mismo creí en un principio que todo aquello era fingido, una especie
de documental falso. Pero no. Fue patente que ni siquiera los responsables de
<i>Serial</i> esperaban tal positiva y desmedida recepción. Se notaba que creaban
aquel relato sobre la marcha; tan sólo hay que echar un vistazo a la duración
de cada entrega, a veces duraba casi sesenta minutos y otras, treinta. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Su segundo volumen (compuesto por once
entregas) llegaría un año después del final del primero y tuvo que hacer frente
a la “maldición” del <i>sophomore year</i> (segundas partes nunca fueron buenas…). La
presión (un acuerdo económico de por medio e incluso un <i><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Premios_Peabody" target="_blank">Peabody Award</a></i>) hizo que
se corriera a encontrar una nueva historia que enganchara y dejara a sus
oyentes devanarse los sesos. Como ocurre con muchas segundas partes, se apostó
por el “más es mejor”: se ampliaron las miras (ahora el susodicho <i>crime</i>
involucraba no sólo a más personas sino a más importantes y el conflicto era
mucho más universal, menos íntimo y personal) y fue marcado un objetivo mucho
más ambicioso. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Nuevamente, lo que buscaba <i>Serial</i> era
hacer una radiografía ya no sólo del mundo legislativo de Estados Unidos sino
también de cómo funciona(ba) el militar. Una crítica. La búsqueda de
culpables. En mi opinión, aquella propuesta hubiera funcionado mejor si hubiera
sido Sarah Koenig la encargada de entablar conversación y conexión con el nuevo
protagonista del segundo volumen: el sargento Bowe Bergdahl, una especie del
ficticio Nicholas Brody de <i>Homeland</i>. Salvando las distancias, claro está.
Bergdahl se encontró acusado de deserción por su propio país tras estar cinco
años secuestrado por los Talibanes. Sin embargo, la principal fuente de este
segundo volumen serían las conversaciones entre Bergdahl y Mark Boal, guionista
de las últimas películas de Kathryn Bigelow, directora de cintas de género bélico como <i>La noche más oscura</i> y <i>En
tierra hostil </i>(*).<br />
<br />
(*) El dúo creativo Boal-Bigelow está a punto de estrenar <i>Detroit</i>.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Las expectativas claramente jugaron en contra del <i>podcast</i>. No
ayudó además que meses antes del lanzamiento de su nuevo volumen, ya hubiera
publicaciones y filtraciones sobre el <i>leitmotiv </i>del mismo. Aquel <i>true crime</i>, de
secreto no tenía (casi) nada. Ya habían sido escritas páginas y titulares sobre
él. Las extensas conversaciones entre Bergdahl y Boal iban a servir para un
guion y llevarlo a la gran pantalla. El éxito inicial de <i>Serial</i> fue la
imprevisibilidad de su existencia como producto así como el rescate de un
crimen poco conocido que lograba la empatía del oyente. La más que posible
injusticia sobre Syed congregaba “en las ondas”. Sin embargo, las altas esferas
del segundo volumen y la distancia de Koenig fueron hándicaps difíciles de
esquivar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSveFvBm5Rb0ZpX6iyIfxI_BN3E88Q_EWhC6grcHrXqvVT_4nyZKVEJsUrBeVndoCtfyEvLgKGN-SFP8iY1cvmnr1-nq9qfDEfdX6lfzd-7NV0qyZ_GXUfwLsxQK-J2HPy0UfHzCKZGsw/s1600/2.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="312" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSveFvBm5Rb0ZpX6iyIfxI_BN3E88Q_EWhC6grcHrXqvVT_4nyZKVEJsUrBeVndoCtfyEvLgKGN-SFP8iY1cvmnr1-nq9qfDEfdX6lfzd-7NV0qyZ_GXUfwLsxQK-J2HPy0UfHzCKZGsw/s640/2.JPG" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Casi dos años y medio después, un
nuevo <i>podcast</i> descoloca a la blogosfera. De los responsables de <i>Serial</i> y <i>This
American Life</i>, procede <i><a href="https://stownpodcast.org/" target="_blank">S-Town</a></i> cuyas siete entregas fueron lanzadas el pasado 28 de marzo de una misma
tacada uniéndose a la moda del <i>binge-watching </i>(*)<i> </i>de las series del modelo <i>Video On
Demand</i> [VOD (Netflix, Amazon)]. ¿Podríamos catalogarlo como <i>binge-listening</i>? En el caso de <i>Serial</i>, su emisión
fue semanal o posteriormente bisemanal (“<i>every other week</i>”). <i>Serial</i> y <i>S-Town</i> no
podrían ser productos radiofónicos más distintos pero a la vez tan similares.
Quizás la principal semejanza entre ambos sea su capacidad de adicción y la
estrecha relación entre periodista y sujeto protagonista. Durante sus primeros
compases, <i>S-Town</i> parece ser <i>Serial</i> II (o III), es decir, un nuevo <i>true crime</i>
que desempolva un crimen del pasado que pasó inadvertido en su momento y
simultáneamente pinta un cuadro de sus coordenadas temporales y espaciales así
como de los personajes involucrados. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
(*) <i>Maratoneo</i> de toda la vida del señor.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pero no, <i>S-Town</i> no es un <i>true crime</i> en
absoluto aunque juegue por momentos a ello. Sí, hay una muerte pero no precisamente de quien se nos “avisa” en un
principio. El oyente, tras escuchar la primera entrega, pensará que el
periodista Brian Reed se dedicará a investigar el supuesto asesinato de un
joven en un pequeño pueblo de Alabama. Es la segunda entrega la que establece realmente el <i>quid</i> de dicho
excepcional <i>podcast </i>con un giro digno del mejor thriller. O del mejor
realismo. <i>S-Town</i> es un género radiofónico que aúna múltiples géneros (uno de
ellos es el <i>true crime</i>) y múltiples historias. Es la historia sobre un hombre
diferente, extraordinario. Es una historia de recuerdos o más bien un rompecabezas de
recuerdos. Es la historia incluso de la búsqueda de un tesoro. Es la historia
de un lugar y sus gentes: la América profunda donde se pasea tranquilamente la
supremacía blanca. Es la historia de rifirrafes legales. Es la historia de
muchas historias de amistades y amores nunca consumados.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Si en el primer volumen de <i>Serial</i>, lo
que más enganchaba era la relación entre Sarah Koenig y Adnan Syed; en <i>S-Town</i>,
el motor principal de sus siete entregas es la imprevista relación entre el
periodista Brian Reed y John B. McLemore, (<i><u><span style="color: red;">a partir de aquí spoilers</span></u></i>) más si cabe cuando
uno de ellos acaba desapareciendo del mapa. En <i>S-Town</i> tampoco hay una gran
resolución del misterio (misterios) pues John en sí es un enigma imposible de
descifrar. El <i>podcast</i> cuenta con altas cuotas de emotividad, especialmente
cuando algunos entrevistados hablan de John o incluso el propio Reed expone sus
recuerdos sobre John.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
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</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiJtEZDwV4L1nzCHx6XgMf4TrNnLu6i9wqc4o0rgJ3DlktKjt9DJ8KF4TrIZKilyov9uezW-20PP7n2rC8W6z6BLFAU1OrTlvWFn1067HvyltoDXlo5GoEcNTJ9ERMTeaO1VBMid5IMwA/s1600/Captura+de+pantalla+%25282098%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiJtEZDwV4L1nzCHx6XgMf4TrNnLu6i9wqc4o0rgJ3DlktKjt9DJ8KF4TrIZKilyov9uezW-20PP7n2rC8W6z6BLFAU1OrTlvWFn1067HvyltoDXlo5GoEcNTJ9ERMTeaO1VBMid5IMwA/s640/Captura+de+pantalla+%25282098%2529.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;">La película <i>Brokeback Mountain</i> sirve en <i>S-Town</i> para que el oyente "empatice" por comparación con uno de los romances homosexuales que tuvo John pero es también elemento clave del propio romance narrado en la sexta entrega del podcast</span></td></tr>
</tbody></table>
Hay un pasaje que podría encapsular la
esencia del programa de radio: Rita, una de las entrevistadas (la prima de John que
por momentos parece la villana de la función) le confiesa a Brian que cree que
Tayler (el “ahijado” de John que por momentos también parece el villano de la
función) es quien empujó a John al suicidio. Uno de los
grandes atractivos (*) de <i>S-Town</i> y su
co-protagonista John es su orientación sexual. Cómo vivía con ella en un ambiente
de represión, sus vivencias, sus ligues telefónicos. O sus amistades con las
que compartía pasión: la reparación de relojes, la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Horolog%C3%ADa" target="_blank">horología</a>. John era dos personas en una: el racista y
homófobo pero también el “semisexual” (o “<i>queer</i>”) que él mismo reconocía ser.
Al final, <i>S-Town</i> es un intento de descifrar el por qué acaba suicidándose una
persona. Qué factores le llevaron a ello. Y Brian Reed, más o menos, acaba
resolviendo dicho “crimen”. Otros “crímenes” no.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
(*) Aunque criticado por su “<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Encuadre_(ciencias_sociales)" target="_blank">marco</a>” hetero-normativo cuyo mayor exponente es la alusión a la película <i>Brokeback Mountain </i>(Ang Lee, 2005). <a href="http://www.slate.com/blogs/outward/2017/04/11/s_town_podcast_s_treatment_of_queer_experience_hobbled_by_straight_biases.html" target="_blank">Slate</a> (<i>S-Town Was Great—Until It Forced a Messy Queer Experience Into a Tidy Straight Frame</i>) y <a href="https://www.vice.com/en_us/article/s-town-and-the-loneliness-of-being-gay-in-the-rural-south?utm_source=vicetwitterus" target="_blank">Vice</a> (<i>'S-Town' and the Loneliness of Being Gay in the Rural South</i>) han escrito sobre ello. El artículo de Vice podría entroncar con este reportaje de HuffPost Highline a cargo de Michael Hobbes: <i><a href="http://highline.huffingtonpost.com/articles/en/gay-loneliness/" target="_blank">The Epidemic of Gay Loneliness</a></i>.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: justify;">
<ul>
<li>Penúltimo apunte: <a href="http://girodeguion.blogspot.com.es/2016/09/dias-de-podcast.html" target="_blank">ya hablé</a> en su
momento de<i><a href="http://www.podiumpodcast.com/le-llamaban-padre/" target="_blank"> Le llamaban padre</a></i> (de la familia Podium Podcast de Prisa), un muy
recomendable <i>true crime</i> radiofónico español aunque difícil de digerir por los
temas que trata.</li>
<li>Último apunte: el sumo mimo de <i>S-Town</i> llega incluso a sus créditos finales con <i>A rose of Emily</i> de The Zombies como fondo. Una letra que bien podría aplicarse a John: <i>"<span style="background-color: white; text-align: start;"><span style="font-family: inherit;">There's loving everywhere b</span></span></i><i style="background-color: white; font-family: inherit;">ut none for you" </i><span style="background-color: white; font-family: inherit;">//</span><i style="background-color: white; font-family: inherit;"> </i><span style="background-color: white; font-family: inherit;">"Hay amor en todas partes pero nada para ti".</span></li>
</ul>
</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
</div>
<div style="text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/LF55LNrHBSw" width="560"></iframe></div>
Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-13019164339498422932017-04-03T15:02:00.000+02:002017-04-17T12:27:34.265+02:00El pasar de los tiempos<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="color: red; margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAP0lRECBo60IyZMZiIK-o5jHjZj_z-zI3uDQutxbFRPpE8KkB8Tl8IpF4qvXr9sxEIyY1k_xJSeUeYUpU8RVK397x7-S71HXWCM5hP84oBxrvjz9xFBgwsmzaPQg8cADfjgDt6l8mI1g/s1600/Captura+de+pantalla+%25281996%2529.png" imageanchor="1"></a><img border="0" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAP0lRECBo60IyZMZiIK-o5jHjZj_z-zI3uDQutxbFRPpE8KkB8Tl8IpF4qvXr9sxEIyY1k_xJSeUeYUpU8RVK397x7-S71HXWCM5hP84oBxrvjz9xFBgwsmzaPQg8cADfjgDt6l8mI1g/s640/Captura+de+pantalla+%25281996%2529.png" width="640" /></span></div>
<br />
<span style="color: red;">Sin <i>spoilers</i></span> | Meterse a una sala de cine a ver una película de dos horas y media siempre me supone un dilema. No por la duración en sí sino por el cansancio que servidor lleve detrás y sobre todo: el tipo de película. Hace unos meses, corrí y sudé para llegar a tiempo a ver <i>La reconquista </i>(Jonás Trueba, 2016). Llegué exhausto durante los créditos iniciales y me dije: "si la película es buena, no importará el traqueteo". Mención a su idónea duración: noventa minutos. Poco a poco, a medida que servidor iba recuperando el aliento y la cabeza dejaba de martillear, la película fue deshojándose -mediante conversaciones entre sus ex-novios, una reducida pero vivaz presencia de Aura Garrido y un prolongado <i>flashback</i>- para demostrarme que no importaba cuán <i>matao</i> había llegado a la sala. Jonás Trueba, hasta hoy día, es un apostar sobre seguro: <i>Todas las canciones hablan de mí</i>, <i>Los ilusos</i>, <i>Los exiliados románticos</i> y la anteriormente mencionada. Por fin, además, he leído <i>Crímenes imaginarios</i> de Patricia Highsmith, presente en <i>La reconquista</i>. Es ya habitual encontrarse en el cine de Trueba alusiones a obras literarias pero en su última película, traslada la mera alusión verbal en imágenes: Sidney imaginándose cómo enrolla el cadáver de su mujer Alicia en una vieja alfombra. Una novela que une a dos ¿treintañeros? que compartieron el primer amor en la adolescencia. Por cierto, veo cierta conexión entre los <i>Crímenes imaginarios</i> de Highsmith y la <i>Perdida</i> de David Fincher/Gillian Flynn: la decadencia de un matrimonio que juega muy peligrosamente a la ruleta rusa con algún que otro fiambre real como consecuencia.<br />
<br />
Hace unos meses acabé con una cita viendo <i>Que dios nos perdone </i>(Rodrigo Sorogoyen, 2016). Aquel viernes me había levantado a las seis de la mañana por lo que ver una película a las ocho de la tarde no era el plan más apetecible del mundo. Hice de tripas corazón pues precisamente había que darle alguna alegría al mismo. Sorogoyen también es, a día de hoy, un apostar sobre seguro. No, no he visto <i>8 citas</i> ni tengo intención. Pero <i>Stockholm</i> (id, 2013) me resultó tan invasiva -en el mejor sentido de la palabra- que prestar atención a su siguiente obra era obligatorio.<i> Que dios nos perdone</i> me despertó de aquella modorra con un <i>thriller </i>apabullante. Doy gracias a ese<i> increcendo</i> continuo. Ver cadáveres de viejas desnudas con todo el matojo al aire -con un plano que ni lo esconde ni lo espeta a la cara- me hizo de café. Cabe mencionar la conexión (¿inspiración?) entre nuestra patria <i>Que dios nos perdone </i>y la argentina <i>El secreto de sus ojos</i> (Juan José Campanella, 2009), ambas con un final donde la justicia es ejecutada precisamente en sus márgenes: con el corazón en una mano y el machete en la otra. Y en ambas, el ambiente socio-político del momento y la amistad entre profesionales juega un papel relevante.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnJRSHnJd4l3OreqkfyFXNIesoZPry0kCCoEmqPmy8etANML9QQ7r5x9HUuCk3PiKknO1ZGllGPBkKy6Eke3Vr4XVe0P3TUKta9PWrWwLfQvb3enAbcK7QgLsHsgQw2HZ4_zscPEWbWco/s1600/Captura+de+pantalla+%25282043%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnJRSHnJd4l3OreqkfyFXNIesoZPry0kCCoEmqPmy8etANML9QQ7r5x9HUuCk3PiKknO1ZGllGPBkKy6Eke3Vr4XVe0P3TUKta9PWrWwLfQvb3enAbcK7QgLsHsgQw2HZ4_zscPEWbWco/s640/Captura+de+pantalla+%25282043%2529.png" width="640" /></a></div>
<br />
Hace años lo pasé francamente mal viendo <i>La vida de Adèle</i> (Abdellatif Kechiche, 2013) y no por su explícito sexo sino por su duración. Era tarde-noche, yo estaba con medicación hasta el culo y tenía mucho sueño. Ergo, se me atragantó la película (y los espaguetis). Sin embargo, me sorprendo en mi cabeza defendiendo la película. Soy capaz de separar la experiencia del visionado de la excelente calidad de la película. Precisamente hace unas semanas acabé bailando su ya apropiado <a href="https://www.youtube.com/watch?v=TulyBIbREzs" target="_blank"><i>I Follow Rivers</i> de Lykke Li</a> en <i>Ochoymedio</i>.<br />
<br />
Algo similar me ocurrió con <i>Aquarius</i>/<i>Doña Clara</i> (Kleber Mendonça Filho, 2016) hace unas semanas. Sí, con una cita. Sentí tentación de ver <i>Toni Erdman</i> pero aquella tarde yo no tenía tres horas de completa atención e inmersión. Media hora más, media hora menos, acabé (acabamos) viendo los 140 minutos de <i>Aquarius</i>. Una muy notable película que requiere atención, paciencia, el acto de saborearla. El cansancio y el martilleo de la cabeza aceleraron a partir del ecuador del visionado. Acabé deseando que llegaran los créditos finales sólo para poder respirar aire fresco. Aún así, hay escenas que me visitan en el recuerdo: Clara (*) conociendo al novio de su hijo mediante una fotografía del móvil. Diciéndole al hijo que no está muerta, que llame, que no mande solo mensajes, que vaya a verla. Clara despidiendo a sus tres hijos y nietos, viendo los coches irse, volviendo a una soledad que ella parece disfrutar.<br />
<br />
(*) Sonia Braga, a la que recientemente he visto en tres episodios de <i>Sexo en Nueva York</i> como interés amoroso-sexual de Samantha<i> </i>(Kim Cattrall).<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmXxmd9ECE1mWVYurnIofqhoBGtdobV6AwzD_bfCGGmqzIDISbtMe9rtCFktfMMkwQdrdDpzGyplgyiDiA5RWaf2-Afvu_z6RvMw7Bgd4ojD4RN1F0kZ_w0FQQDokHjUrDfsJ21jNfy8k/s1600/Captura+de+pantalla+%25282032%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmXxmd9ECE1mWVYurnIofqhoBGtdobV6AwzD_bfCGGmqzIDISbtMe9rtCFktfMMkwQdrdDpzGyplgyiDiA5RWaf2-Afvu_z6RvMw7Bgd4ojD4RN1F0kZ_w0FQQDokHjUrDfsJ21jNfy8k/s640/Captura+de+pantalla+%25282032%2529.png" width="640" /></a></div>
<i></i><br />
<i><br /></i>
<i>Aquarius </i>me recordó a otra película protagonizada por una mujer: <i>L'avenir</i>/<i>El porvenir</i> (Mia Hansen-Løve, 2016). Aquí es Natalie (Isabelle Huppert), a la que recuerdo cogiendo en brazos a su nieto durante los últimos compases de la película para a continuación la cámara atravesar el piso a golpe de <i>Unchained Melody</i> (*) de The Fleetwoods. También recuerdo a Natalie explicando a sus alumnos en mitad del parque que en el arte (en el cine), es el tiempo el que dictamina la verdad sobre su calidad (¿quién se atreve a afirmar que Homero o Shakespeare son un mojón?). Ambas películas, con sus conflictos centrales (una constructora al acecho o un marido infiel), hablan largo y tendido de la vida. De su cortedad y, ¿por qué no?, de su ligereza (la vida que pesa es aquella que es vacía según Milan Kundera en <i>La insoportable levedad del ser</i>). Tanto Clara como Natalie han vivido mucho (cáncer incluso) y seguirán viviendo mucho. Sin sus maridos (una muerte, una infidelidad más un divorcio) y con sus hijos, sus nietos. En ambas películas, ambas mujeres afrontan los problemas con tranquilidad y serenidad (*), no montan grandes dramas.<br />
<br />
(*) "<i>A long, lonely time / Time goes by so slowly</i>" | "Un largo, solitario tiempo / El tiempo transcurre tan lentamente".<br />
(**) Excepto por Clara -cuya paciencia es drenada- que acaba explotando durante la última escena de la película tras un mazazo recibido en forma de termita.<br />
<br />
La cita de <i>Que dios nos perdone</i> no fue a ningún lado. Quedé con él una vez más y no nos volvimos a ver. ¿La cita de <i>Aquarius</i>/<i>Doña Clara</i>? El tiempo dirá.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKrdSb3z8i-QmzJPHcpX0bOEs8bXzQtYruN7W1SvIr4M_6a9Y9KAsX_IYPGma4mXsp61cBA0CADA-YI5zNdDB3vBvuI5zMpW1YW1caLHeRC_tya4RNt2-FwgIn42ZM6y2Ho6j5XY3B3Bo/s1600/Captura+de+pantalla+%25281736%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKrdSb3z8i-QmzJPHcpX0bOEs8bXzQtYruN7W1SvIr4M_6a9Y9KAsX_IYPGma4mXsp61cBA0CADA-YI5zNdDB3vBvuI5zMpW1YW1caLHeRC_tya4RNt2-FwgIn42ZM6y2Ho6j5XY3B3Bo/s640/Captura+de+pantalla+%25281736%2529.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;">La prueba: Sonia Braga dándolo todo en <i>Sexo en Nueva York</i></span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
</div>
Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-7312338112782632512017-03-20T20:39:00.000+01:002017-04-17T12:27:47.084+02:00En defensa de un clásico desdeñado: 'Sexo en Nueva York'<div style="text-align: justify;">
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYWazonSQBfIAx9ygCoaCwRqUfrDvHUNdOT3utUEMT4-zFImTOD3bsBsO8012R6hlQs_1xzopvEegPEdV2INrfT3D-A0wlEL1fi7XAIXFab44PTxFVPLLCttRHH6HtSnN1HiNChqrnO2w/s1600/Captura+de+pantalla+%2528944%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYWazonSQBfIAx9ygCoaCwRqUfrDvHUNdOT3utUEMT4-zFImTOD3bsBsO8012R6hlQs_1xzopvEegPEdV2INrfT3D-A0wlEL1fi7XAIXFab44PTxFVPLLCttRHH6HtSnN1HiNChqrnO2w/s640/Captura+de+pantalla+%2528944%2529.png" width="640" /></a></div>
<i><span style="color: red;"><br /></span></i>
<span style="color: red;">Sin <i>spoilers </i></span>| En una época en la que -vayamos a exagerar- se estrena cada día una serie nueva (a veces una temporada completa nueva gracias a/por culpa de plataformas como Netflix o Amazon), se hace cada vez más difícil no prestar atención a las novedades y descubrir viejas glorias, manantiales de inspiración de tales novedades. Si cuando disfruté de Netflix, aproveché para ver excelentes series británicas que no tenía pensado hacer (<i>Doctor Foster</i>, <i>River</i>), ahora HBO España -cuya suscripción comencé para recompensar mi ilegal visionado de los primeros ocho capítulos de <i>Westworld- </i>también me está dando sus frutos: la sexta y final temporada de <i>Girls</i> (miedo me dan los derroteros en esta especie de prólogo), la miniserie <i>Big Little Lies</i> (un tanto inofensiva y más <i>light </i>de lo que esperaba pero muy entretenida), <i>Sé Quién Eres</i> (el noveno episodio es un órdago en toda regla con un <i>cliffhanger </i>aguardado<i> </i>pero no con tal prontitud) y <i>Sex and the City</i>/<i>Sexo en Nueva York</i>. Prefiero utilizar el nombre original pues -aún sin saber exactamente el porqué- encapsula mucho mejor la razón de ser y esencia de una serie que en ocasiones es olvidada a la hora de recomendar los clásicos de HBO que todo seriéfilo debería ver como <i>The Sopranos</i>, <i>The Wire</i> o <i>Six Feet Under</i>. Aquí una columna de Emily Nussbaum sobre tal olvido: <i><a href="http://www.newyorker.com/magazine/2013/07/29/difficult-women" target="_blank">Difficult Women</a></i>.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi mayor reticencia al aproximarme a <i>Sex and the City</i> era su posible caducidad. Los clásicos no suelen envejecer pues -perdón por la osadía de dármelas de experto- suelen hablar de temas tan universales que no pasa de moda el tratar los mismos. <i>Six Feet Under</i>/<i>A dos metros bajo tierra</i>, casi doce años después de haber finalizado, sigue estando vigente. Más que nunca, diría yo. La experiencia era la siguiente: nunca entré en el mundo de <i>The Sopranos</i> o incluso <i>The Shield </i>porque ya había comprado el de <i>Breaking Bad</i>. Aquí era <i>Girls</i> el hándicap pues la premisa básica de ambas series es la vida de cuatro mujeres en la ciudad de Nueva York. Claro, que la primera diferencia es que las protagonistas de <i>Sex and the City </i>están en la treintena (e incluso cuarentena) mientras que las de <i>Girls</i> están en la veintena. Con <i>Girls</i> como referencia, <i>Sex and the City</i> podría saberme a poco pues, ¿qué me iba a contar que ya no me habían contando otras series de corte similar? Osadía la mía.</div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
Tras 3 temporadas y 48 episodios vistos, mis malsanos prejucios seriéfilos han sido disipados a golpe de unos personajes perfectamente construidos (cuyos clichés sirven de <i>gags</i> constantes y los guionistas deciden abrazar a pesar de renunciar a una mayor profundización), unos diálogos afilados, un excelente humor que se amolda a las tramas de turno y un drama nada exacerbado. Sí es cierto que la serie a veces se permite dejarse llevar por la intensidad de Carrie (Sarah Jessica Parker) y su <i>affaire </i>con Big (Chris Noth). ¿Otra diferencia? El tono. Puede que <i>Sex and the City</i>, a medida que la serie avanza (y por tanto conocemos más a las protagonistas y hay romances que se convierten en arcos argumentales), gana peso dramático pero casi todos los conflictos de sus personajes son contados en clave de comedia; tan sólo hay que ver cómo la gran trama de Charlotte durante la tercera temporada es desarrollada. Podría haber sido un dramón, no lo es. <i>Sex and the City</i> no es una dramedia, es una comedia. Sin embargo, a día de hoy, de <i>Girls </i>no se podría decir ni por asomo que es una comedia. Personalmente, mientras veo <i>Sex and the City</i>, encuentro un <i>happy place </i>(lugar feliz) de 20 minutos de duración mientras que en <i>Girls</i>, encuentro acidez e incomodidad a raudales. Ambas buscan provocar pero mientras que la primera es más benévola con su espectador, la segunda es más descortés.</div>
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<br /></div>
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<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRIfj90aZ5a-FMFlZtR-aJ4kmv6wMUwmJS5K4XqBxGd3YXke90nlr12ilTMM9M33GEUqAhMDcZ6sWpfEW55xk-oJsthTffx6AfNcL6P1fBOW5vh-8P0O4GGclKlEnL61_zE-aQspk9Jrk/s1600/Captura+de+pantalla+%25281474%2529.png" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRIfj90aZ5a-FMFlZtR-aJ4kmv6wMUwmJS5K4XqBxGd3YXke90nlr12ilTMM9M33GEUqAhMDcZ6sWpfEW55xk-oJsthTffx6AfNcL6P1fBOW5vh-8P0O4GGclKlEnL61_zE-aQspk9Jrk/s640/Captura+de+pantalla+%25281474%2529.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;">Carrie (Sarah Jessica Parker) durante uno de sus típicos monólogos mediante voz en <i>off</i></span></td></tr>
</tbody></table>
Es patente e innegable la revolución que supuso <i>Sex and the City</i> allá por 1998: cuatro mujeres hablando y disfrutando del sexo sin "atadura" (*) alguna. El espectador está ahora acostumbrado a ver series donde ésto sucede, empezando por <i>Girls</i>, pasando por <i>Transparent </i>y acabando en <i>Fleabag</i>. Tres ejemplos donde el pensar y actuar feministas de sus creadoras (Lena Dunham, Jill Soloway y Phoebe Waller-Bridge respectivamente) queda claro aun con sus contradicciones (que no dudan en plasmar en pantalla). Previo visionado, me preguntaba: ¿encontraría <i>Sex and the city </i>demasiado machista? ¿Poco feminista? Es innegable que la serie -como su propio título indica - se dedica principalmente a indagar (e hurgar) en la vida amorosa-sexual-romántica de sus cuatro protagonistas, dejando (muy) poco espacio para tramas que muestren aspectos -por ejemplo- profesionales. Es más, la serie es consciente de ello desde (casi) el inicio de la misma: en el primer episodio de la segunda temporada, Miranda (Cynthia Nixon) se queja de que la única conversación que tienen sus amigas gira en torno a hombres. Parece incluso un mensaje a aquellos críticos de televisión que tildaran a la ficción de frívola, misógina o machista. La ficción no brilla precisamente en su aproximación a la diversidad de género y sexual pero es fácilmente obviable. ¿Es, por ejemplo, reprochable que Carrie no crea en la bisexualidad y se refiera a ella como una fase hacia la homosexualidad? Es cuestión de comprar o no lo que su creador Darren Star (**) ofrece.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
(*) Sí hay ataduras pues si no, no habría serie.<br />
(**) Ahora con <i>Younger</i>; allá por los 90, artífice de <i>Melrose Place</i> y <i>Beverly Hills, 90210</i>/<i>Sensación de vivir</i>.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Me aventuraría a decir que no es que <i>Sex and the City</i> sea una serie machista sino una serie donde sus personajes pecan de cierto machismo, muy notable en los personajes de Samantha (Kim Cattrall; quien para equipararse a los hombres, se comporta igual que ellos en lo profesional y sexual, o sea, muy agresivamente) y Charlotte (Kristin Davies, una mojigata creyente en el amor romántico e incapaz de decir en voz alta "palabras sucias") y más ambiguo en los personajes de Carrie (cuyas dudas que todo feminista debería replantearse son la mecha temática de cada episodio) y Miranda, quizás el personaje que más represente a la mujer feminista contemporánea, aquella que se resiste a aceptar el techo de cristal, sufre y detecta los pormenores del éxito profesional a la hora de ligar con hombres o cómo la soltería e incluso el vivir sola en un gran apartamento son percibidos negativamente por otras personas. Miranda no concibe una relación amorosa con otro hombre que absorba todo su tiempo (Charlotte sí, por ejemplo), lleva el pelo corto, no viste de forma ""femenina"" ""hegemónica"" y tira de cinismo a raudales (a la par que Samantha). Un ejemplo: una conversación entre Samantha y Miranda. La primera se pregunta por qué ahora todos los hombres quieren que las mujeres se depilen el vello púbico a lo que la segunda responde: "Es obvio. Quieren a una niñita".<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPjgYsZKbhvz6int8Q7dbdgUMWzjeMnd33LCqyu1Q_g517qtp88pr3Hnxo-cWLn7h3_ao9dpCG1JkCmzRqBXsXwURZjysXd_aXk5Rkup7EvryHt8L1_tzcPiRHryVLfygmdWinDefzZXs/s1600/Captura+de+pantalla+%2528950%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPjgYsZKbhvz6int8Q7dbdgUMWzjeMnd33LCqyu1Q_g517qtp88pr3Hnxo-cWLn7h3_ao9dpCG1JkCmzRqBXsXwURZjysXd_aXk5Rkup7EvryHt8L1_tzcPiRHryVLfygmdWinDefzZXs/s640/Captura+de+pantalla+%2528950%2529.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;">Big (Chris Noth) durante una de sus primeras apariciones en la serie</span></td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span id="goog_1227906209"></span><span id="goog_1227906210"></span>¿Y Carrie? El gran escollo pero a la vez piedra angular de <i>Sex and the City</i> es sus idas y venidas con el personaje de Big (Chris Noth). He aquí otro de mis prejuicios: cómo no agotar el denominado <i>end game </i>entre Carrie y Big, o sea, el deseo de que una pareja de una serie de televisión sobreviva hasta el último episodio. Por suerte, Chris Noth -como ya hiciera posteriormente en <i>The Good Wife</i>- no es un personaje regular por lo que en muchos episodios ni se le ve. Además, como también ocurre con el personaje de Adam en <i>Girls </i>(*), Big es un tipo que cae mal al principio por pecar de misterioso pero el embrollo en el que se ve inmerso entre la recta final de la segunda temporada y la tercera, le humaniza. No hay algo que me enfurezca más en la ficción que hacer romper a una pareja por caprichos de guion y menear la trama; en <i>Sex and the City</i>, las ideas y venidas de Carrie y Big han tenido razón de ser hasta el momento. Eso sí, Carrie es un personaje mucho más interesante cuando Big está en la sombra. Pero al César lo que es del César, si la serie tiene golpes de efecto (es comedia pero por algún lado habrá que enganchar a largo plazo) es gracias a este romance que nunca sabes cuando va a reflorecer nuevamente. Ídem con -<i><span style="color: red;">spoilers</span>-</i> la relación entre Miranda y Steve -<span style="color: red;">fin <i>spoilers</i></span><i>-.</i></div>
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<br /></div>
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(*) En un principio el <i>end game</i> de la protagonista, Hannah Horvath.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Si en <i>Girls</i>, la amistad es retratada con suma decadencia, <i>Sex and the City</i> es un canto a la amistad incluso cuando las cosas se ponen feas. Tan sólo hay que ver los rifirrafes entre Charlotte y Samantha -polos apuestos- o -<span style="color: red;">ligeros <i>spoilers-</i></span> la primera gran bronca entre Carrie y Miranda, una amistad que poco a poco se hace más estrecha al ser los personajes que más "dilemas" y personalidad comparten -<span style="color: red;">fin <i>spoilers</i></span>-.Si hay una comedia contemporánea que canta a los cuatro vientos la amistad entre dos mujeres neoyorquinas, esa es <i>Broad City</i>. En definitiva, <i>Sex and the City </i>es un imprescindible clásico de HBO ya no sólo por la innumerable lista de actores y actrices que fueron apareciendo como personajes episódicos o la oportunidad de reconocer el germen de series actuales sino por algo tan básico como que entretiene. Muchísimo. Y ni ha caducado todavía ni es sólo una serie para mujeres. Es más, con las <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ponte_las_gafas_violeta" target="_blank">gafas violetas</a> puestas, el visionado adquiere mayor riqueza.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwM9-CvB8PhMmvgYgMQshpHIVyz_Qc1XBm7eHnDNIX4x7_YBQ3c0M8NxxpkE9jjG45kmgbqGoxkykb-kALw_9ZlW5BgI35XQKpEdrZJInh4ph4FEYU0B6yf6_PDt5zTYcxmJBLvjiOJi8/s1600/Captura+de+pantalla+%25281521%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwM9-CvB8PhMmvgYgMQshpHIVyz_Qc1XBm7eHnDNIX4x7_YBQ3c0M8NxxpkE9jjG45kmgbqGoxkykb-kALw_9ZlW5BgI35XQKpEdrZJInh4ph4FEYU0B6yf6_PDt5zTYcxmJBLvjiOJi8/s640/Captura+de+pantalla+%25281521%2529.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;"><i>"Yo siempre voto a los candidatos según su apariencia"</i> - Samantha Jones (Kim Cattrall)</span></td></tr>
</tbody></table>
</div>
Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-43154092088281622592017-02-04T16:42:00.001+01:002017-03-09T20:58:26.541+01:00Lo breve bueno<div style="text-align: justify;">
Poca tele y cine veo últimamente. Tiene sus <i>pros</i> y sus <i>contras</i>. No veo todo lo que me gustaría estar viendo (<i>Loving</i>, <i>Toni Erdmann</i>, la segunda temporada de <i>The Man in the High Castle</i>) pero lo poco que veo, lo escojo con sumo cuidado para su casi seguro disfrute. Ha sido el caso de la cuarta y final temporada de la serie<i> Rectify</i>, el documental <i>Muerte en León</i> (Justin Webster, 2016), la película <i>Little Men</i> (Ira Sachs, 2016) o la serie <i>Sé Quién Eres</i>, cuyo mayúsculo entretenimiento me llevó a escribir <a href="http://girodeguion.blogspot.com.es/2017/01/se-quien-eres-sabe-que-buena-serie-es.html" target="_blank">sobre ella</a>. Bueno, también he tenido tiempo de leer finalmente <i>A sangre fría</i> de Truman Capote.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiC4x_DhYHezoWm7jVcRBD9VIp6LMcRQpIB-xxpuBk1ZEGAulToCYPLRf5jj-Q_bxJzIfaGv3YmsDFCVg8jrQdOq_MICYcYVRuXfDwTtSHI4dE0xHABZsTCAsYc-jTf8GdMl5LECxfsKRw/s1600/rectify.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiC4x_DhYHezoWm7jVcRBD9VIp6LMcRQpIB-xxpuBk1ZEGAulToCYPLRf5jj-Q_bxJzIfaGv3YmsDFCVg8jrQdOq_MICYcYVRuXfDwTtSHI4dE0xHABZsTCAsYc-jTf8GdMl5LECxfsKRw/s640/rectify.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;"><i><b>Rectify</b></i>, en su cuarta temporada, resulta más luminosa y esperanzadora que nunca</span></td></tr>
</tbody></table>
Con respecto a la serie de SundanceTV (<a href="https://www.xataka.com/cine-y-tv/rectify-la-serie-mas-elogiada-por-la-critica-pero-que-no-ha-visto-casi-nadie" target="_blank">aquí </a>una introducción a su peculiar mundo), es de agradecer que el tono del último volumen haya sido un poco más luminoso y la ficción no haya desbarrado en su intento de desmarcarse del típico <i>whodunit </i>(porque a <i>Rectify</i> nunca le interesó quién había matado a quién). En tiempos de discursos de odio, sus últimos episodios abogan por el perdón y la redención en vez de por la venganza. Apuesta por el futuro esperanzador de sus personajes. El final es onírico tal y como la serie lo fue especialmente durante sus primeros capítulos con un Daniel respirando a bocanadas un mundo nuevo tras veinte años en la cárcel. Una poesía en imágenes que Capote, por ejemplo, también trasladó en palabras para cerrar una novela de no ficción demasiado cruda por momentos. El escritor le cede el protagonismo al héroe de la historia y mediante <i>flashback</i>, apuesta por la vida entre las tumbas de un cementerio.<br />
<br />
En el caso de <i>Muerte en León</i>, documental de cuatro entregas de Movistar+ que se une a esta nueva ola del <i>true crime</i> ya sea en el género documental, (<i>The Jinx</i>, <i>Making a Murderer</i>), el radiofónico (<i><a href="https://serialpodcast.org/" target="_blank">Serial</a></i>, <i><a href="http://www.podiumpodcast.com/le-llamaban-padre/" target="_blank">Le llamaban padre</a></i>) o de ficción (<i>American Crime Story</i>), sí que interesa quién mató a quién y el 'entre bambalinas' de un crimen y un juicio que abrieron informativos durante semanas: el asesinato de la política leonesa Isabel Carrasco. Al igual que ya ocurriese durante los últimos compases de <i>The Jinx</i>, <i>Muerte en León</i> también se encarga de arrojar un <i>twist </i>aunque no de tal magnitud como aquel micrófono abierto delatador de hace dos años. En el caso español es -<span style="color: red;"><u style="font-style: italic; font-weight: bold;">spoiler-</u> </span>cuestión de llamadas telefónicas nunca puestas en duda, <b><i><u><span style="color: red;">fin del spoiler</span></u></i></b><br />
<i><br /></i>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_vzHN-QDNhD1zevcRNppG8QW6eNbel2DvRn490mtZGMIJMy7gZu0NmpVOzalVHVPC4itpvCbexuzQin65GYqdPS3bCfN1No9nkES0F1uxgdZARNwagTuPP3mzbOBH8pxYrJnKzYH8UlI/s1600/Cabecera+Muerte+en+Le%25C3%25B3n.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_vzHN-QDNhD1zevcRNppG8QW6eNbel2DvRn490mtZGMIJMy7gZu0NmpVOzalVHVPC4itpvCbexuzQin65GYqdPS3bCfN1No9nkES0F1uxgdZARNwagTuPP3mzbOBH8pxYrJnKzYH8UlI/s640/Cabecera+Muerte+en+Le%25C3%25B3n.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;">La <i>intro </i>de <i><b>Muerte en León</b> </i>es una declaración de intenciones y casa totalmente con el tono del documental</span></td></tr>
</tbody></table>
<i>Muerte en León</i>, al igual que hiciese aquella primera investigación de <i>Serial </i>con Baltimore, también realiza una radiografía de una ciudad y una España manchadas de corrupción. El giro más loco del documental de Movistar+, más propio del culebrón tipo <i>Scandal </i>o <i>How to get away with murder</i>, es -<u><b><i><span style="color: red;">aviso de </span></i></b><b style="color: red; font-style: italic;">spoiler</b></u>- la posibilidad de que Carrasco tuviera un interés sexual hacia la hija de su verduga, <i><span style="color: red;"><b><u>fin del spoiler</u></b></span></i>. Y lejos del <i>Fresh Blood</i> de Eels que ilustra con suma mala baba la <a href="https://www.youtube.com/watch?v=SAST6SgLmQg" target="_blank">intro</a> de <i>The Jinx</i>, <i>Muerte en León</i> inicia dicha radiografía en los mismísimos créditos de manera más sombría y seria. Por cierto, si hay algo que agradecer a la creación de los periodistas Webster y su colega Enric Bach -procedente del <i>Salvados</i> de Jordi Évole- es el rehuir de una abusada reconstrucción de los hechos; son sólo pequeñas píldoras sobre los minutos clave del crimen que nunca muestran más de lo debido. En <i>The Jinx</i> sí que fueron más explícitos con las reconstrucciones. Aún así, me da la sensación de que las investigaciones periodísticas de <i>The Jinx</i> y <i>Serial </i>tuvieron mayor repercusión (no sólo en términos de audiencia) en los casos investigados. ¿Dónde está ahora mismo Robert Durst? Exacto.<br />
<br />
En la deliciosa <i>Little Men</i>, capaz de abstraerme en un día pre-exámenes, no hay ningún fiambre pero sí algún que otro muerto metafórico que los personajes deben cargar sobre sus espaldas. <i>Little Men</i>, al igual que ya ocurriese con su prima hermana <i>Love is Strange</i> (Ira Sachs, 2014), pertenece a esa ficción en la que parece que no pasa nada pero está pasando de todo. Como en su día ocurriese con <i>Mad Men</i>. Sachs y su colega Mauricio Zacharias consiguen que cada elipsis y fundido a negro funcionen como un reloj suizo y aunque su médula sea aparentemente la amistad entre dos chicos adolescentes neoyorquinos, existen muchos frentes abiertos cotidianos alrededor. La cinta no adoctrina ni tiene un único discurso (*) dejando total libertad al espectador que forme un veredicto, si es que llega a alguno. Me parece peculiar cómo Sachs y Zacharias utilizan la muerte como elemento catalizador tanto en <i>Love is Strange</i> (último acto) como en <i>Little Men</i> (primer acto). Peculiar también cómo el cierre de ambas películas abre aún más la historia: el futuro esperanzador del adolescente. Ya sea probando las mieles del primer amor o acudiendo a un museo con sus nuevos compañeros de instituto.<br />
<br />
(*) Me quedo con uno de sus tantos mensajes: en la vida todo es cuestión de equilibrio y de confiar en las capacidades de uno mismo. O esa rabia acumulada descargada del progenitor contra el hijo descubriéndole un secreto: los padres también son humanos. Y se equivocan.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOaHdF7YQNy6QeTdDIG-QL39uMQQEJ0Wgq4iAQr0K812s4kTcxPsN2ciIkKHepuZwJHqyN-Uau7exIMFvKqR562VmTX7-t0wTp1I4O9KkjK0IqBUkotBNzkIuVTow46hNRAJII2KQRmMM/s1600/little+men.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOaHdF7YQNy6QeTdDIG-QL39uMQQEJ0Wgq4iAQr0K812s4kTcxPsN2ciIkKHepuZwJHqyN-Uau7exIMFvKqR562VmTX7-t0wTp1I4O9KkjK0IqBUkotBNzkIuVTow46hNRAJII2KQRmMM/s640/little+men.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #fff2cc;">Ejemplo de perfecta elipsis en<i><b> Little Men</b></i></span></td></tr>
</tbody></table>
Por cierto, ya que he hablado de una producción de Movistar+, qué menos que mencionar <i>Tabú </i>de Jon Sistiaga. Su segundo volumen (<i>Y al final, la Muerte...</i>) está dedicado al óbito y cuyo riesgo no reside únicamente en el qué se cuenta sino también en el cómo, con un despliegue técnico que en la televisión española en abierto tan sólo podría ser equiparado con el de <i>Salvados </i>(laSexta). Aquí, la voz en <i>off </i>y reflexiones de Sistiaga sí encogen el pecho no como los del <i>Chester</i> de Risto. Este segundo volumen tan sólo consta de 5 entregas de una hora de duración. <i>Rectify</i> tiene 30 episodios. <i>Muerte en León</i>, 4 entregas. <i>Little Men</i> no llega a los 90 minutos. <i>Sé Quién Eres</i> -viento en popa tras el tercer capítulo- sólo tendrá 16 episodios. Lo bueno, si breve, dos veces bueno.<br />
<br />
Ah, ¿recordáis quién era también muy buena en las elipsis? <i>Mad Men</i>.</div>
Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-45786486808223677902017-01-25T22:19:00.005+01:002017-01-27T15:12:41.202+01:00'Sé quién eres' sabe qué (buena) serie es<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCDsPMciaC86oWWdosd1tek9XQmljx-i9dJPxGp_jh7EtkamSinG85rpBARzu4OtzY31qluYVxaF-ZL-kbHDrHLcjmvfNlHbNLFyye2PdMO8YmfAAu4mg_Vd4uwVOesJpCiSLHSg3DPto/s1600/Captura+de+pantalla+%2528738%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="372" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCDsPMciaC86oWWdosd1tek9XQmljx-i9dJPxGp_jh7EtkamSinG85rpBARzu4OtzY31qluYVxaF-ZL-kbHDrHLcjmvfNlHbNLFyye2PdMO8YmfAAu4mg_Vd4uwVOesJpCiSLHSg3DPto/s640/Captura+de+pantalla+%2528738%2529.png" width="640" /></a></div>
<span style="color: red;"><i><br /></i></span>
<span style="font-family: inherit;"><span style="color: red;"><i><u>Sin spoilers</u></i> </span>| Tenía ganas de hincar el diente a <i>Sé Quién Eres</i>, lo nuevo de Telecinco y Pau Freixas (<i>Pulseras Rojas</i>). Lo último de ficción de Mediaset que había visto -no vale <i>Cámbiame</i>- fue la miniserie de 6 episodios <i>Hermanos</i> allá por otoño de 2014; la pretensión de retratar la España de los 80-90 a través de la relación entre dos hermanos y su vecina (*) de toda la vida quedó en agua de borrajas. Ha llovido desde entonces (Telecinco tenía aún entre manos el exitazo <i>El Príncipe</i>). Más ha llovido desde que siguiese regularmente una serie de televisión de la cadena: <i>Acusados </i>(2009-2010), por la que corrieron virtuales ríos de tinta debido a sus descaradas similitudes con la estadounidense <i>Damages</i>. Eso sí, me lo pasé pipa con la segunda temporada de la serie protagonizada por Blanca Portillo -ahora en <i>Sé Quién Eres</i>- y José Coronado (posteriormente reclamo en <i>El Príncipe)</i> en la que dejó de vivir de las rentas del plagio, construyó un nuevo misterio desde (casi) cero y coqueteó con el espíritu de <i>Motivos Personales</i> y el arrojo de incluso matar algún personaje principal (**).</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;">(*) Eso sí, María Valverde estaba espléndida como periodista.</span><br />
(**) <span style="color: red;"><u><i>Spoiler de 'Acusados'</i></u></span>: El asesinato del bonachón Jorge Vega supondría un punto de inflexión en el ecuador de la 2ª temporada. Daniel Grao abrazaría con acierto la villanía años después en <i>Sin Identidad</i>. <span style="color: red;"><i><u>Fin spoiler</u></i></span>.<br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span>
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Si </span><i style="font-family: inherit;">Acusados</i><span style="font-family: inherit;"> o </span><i style="font-family: inherit;">Motivos Personales</i><span style="font-family: inherit;"> -dos muy buenas series de la factoría Telecinco- pertenecían al género </span><i style="font-family: inherit;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Whodunit" target="_blank">whodunit</a></i><span style="font-family: inherit;">, </span><i style="font-family: inherit;">Sé Quién Eres</i><span style="font-family: inherit;"> (más o menos) también: ¿quién es el responsable de la desaparición de una joven? No, </span><i style="font-family: inherit;">Sé Quién Eres</i><span style="font-family: inherit;"> no arriesga en temática (*) pues, ¿cuántas películas y series giran en torno a la desaparición de una chica? Me viene a la mente </span><i style="font-family: inherit;">The Killing </i><span style="font-family: inherit;">y su Rosie Larsen (**) o incluso esa marcianada de TBS llamada <i><a href="http://www.newyorker.com/magazine/2016/12/19/a-millennial-private-eye-on-search-party" target="_blank">Search Party</a></i> cuyo <i>McGuffin</i> es la 'desaparición' de Chantal. </span></span><span style="font-family: inherit;">Pero incluso en España tuvimos a la Patricia Marcos de </span><i style="font-family: inherit;">Desaparecida</i><span style="font-family: inherit;">. Además, la actualidad siempre acaba superando a la ficción tristemente. No hay nada más lucrativo para la sección de sucesos del </span><i style="font-family: inherit;">magazine</i><span style="font-family: inherit;"> matinal de turno que una chica desaparecida. En </span><i style="font-family: inherit;">Sé Quién Eres</i><span style="font-family: inherit;">, su nombre es Ana Saura y, cómo no, bajo sospecha está un miembro de su familia: su tío Juan Elías (un Francesc Garrido como anillo al dedo). La ficción no obvia la presencia de los medios de comunicación sino que es un elemento clave a la hora de hacer avanzar la trama. Ah, por cierto, en <i>Acusados</i> también había un sospechoso desde el principio: Joaquín de la Torre (José Coronado).</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span>
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">(*) ¿Acaso lo hace <i>Pulsaciones</i> (Antena 3) con algo tan <i>hollywoodiense </i>como el </span>trasplante<span style="font-family: inherit;"> de almas? Sólo he visto el primer episodio y me dejó un tanto indiferente.</span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">(**) La serie estadounidense sobrevivió dos temporadas más tras resolver le identidad del asesino/a. <i>Desaparecida</i> lo intentó mediante aquel <i>spin-off</i>, UCO, pero no hubo suerte. </span></span><br />
<br />
<span style="font-family: inherit;">En retrospectiva, si hay algo que rechacé por completo de otros <i>whodunit </i>patrios como <i>Bajo sospecha </i>o <i>Mar de plástico </i>era el continuo subrayado sobre quién recaía la sombra de la desconfianza en cada episodio. En <i>Sé Quien Eres</i>, a juzgar por los dos primeros episodios, el juego de quién será el malo malísimo parece que será más comedido pues ya de por sí la premisa y baza de la ficción es confiar o no en el principal sospechoso y su amnesia. Como ocurrió en su momento con el Nicholas Brody de <i>Homeland </i>o el Paul Spector de <i>The Fall</i>. Es más, el juego del gato y el ratón propuesto entre Juan Elías y Eva Durán (Aida Folch) recuerda al de Brody y Carrie Mathison en el <i>thriller</i> de Showtime.</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggc6a2H_E8baUd2UX3k0uX5hh9cymE1SxGHBABewP9M1I2LuBq7fFZdpNStrAGCdpkZPaC8a9czDJ2EjPsl3by7UB3CwcLGbK_Npn6JW2DOd833vFhXkE9t4ziS1vF98P4PFSgSP8s9aU/s1600/Captura+de+pantalla+%2528736%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggc6a2H_E8baUd2UX3k0uX5hh9cymE1SxGHBABewP9M1I2LuBq7fFZdpNStrAGCdpkZPaC8a9czDJ2EjPsl3by7UB3CwcLGbK_Npn6JW2DOd833vFhXkE9t4ziS1vF98P4PFSgSP8s9aU/s640/Captura+de+pantalla+%2528736%2529.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #ffe599;">Aida Folch regresa a la televisión con <i>Sé Quién Eres</i> tras <i>Cites</i> (TV3) y<i> Cuéntame cómo pasó </i>(TVE)</span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: inherit;"></span><span style="font-family: inherit;">Hay muchísimo que elogiar de los dos primeros episodios, empezando por lo más visible: la puesta en escena. Cambiamos Madrid por Barcelona -algo que es de agradecer- pero el juego de grises de los personajes se traslada a las imágenes con luces y sombras; mención especial a las numerosas ocasiones en las que la cámara se posiciona detrás de los personajes. ¿Querrá decir algo? Pues todos ellos esconden algo. Pero la serie no se conforma con tener a la Barcelona urbana de <i>high standing</i> como escenario sino que parece que sus responsables han tenido la libertad de abrir plano y desplazarse al campo (el auto-destierro del personaje de Eva Durán; la búsqueda de Ana en el bosque) y al mar (como fondo de una de las discusiones del matrimonio Juan-Alicia).</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;">La serie, como todo </span><i style="font-family: inherit;">whodunit</i><span style="font-family: inherit;">, juega a más niveles a parte del </span><i style="font-family: inherit;">thriller</i><span style="font-family: inherit;">: drama familiar de altas esferas a lo </span><i style="font-family: inherit;">Sin Identidad</i><span style="font-family: inherit;"> (Antena 3) o </span><i style="font-family: inherit;">Herederos</i><span style="font-family: inherit;"> (TVE) y drama legal que parece beber del Chicago de </span><i style="font-family: inherit;">The Good Wife</i><span style="font-family: inherit;">. Y para colmo, destila un corrosivo humor cuyo mejor ejemplo es ese "me caes mal" de Juan Elías a su mujer sin acordarse de ella. Un humor que no estorba como ya ocurriese en la adrenalínica y dramática </span><i style="font-family: inherit;">Vis a vis</i><span style="font-family: inherit;"> (Antena 3) que de vez en cuando dejaba respirar al espectador.</span><br />
<br />
<span style="font-family: inherit;"></span>
<span style="font-family: inherit;">La serie -a diferencia de <i>Pulsaciones</i>- no puede optar por un elenco reducido (si no, ¿dónde estaría la gracia?) pero el <i>casting</i> es todo un acierto incluso en nombres como <strike>Valle</strike> Eva Santolaria -una juguetona fiscal- o Martiño Rivas poseído por el Otto de <i>Los amantes del círculo polar ártico </i>(¿estará realmente enamorado de su hermanastra?). Hay material interpretativo del bueno: una Blanca Portillo capaz de asesinar con la mirada y al segundo sentir piedad por ella, un Antonio Dechent cuyo personaje huele a puro y putas desde el sofá, un frágil Nancho Novo cuyo personaje navega entre el anticipado duelo y la venganza o incluso el omnipresente Carles Francino, cómodo en un registro y un papel ya hechos a su medida desde el chulo Rai de <i>Hospital Central. </i>Yo</span><span style="font-family: inherit;"> sí me acuerdo del fatídico romance con Lola (Marián Álvarez).</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;">Ahora sólo queda cruzar los dedos para que el castillo de naipes no se derrumbe durante los próximos 14 episodios a nivel de audiencias y especialmente a nivel creativo pues el culebrón de peor tufo ya asoma tímidamente la patita durante el segundo episodio con un secreto revelado al más puro estilo hermano malvado de Bart en </span><i style="font-family: inherit;">Los Simpson</i><span style="font-family: inherit;">. </span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;">Yo apuesto por este caballo ganador.</span><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4XBmAnb7gAn2kRX0yM22Zj0Rd2wEIZTcAQA0ea18a3-l5L4Ygzsb9ykYYzNIXwWGV6a2ahZLyeNUZ4P5R5W_YeqV8UbmqQzrTCAWTf-pw5l7RbVVb9WlZsE6bL4ErzgWs-2ihn2h-7UA/s1600/Captura+de+pantalla+%2528745%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4XBmAnb7gAn2kRX0yM22Zj0Rd2wEIZTcAQA0ea18a3-l5L4Ygzsb9ykYYzNIXwWGV6a2ahZLyeNUZ4P5R5W_YeqV8UbmqQzrTCAWTf-pw5l7RbVVb9WlZsE6bL4ErzgWs-2ihn2h-7UA/s640/Captura+de+pantalla+%2528745%2529.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: #ffe599;">Francesc Garrido y Blanca Portillo ganándose el pan en <i>Sé Quién Eres</i> (1x02)</span></td></tr>
</tbody></table>
</div>
Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8542751187486840594.post-49592149691882615672016-12-22T20:13:00.000+01:002017-04-17T12:28:11.040+02:00Este tuerto ve muy bien<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2n40dx1CDKNBGye1k0ZwCwT_GJhmmk-FopTlb97HjwkrZi46BbNTwrijBndnTlpT-oQ7QVhZ_vbzgBTRLdjRI-MXQpcMCnv67t2XNVTPZsSBK2T9fBbXzTY8J2l05eQP9UCBmUzsnicM/s1600/Captura+de+pantalla+%2528612%2529.png" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2n40dx1CDKNBGye1k0ZwCwT_GJhmmk-FopTlb97HjwkrZi46BbNTwrijBndnTlpT-oQ7QVhZ_vbzgBTRLdjRI-MXQpcMCnv67t2XNVTPZsSBK2T9fBbXzTY8J2l05eQP9UCBmUzsnicM/s640/Captura+de+pantalla+%2528612%2529.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Aura Garrido (izq) y Cayetana Guillén Cuervo (dcha) en <i>El Ministerio del Tiempo</i></td></tr>
</tbody></table>
<span style="background-color: #ffe599;"><span style="background-color: #fff2cc;">Columna escrita el jueves 15 de diciembre</span><span style="background-color: white;"> |</span></span><span style="background-color: white;"> </span>¿Recuerdan ustedes, ávidos espectadores capaces de resistir la modorra de la siesta, aquella teleserie diaria que Telecinco se sacó de la manga llamada <i>Un golpe de suerte</i>? Yo tampoco. Era verano (y la siesta veraniega no se perdona). Duró tres telediarios (pobre Toni Cantó, la protagonizaba junto a Carmen Morales...) y quien le comió la franja de emisión fue <i>Sálvame</i> durante aquellos primeros y gloriosos años de expansión y anexión en Mediaset España. En televisión -como en la profesión, en los estudios o en el amor- a veces (muchas) es cuestión de suerte. De ensayo y error. De probar y probar y quizás dar con el campanazo. A veces no es suerte sino persistencia y buen hacer como el de <i>Aquí la Tierra</i>, el enésimo programa de TVE sobre meteorología y gastronomía que poco a poco se ha ido erigiendo como el espacio más visto de la poco atractiva tarde de La 1. Esta misma semana ha comenzando la grabación de la ya tercera temporada de <i>El Ministerio del Tiempo</i>. Con Hugo Silva (<i>Mamma mia!</i>) a jornada completa. Sin Rodolfo Sancho. Quién nos diría que la serie más marciana de TVE (La 2 ya cobijó en su día dos temporadas de <i>Plutón BRB Nero</i> de Álex de la Iglesia) sobreviviría durante dos años a un conservador Consejo de Administración y unas audiencias inferiores a otras que habían mandado a anteriores ficciones nacionales de la pública al cementerio. Quizás haya sido un golpe de suerte que la serie se estrenase en una TVE necesitada de ficción aplaudida por la crítica especializada más allá de <i>Cuéntame cómo pasó</i>. Ya saben, en un mundo de ciegos, el tuerto es el rey. Quizás el anuncio -siempre tardío- de nuevos episodios nos ha regalado a un Hugo Silva dando lo mejor de sí mismo tras el abandono temporal de Rodolfo Sancho (gracias <i>Mar de plástico</i>). Quizás ha contribuido que se estrenara en una época en la que la televisión a la carta, el ver los contenidos en diferido y las redes sociales son el pan de cada día. No hay serie más transmedia que <i>El Ministerio del Tiempo</i>. O si no... que se lo pregunten a los mandamases de Antena 3; los fans de <i>Mar de plástico</i> podrán elegir el final definitivo de la serie que se emitirá el próximo lunes 19: "¿Justicia o venganza?" Cuestión de suerte... Yo sólo espero que a TVE nunca se le ocurra dejar en manos del <i>homo-videns</i> el desenlace romántico-amoroso del personaje de Amelia (Aura Garrido) en <i>El Ministerio del Tiempo</i>: ¿Julián (Rodolfo Sancho) o Pacino (Hugo Silva)? Yo apuesto por Irene (Cayetana Guillén Cuervo). Ah, eso sí, este tuerto tiene vista de lince.</div>
Óscar Rus Vicentehttp://www.blogger.com/profile/15565567438159062290noreply@blogger.com0