Empecé este blog con 16 años y otro nombre (Dime que series ves y te diré cómo eres). En un principio solo hubo cabida para las series de televisión, pero más tarde amplié el contenido a todo aquello con un mínimo de ficción, incluso la propia vida. Decía Susan Sontag en Contra la interpretación que «en las buenas películas existe siempre una espontaneidad que nos libera por entero de la ansiedad por interpretar». Pero Carrie Bradshaw también decía en la excelente Sexo en Nueva York: «No pude evitar preguntarme».

lunes, 29 de julio de 2013

La viajera que detuvo su andar

Spoilers de 'Skins Pure' | Si Effie siempre fue la mitad sombría de 'Skins', Cassie representaba, en cierto modo, la otra cara de la moneda: la larga espera del resplandor a pesar de los bandazos de la vida (*). Tras huir a Nueva York después de que Chris muriera en sus brazos nunca más supimos de ella. As usual. Ni tampoco del posible reencuentro con un Sid en busca de su amada en la Gran Manzana. ¿Se resolvería el gran enigma? La ambigüedad con respecto al pasado de sus personajes asoma de nuevo en 'Pure' y sus guionistas tan sólo dejan un par de líneas de diálogo (**)  a merced del espectador para que él solito cavile, lo cual me parece acertado e incluso perfecto. Vuelve la solitaria y enigmática Cassie a Londres para empezar de nuevo la búsqueda de su hogar. Dos episodios que sirven para narrar cómo la protagonista sí ha logrado cambiar y continúa haciéndolo. ¿La razón exacta? No nos es proporcionada; quizás los años y las experiencias empiezan a pesar. Más madura, más comedida, más consciente que nunca de su belleza, menos solitaria y menos temeraria, finalmente encuentra su hogar: su hermano. Start Again de Gabrielle Aplin resume su esencia. Su historia.

(*) Ausencia y despreocupación de sus padres, trastorno alimenticio, problemas psicológicos, baja autoestima, ideas suicidas, adicción a las drogas, etc.
(**) -Estuve con un chico y viajamos un montón hasta que no pudimos ir más lejos. Entonces terminó así que yo volví a casa.
-¿Por qué?
-Porque si no terminaba, duraría para siempre.

domingo, 28 de julio de 2013

La escena de la semana (VII)


Sin spoilers | Hay que reivindicar el cine español. 'Seis puntos sobre Emma' (Roberto Pérez Toledo, 2011) no será un peliculón pero tiene corazón y deja huella. Es agria y dulce. Es un poquito cruel con sus personajes pero no despiadada. Es real. Es un canto a seguir adelante. Verónica Echegui lo clava en su papel y aunque lo más flojo de la narración es el triángulo amoroso a medio gas en el que se ve involucrada junto a Álex González y Fernando Tielve , las pequeñas historias de sus secundarios valen y el final es un grandísimo plus. La vi en un mal momento de mi vida y a pesar de ello me gustó; ese es su gran mérito. Que buen rollo transmite la canción de los créditos finales: Enérgica de Magnética. Y como me gusta la voz de David Matellán.

"Sé que puedo andar sobre el alambre que te hizo temblar y dudar."

domingo, 21 de julio de 2013

La verdad tiene muchas caras



Spoilers a mansalva | Y por fin terminé 'In Treatment' tras 106 episodios; su formato ha acabado siendo un arma de doble filo porque lo que en un principio me encandiló (puro diálogo) ha acabado por fatigarme un pelín. La pasión se ha ido apagando poco a poco. La serie desarrollada por Rodrigo García agota al espectador al exigir y/o exprimir una total atención a todas y cada una de las palabras que salen de la boca de sus protagonistas (*); un cóctel explosivo en el que abundan temas a cada cual más escabroso.

(*) Y si uno lo ve en versión original sin subtítulos ya ni os cuento.

En su tercera y corta temporada el apaciguado descenso a los infiernos de Paul Weston continúa siendo la columna vertebral de la serie; tras lo acontecido en las dos temporadas anteriores (**), éste debe hacer frente a una posible enfermedad heredada de su padre ya fallecido, a un creciente rencor hacia Gina, a la inesperada convivencia con su hijo Max y a una relación amorosa con una chica veinte años menor que él, Wendy, Todo ello acompañado por la soledad en la que está sumergido. La carita de Gabriel Byrne de perro degollado es constante. Al otro lado del ring se encuentran tres nuevos pacientes y una nueva psiquiatra; Sunil, Frances, Jesse y Adele. De nuevo la calidad interpretativa es de diez, siendo Debra Winger y Dane DeHaan los actores que más me han sorprendido al no haberles visto anteriormente en ninguna otra serie o película. Nuevas caras, nuevas circunstancias, nuevas relaciones psiquiatra-paciente pero en el fondo algunos de sus conflictos ya han sido abordados previamente pero ahora desde distintas perspectivas: la muerte, el cáncer, la nostalgia, la familia, la adolescencia, la orientación sexual, la promiscuidad, el egocentrismo e incluso el enamoramiento del paciente.  En su tercer año, los personajes de 'In Treatment' se vuelven más ambiguos, misteriosos, mentirosos e incluso violentos; se atreven a revelarse contra el propio Paul  y desvelan secretos o historias distorsionadas a cuenta gotas. He notado mayor reticencia al culebrón (***) y en especial un mayor espacio a sueños e interpretaciones -certeras y erróneas- de hechos acaecidos (****).  Su final es una paliza para casi todos sus personajes; la coherencia y derrotismo con los que se despide la serie deprime. Su primera temporada me dejó sin aliento y su segunda no me llegó tanto. "My door will always be open to you" le dice Adele a Paul en su última sesión. Me apuesto a que nunca volvió.

(**) Tortuoso affaire con Laura, muerte de Alex, separación de su mujer Kate y sus hijos, mudanza de Maryland a Brooklyn, denuncia por mala praxis, aparición de Mia y Tammy, muerte del padre del protagonista, coqueteo con la bebida...

(***) Aún así ha habido varios giros de guión sorprendentes como la aparición de los padres biológicos de Jesse, el embarazo de Adele o el maniqueo plan de Sunil para regresar a Calcuta.

(****) El episodio en el que Jesse cree que sus padres biológicos tan sólo han contactado con él para poder curar a otro hijo que está en silla de ruedas.

sábado, 20 de julio de 2013

La escena de la semana (VI)


Sin spoilers | Leía el otro día en El País sobre David Lynch y su curioso bar situado en París y me acordé de 'Terciopelo Azul' (id, 1986); de lo perturbadora que me resultó y lo mal que me cayó en su momento Laura Dern interpretando a la angelical Sandy (*). Muy mono Kyle MacLachlan, eso sí. No os mentiré, ni idolatro al cineasta (**) ni me pareció la película una obra maestra a pesar de que me encante el género de intriga y cine negro. La escena elegida corresponde a su opening en el que ya se atisba la tónica general del largometraje. Dos horas de misterio en el que sorprenden más la atmósfera y los personajes que el propio leitmotiv: la oreja.

(*) Ahora la idolatro por esa joya llamada 'Enlightened' creada junto a Mike White.
(**) Tan sólo he visto la ya mencionada 'Terciopelo Azul' y 'Carretera Perdida' que, por cierto, vaya telita...

sábado, 13 de julio de 2013

La escena de la semana (V)


Sin spoilers | Entrar en la dinámica de 'Mad Men' me fue difícil pero, aún sin saber muy bien por qué, a partir de la quinta temporada se convirtió en uno de mis grandes placeres seriéfilos; hasta entonces tan sólo la veía por su fama y reconocimiento e incluso estuve tentado de abandonarla en el ecuador de su tercera temporada pero no cayó esa breva y cuánto me alegro. Es por ello que tengo en mente volver a ver las primeras cuatro temporadas ya que estoy casi seguro de que disfrutaré el doble de la serie ahora que no quiero despedirme de ella el próximo año con su séptima y última temporada. Con el permiso de Peggy Olson, reina absoluta de la serie actualmente, Betty Draper fue el personaje que más me fascinó durante la primera tanda de episodios y para muestra un botón: la escena corresponde al 1x07 en el que la rubia se encuentra con su vecina divorciada y madre soltera en el supermercado. Lo más divertido del asunto es que dicha conversación resulta hasta graciosa habiendo visto hasta la sexta temporada, Ay, Glen, Glen...

jueves, 11 de julio de 2013

'Skins Fire', infinidad de interrogantes


"Money, show me" -Effy Stonem (Skins Fire - Parte I)

Spoilers a bocajarro | Deberíamos estar curados de espanto con 'Skins' y aún así seguimos cayendo como moscas. Los prólogos felices no es el rollo de sus creadores, Bryan Elsley y Jamie Brittain, sino más bien todo lo contrario. Pero... ¿no sabíamos ya ésto? Además, ¿qué tipo de cierre puede tener una serie de adolescentes? Admito que Effy nunca fue mi personaje favorito a lo largo de  cuatro temporadas y que sus últimos episodios resultaban tediosos al coquetear en exceso con la paranoia (*); no había hype, no había expectativas... volvía 'Skins' para despedirse. A su manera, como siempre lo ha hecho. ¿El resultado? Desde el punto de vista argumental, demoledor e impasible con sus personajes. ¿Han ido demasiado lejos los guionistas en su intento por dar la última pincelada a su obra? ¿Han apostado por la originalidad o se han dejado llevar por lo "fácil"(**)? Lo más correcto sería decir que han apostado por la cruda realidad llevada al extremo, por el sendero más oscuro posible. Como siempre.

(*) Me toca revisionar la serie completa.
(**) La tragedia pura y dura sin contemplaciones.

En los dos episodios especiales de 'Skins Fire' se nos permite echarle un pequeño vistazo a las vidas de Effy -la protagonista absoluta-, Naomi y Emily ya en su veintena. Y ya está, un pequeño y doloroso vistazo. Ni rastro de diálogos en los que al menos se citen a personajes o tramas pasadas que se quedaron sin resolver; tan sólo hay una escena en la que la pareja de lesbianas recuerda con sarcasmo a la antigua Effy enfrente de su jefe y amante Jake. ¿Un posible reencuentro entre la protagonista y sus ex-colegas? ¿Una posible llamada de teléfono entre ella y su hermano Tony? Ni rastro tampoco de su enfermedad mental. Supongo que estos interrogantes eran la vía fácil que la serie siempre ha intentado esquivar. Era el turno de mostrar los supuestos límites de la ambición laboral y las reacciones de personajes tan sumamente jóvenes ante un cáncer.

Vayamos al grano: ¿qué es ésto de que Effy acabe entre rejas y Naomi muera por culpa de un cáncer? ¿Hay cierta moraleja en todo ello? (***) No lo creo a tenor de la picarona y perturbadora sonrisa de la última escena. El desenlace de la primera no me molesta a pesar de lo tosco, brusco e incluso inverosímil que resulta, es más, se lo merece por haber pasado toda su adolescencia y juventud sin pensar en las consecuencias de sus acciones ni en los sentimientos de los demás; Effy se va a la cárcel por fraude con un primer desengaño amoroso (Jake), un juguete roto (Dom), una amiga muerta (Naomi) que le reprocha no haber hecho nada durante su enfermedad y con otra (Emily) que le echa en cara haberle robado un inmerecido tiempo con el amor de su vida. Toma mazazo; todo reproches y aún así no se me va de la cabeza esa sonrisa, ¿qué significa? ¿que ha aprendido o todo lo contrario? La gente no cambia, tan sólo se hace más vieja y Effy no se salva de la quema.

(***) ¿Es que todo en este vida tiene que tener una moraleja? ¡No! Pero es ficción.

Con respecto al breve arco argumental de Naomi, ¿qué sentido tiene? ¿dejar traumatizada de por vida a Emily? Tan sólo veo un aspecto positivo a todo ello y han sido las escenas en las que se muestra cómo un ser humano con tan pocos años vividos debe hacer frente a su prematura muerte; el enfado y la mala leche afloran. También el sarcasmo exacerbado (para muestra el monólogo con el que abre el segundo episodio). Pero, ¡eh!, "We're Naomi and Emily. It didn't matter because we love each other". Ante todo, el amor bolleril resiste... "You were my backbone when my body ached with weariness".

A pesar de todo, 'Skins Fire' me ha gustado (con referencia a 'American Psycho' y Patrick Bateman inclusive) A ver cómo se resuelven los otros dos especiales centrados en Cassie y Cook. Eso sí, desecho desde ya la idea de descubrir si Cassie y Sid se reencontraron en la gran manzana... 

sábado, 6 de julio de 2013

La escena de la semana (IV)


Sin spoilers | Antes de 'Dans La Maison' (François Ozon, 2012) Emmanuelle Seigner y Kristin Scott Thomas ya compartieron escena en una película igual de retorcida, loca y fabulosa: 'Lunas de hiel' (Roman Polanski, 1992). Menudo baile se marcan las dos francesas para celebrar el año nuevo al ritmo de Slave to love  de Bryan Ferry; ¿hito y mito del lesbianismo en el cine ? No creo que haya mejor canción para resumir la esencia del largometraje del director polaco: esclavas del amor... menudos mariditos tienen aunque ellas tampoco se salven de la quema, ¡son incluso peores! Una de mis pelis favoritas a pesar del mal cuerpo que me dejó en su momento. Un mar en llamas que tras más de dos horas de tensión deja al espectador flipando con las tórridas escenas de sexo y el finalazo que se marca; mojado y caliente. Todo muy perturbador y sexy. ¿La única pega? Que sale el moñas de Hugh Grant.

Te odio 'Notting Hill'.

sábado, 29 de junio de 2013

La escena de la semana (III)


Sin spoilers | 'Girls' no deja indiferente a nadie. Me encantó la primera temporada pero a día de hoy ni fú ni fá. Dejé la segunda temporada a medias allá por febrero pero la retomé hace un par de semanas y me encontré con una recta final más que decente; dramática, realista y con un humor que eché en falta en sus primeros episodios. Me volví a mear de risa con las tonterías de Hannah, su protagonista. La escena elegida corresponde al 2x04 y es cojonudamente maravillosa: íntima, bonita, divertida, triste y sucia. Hablan de pis y mocos, queridos, ¡y eso es la puta realidad! Y suena Wonderwall de Oasis. Doble olé. Veré la tercera temporada sin expectativas.

jueves, 27 de junio de 2013

Palabras que desbordan el alma



Spoilers de la segunda temporada de 'In Treatment' |"Pensé que el cáncer me limpiaría de toda esta mierda. Pensé que finalmente dejaría de obsesionarme sobre cómo ser la mejor en todo y todas las razones por las que debería odiarme a mí misma y al resto. Pensé que finalmente empezaría a pensar en general pero las cosas se han oscurecido en mi cabeza. Ya no creo más en nada. No creo en el amor... o en mi madre... o en mi cuerpo... o en ti. Debido a toda esta estúpida terapia ya ni siquiera creo más en mí misma. Literalmente no tengo ni idea de por qué debería levantarme de la cama por la mañana."

Menudo discursito suelta April (Alison Pill), mi personaje favorito, durante los últimos minutos del 2x27 de 'In Treatment'. Su segunda temporada es incluso más dura que la primera. Y mucho, mucho más retorcida. Echo de menos a la femme fatale de Laura y la atracción casi mortífera entre ella y Paul como epicentro de la serie (*). Echo también de menos la relación paterno-filial entre el protagonista y Sophie. Alex, Amy y Jake no se ganaron mi afecto lo suficiente como para extrañarlos (**). Pero las similitudes son presentes tanto en la interacción psicólogo-paciente como en los temas que se abordan a lo largo de las siete semanas de terapia; el eterno "de tal palo, tal astilia" continúa intacto e incluso se intensifica en el conflicto. El suicidio también sigue siendo el elefante rosa en la habitación. Ahora es Mia quien está detrás del galán protagonista debido a su pasado en común ("Me debes un embarazo" le espeta). Bess y Luke son una extensión de lo que podrían haber llegado a ser Amy y Jake si hubieran tenido un hijo no deseado; igual de egoístas e irresponsables. Walter es el Alex blanco, anciano e igual de prepotente y rudo que no acepta la caída tras el éxito profesional. April es la nueva Sophie. Y Paul sigue siendo Paul; un poquito más triste, más frágil, más puñetero pero más humano y consciente de que debe reconciliarse con su vida y su mundo. La serie desarrollada por Rodrigo García continúa en la pole position de casiperfección en su segundo año; se le puede achacar algún que otro defecto (***) pero cuando sus personajes dan un puñetazo sobre la mesa, el mundo y los corazones de los espectadores se paran. Toca escucharles con atención, agachar la cabeza y asimilar el mensaje.

(*) El idilio se alargó en demasía y la formación del atípico triángulo amoroso con Alex me pilló de sorpresa.
(**) Me da la sensación de que todos ellos fueron una especie de "deux ex machina" con el fin de avanzar/revolucionar las tramas del resto de personajes.
(***) Intermitente coherencia. Personajes irritables. Cliffhangers culebronescos. Descafeinada recta final.

lunes, 24 de junio de 2013

La escena de la semana (II)


Sin spoilers | Para lo bueno y para lo malo. 'A dos metros bajo tierra' tendrá secundarios insoportables (Rico, Billy, George, Lisa...) pero también sumamente interesantes; como el de Patricia Clarkson interpretando a Sarah O'Connor, hermanísima de Ruth Fisher. Tan sólo sale en 12 episodios de 63 pero cada aparición que hace es un regalo para el espectador y un revulsivo para los personajes. En este caso para Claire y su "quizás no eres una artista". La rubia se explaya a gusto y la pelirroja se cabrea. La escena pertenece al 5x06, "The Rainbow of Her Reasons", donde incluso canta. Temporadita de aúpa. Mención especial a la dupla cómica que forma con Bettina, personaje interpretado por Kathy Bates.

jueves, 20 de junio de 2013

'Otra tierra', ciencia ficción entre cuatro paredes

Sin spoilers | Ésta es la ciencia ficción que más disfruto, la de 'Another Earth' (Mike Cahill, 2011), pero también con la que más crítico soy o mejor dicho, la que más insatisfecho me deja. Como un orgasmo que nunca llega a pesar de lo prometedores que hayan sido los preliminares y el sexo en sí, vaya. Un género como éste en el que las reglas narrativas o argumentales son de chichinabo, los límites son esenciales y se supone que nunca debe cruzarse la delgada línea de la suspensión de la credulidad del espectador. En el terreno de las series de TV, 'Lost' fue tejiendo con el paso de las temporadas una mitología cada vez más enrevesada y al final la cagó en su sexta temporada con tanta licencia; 'Fringe' bordeó en ciertos momentos la temida línea pero se salvó de la quema tras cinco temporadas. Eso sí, tengo la impresión de que renunció a un mayor número de fuegos artificiales, divertimento loco y cliffhangers para salvaguardar su mitología tan bien construida. En el caso de este largometraje, Mike Cahill tiene claro qué quiere contar y cómo hacerlo. 'Another Earth' propone un relato íntimo en el que el drama (*) y el romance se colocan un pasito más arriba que la ciencia ficción (**). Sin artificios, con poco presupuesto y disparando al corazón, no al raciocinio. Su director parece no querer que el espectador se coma la cabeza hilvanando teorías sobre el extraordinario acontecimiento sino más bien reflejar el poderoso y peligroso  efecto que tiene la aparición de una segunda Tierra en la vida de sus dos protagonistas. Desde los primeros minutos se intuye que nunca conoceremos la Tierra 2 pero por supuesto se devela todo tipo de incógnitas que le atañan. Aún así, lo importante son las revelaciones a nivel personal. Su protagonista femenina, Brit Marling, está sensacional. No tanto William Mapother. El misterio y la reflexión están servidos con apariencia de cine independiente y muy, muy barato. Pero el asunto va más allá, 'Another Earth' apuesta por un relato de segundas oportunidades. Y de posibles doppelgängers.

(*) La reinserción de una ex-convicta casi adolescente y la pérdida por parte de un hombre de su mujer y y su hijo en un accidente de coche.
(**) La aparición de una segunda Tierra.

martes, 18 de junio de 2013

Tú, yo y todos los demás

-¿Y qué pasó?
-Que intenté salvarme la vida y no funcionó.
(...)
-¿Y cuanto vas a quitarte la venda?
-Cuando ya no me duela.
-Pues esperaremos 15 segundos.


Los diálogos de 'Tú, yo y todos los demás' (Miranda July, 2005)  son igual que sus personajes y la película en sí: raros pero reales, triviales pero profundos. Una marcianada indie que explora el cómo y el porqué de las relaciones personales a nivel amoroso, amistoso y sexual. Todo muy exagerado con música instrumental a cargo de Michael Andrews, planos contemplativos y silencios. Tras verla se me viene a la cabeza: ¿es posible enamorarse de alguien con tan sólo haber cruzado tres palabras en una zapatería?

sábado, 15 de junio de 2013

La escena de la semana (I)


Sin spoilers | Telita con 'Rectify', la primera serie original del canal de televisión estadounidense Sundance Channel y de los productores de 'Breaking Bad'. Su protagonista es Daniel (interpretado por el guapo de Aden Young), quien tras casi veinte años en el corredor de la muerte por el  supuesto asesinato de su novia, es liberado y se ve en la tesitura de hacer frente a un nuevo mundo, a una nueva familia y en especial a un pasado latente y muy presente. La escena elegida pertenece al primer episodio y es una de las tantas que combina a la perfección una canción (en este caso Flume de Bon Iver) silencios, breves líneas de diálogo y un paisaje y fotografía deliciosos. Ésta es una de sus muchas virtudes. 

viernes, 7 de junio de 2013

'Hung', mujeres al borde de un ataque de nervios

Tanya (Jane Adams) y Lenore (Rebecca Creskoff) en 'A Dick and a Dream or Fight the Honey' (S01e10)
Sin spoilers | Hannah Horvath ('Girls') y Amy Jellicoe ('Enlightened') podrían ser perfectamente definidas como las anti-heroínas (y reinas) de las dramedias de la HBO. Son un desastre, han fracasado en sus vidas tanto en la faceta personal como profesional y aún así aspiran a llegar a lo más alto; ya sea escribiendo un libro y siendo la voz de una generación o metiendo a los empresarios corruptos en la cárcel. Entre sus metas está encontrar obviamente al amor de su vida... o reencontrarse con él. Y por supuesto son divinas de la muerte, que nadie lo dude. Pero había vida antes de ellas, ¡existía 'Hung'! Mismo formato (dramedia de 25-30 minutos), mismos arquetipos de personajes (fracasados) y mismos conflictos (crisis generacional). Y lo más fascinante de todo, ¡existía Tanya Skagle! Un curioso y divertido cruce entre Hannah y Amy. Sin embargo HBO la canceló en 2011 tras tres temporadas, he ahí su mayor escollo, lo cual afortunadamente no imposibilita disfrutar con ella. De nuevo nos topamos con un final-no-final tan propio de las cadenas de cable estadounidenses pero como siempre; lo que importa es el viaje. Y éste es muy divertido, muy sexual y muy surrealista.

'Hung' narra a lo largo de 30 episodios las vivencias y desavenencias de una amistad un tanto inusual; la de Ray Drecker y Tanya Skagle, proxeneta y prostituto. Dos polos opuestos que por circunstancias de la vida acaban juntos y revueltos a nivel sexual, sentimental y financiero. Existe un tercer polo en el negocio: la pelirroja Lenore. Su inesperada sinergia tendrá efectos en todos aquellos de su alrededor, principalmente la familia de Ray; su ex-mujer Jessica y sus dos hijos adolescentes gemelos. 'Hung' es la historia de gente corriente que a sus 40 años se da cuenta de lo perdida que realmente está. Los personajes adolescentes, a pesar de tener poco metraje y poco margen de evolución, materializan también la búsqueda de identidad, el camino hacia la madurez y la confrontación con la familia y la sociedad. Pero ellos tan sólo sirven de vez en cuando para el desarrollo de los personajes adultos. Voy más allá y excluyo a su protagonista y sus hijos; 'Hung' es la historia de mujeres como Tanya, Jessica, Lenore y las clientes de Ray (a cada cual más excéntrica). Ellas son las que capitanean el drama, la comedia y el romance y sirven como vehículo para abordar temas como la insatisfacción carnal, la infidelidad en el matrimonio, la muerte del cónyuge, las fantasías sexuales, los complejos físicos e incluso la transexualidad. Mujeres al borde de un ataque de nervios que poco a poco pasan a ser féminas de armas tomar.

Vivan los "Motherfucker!" de Tanya. Y viva el pene de Ray.

sábado, 1 de junio de 2013

La serie de mi vida

El día que deje de recomendar fervientemente 'A dos metros bajo tierra', será por dos posibles motivos: o he acabado en el sótano de la casa funeraria Fisher & Sons con David dándome el coñazo con sus dilemas homosexuales o he descubierto una mejor serie. I-m-p-o-s-i-b-l-e. Lo de palmarla es verídico, el resto de hechos no. La masterpiece de Allan Ball y HBO me demostró hace dos veranos que un producto audiovisual no sólo podía entretenerme sino también retorcer. Y de qué manera, señores. La primera temporada de 'Friday Night Lights' y momentos puntuales de 'Mad Men' y 'Fringe' fueron un goloso camino previo; 'Homeland' llegaría más tarde. Pero ninguna de las citadas gana en la batalla de las comparaciones a las vivencias de los Fisher, reyes del humor más negro y churruscado que pueda existir. Por motivos (re)creativos y personales.

5 temporadas y 63 episodios de 'A dos metros bajo tierra' narran el día a día de una aparente tradicional familia de California a principios del siglo XXI. Já, ¿tradicional? Más bien diría yo... disparatada, perdida y dramáticamente realista. Como la serie en sí; un constante cruce de caminos en el que sus personajes anhelan reencontrarse así mismos, un festín de idas de olla, sexo a mansalva, reflexiones vitales y una extensa y lograda radiografía de las relaciones humanas desde su nacimiento hasta su muerte. 

Ligeros spoilers | Os hago una presentación breve pero no justa de la familia Fisher, propietaria de  la funeraria más televisiva. La matriarca: Ruth, cree que su marido la observa desde ultratumba a quién le ha estado poniendo los cuernos con un peluquero los últimos años. Los hijos: Nate se tira a mujeres desconocidas en aeropuertos, David es un homosexual reprimido con un mazizorro-poli-negro como novio y Claire conduce un coche fúnebre verde para ir al instituto, fuma marihuana y roba manos de cadáveres para meterlas en taquillas de chicos malos. ¿Y Brenda Chenowith? Ah, sorpresa. Todos ellos tienen un genio de mil demonios, se gritan entre ellos, obedecen a regañadientes, tienen secretos inconfesables, mienten descaradamente, ocultan/fingen sus sentimientos, poseen rencor, cometen error tras error... pero al final del día forman una familia y comparten mesa y cena. Lloran. Ríen. Son tan frágiles como nosotros mismos. "We are so fucking lost" dice un personaje en los últimos minutos del 5x09.

Vedla. Comprobaréis lo gratificante que será encontrar a alguien que también ame esta serie. Es por eso que 'A dos metros bajo tierra' fue, es y será la serie de mi vida. Un auténtico torrente de sangre a la cabeza. Y al corazón. Carne de visionado durante las largas madrugadas de verano. In the middle of the summer, I'm not sleeping...

El último pedazo de pastel

Fotograma de 'Amelie' (Jean-Pierre Jeunet, 2001)
Cinéfilos españoles sacan adelante proyectos e iniciativas con el objetivo de subsanar la malherida cultura cinematográfica 

“El cine no es un trozo de vida, sino un pedazo de pastel” dijo Alfred Hitchcock. Quién le diría al célebre director de cine británico que la llegada de tiempos modernos supondría la exhausta y tediosa supervivencia de aquel pedazo de pastel tras la paulatina desaparición del resto de porciones. Los hornos han dejado de funcionar o ya no calientan de la misma manera que en el pasado. El consumidor ha abandonado la voracidad y la gula debido a su empacho y las ha sustituido por comida rápida. Los bolsillos casi vacíos impiden la compra de ingredientes de calidad o en última estancia el goce de éstos ya elaborados. En definitiva, la industria del cine y la cultura cinematográficas de España llevan años e incluso décadas sumergidas en una grave situación económica, creativa y existencial. 

Pero ¿quiénes y por qué han devorado dicho pastel? La sangría y escamoteo del consumo cultural y de la asistencia a las salas de cine, el desplome definitivo de la industria del DVD (ya ni mencionemos el Blue-Ray), el vertiginoso crecimiento de la piratería y la progresiva deserción de los directivos de las cadenas de televisión de su compromiso con el séptimo arte son algunos de los responsables de tal situación. Hubo un tiempo en el que las programaciones de televisión cumplían una gran labor cinematográfica; eran auténticas filmotecas y emitían todo tipo de ciclos de cine. Había salas de cine cada doscientos metros sin embargo la vida de las películas se ha reducido debido a las formas de distribución masiva al permanecer muchas de ellas en cartelera dos o tres semanas y al consumo individual y diferenciado.  Quizás el árido panorama presente se deba a la “mentalidad popular influenciada por el ‘sólo voy a ver lo que yo conozco’ ”, según Joaquín Aguirre Romero, profesor titular del Departamento Periodismo III de la facultad de Ciencias de la Información (CCINF) de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Ildefonso Soriano, profesor de derecho constitucional de la CCINF, en cambio tiene una perspectiva más esperanzadora ya que “la gente que le gusta el cine, va al cine”. Sin embargo es partidario de que los precios de películas en grandes almacenes sean más asequibles  ya que “de ese modo se evitaría comprar una película a 3€ en las mantas de los negros” y pone en duda el destino del dinero recaudado: “los precios son altísimos cuando sus autores quizás se lleven 1€ de 20, ¿el resto de dinero dónde se pierde?”. Para Juan Carlos Tous, director general de Filmin (plataforma que ofrece películas independientes en streaming y de forma legal), el cine de España está muy desprotegido ya que la piratería produce riqueza a algunos parásitos a los cuales no les preocupa la industria cinematográfica, yendo los ingresos a unos pocos bolsillos en vez de revertir en los productores para que estos sigan haciendo cine y creando valor. 

“Hoy se atiende más al uso que a la tenencia”  (Juan Carlos Tous)

Para más inri, estos últimos meses se ha presenciado el cierre de múltiples salas de cine, productoras y distribuidoras, siendo el más sonado el de Alta Films S.A, en funcionamiento desde 1986 y cuyo propietario es Enrique González Camacho, actual presidente de la Academia de Cine. Uno de sus últimos éxitos fue la distribución de ‘The Artist’, película ganadora de los Oscars 2012. “Habrá películas que no llegarán a España, el tiempo de permanencia en salas se acortará y las producciones americanas canibalizarán la taquilla” señala Juan Carlos Tous como consecuencias directas de lo ocurrido. Precisamente es Filmin una de las alternativas más innovadoras a la tradicional sala de cine. En 2007, y ante el reto que representaban las nuevas formas de distribución en el mercado musical el quipo de la plataforma creyó que en un futuro próximo Internet también sería la forma de distribución para cine. Los títulos ofrecidos son resultado de acuerdos con la casi totalidad de distribuidoras nacionales pero no con las majors.

Sin embargo aún existen resquicios de esperanza y buena voluntad; personas en la sombra que dedican esfuerzo, ganas y horas de su día a día al reflote de la cultura y la industria a través de diversas iniciativas. Una de ellas es el ya citado Joaquín Aguirre quien hace aproximadamente tres años, durante el curso 2010-2011, tomó la decisión junto a otro compañero de crear un espacio para  “reactivar el cine y conocer películas que la gente no puede encontrarse en los medios y comentarlas”, explica él mismo.  En un primer momento intentaron poner en marcha la Videoteca de la CCINF que únicamente funcionaba como centro de almacenamiento sin embargo por cuestiones administrativas se vieron obligados a aparcar aquella idea y finalmente crearon Cine Forum en la misma facultad. “Empezó siendo dos sesiones semanales el primer año, ya el segundo se redujo a una” declara Aguirre, quien una vez a la semana sale corriendo de clase a las 14.30 para proyectar una película a las 15.00; “yo lo organizo, yo lo financio”. Le da igual el tiempo que le quite; “cuantas más horas, mejor”.  A pesar del escaso público y el desfavorable horario, le resulta gratificante incluso la asistencia de una sola persona además de que el Cine Forum sirva para que vayan antiguos alumnos, charle con ellos y tomen un café aunque tan sólo sea media hora. Si existiera la figura del cinéfilo comprometido con la causa, este hombre sería su ejemplo; va al cine de su pueblo (Tres Cantos) todas las semanas para que no cierre sin importarle las películas, lo que a veces supone un sacrificio “porque son un coñazo”.

“La esencia del Cine Forum es el debate” (Joaquín Aguirre)

Otro ejemplo sería el de Ildefonso Soriano quien desde hace 5 ó 6 años organiza preestrenos de largometrajes en la CCINF y cuya actividad se ha visto acelerada con una mayor presencia de títulos y especialmente de coloquios estos últimos cursos. La iniciativa corrió a cargo de José Emilio García Fernández, profesor de Comunicación Audiovisual, hace más de una década  para posteriormente Ildefonso recoger el testigo. El quid de la cuestión es cómo determinadas películas llegan a proyectarse de forma gratuita ante espectadores universitarios: básicamente por tener contactos (suelen ser antiguos alumnos) en distribuidoras y productoras. En otras ocasiones la vía comunicativa es inversa; son los propios responsables de la distribución y producción los que acuden a la universidad con el objetivo de generar el boca a boca. Se trata de un perfecto modelo de simbiosis. “No es fácil el proceso, son necesarios la buena voluntad y echarle tiempo. Yo no gano nada” confiesa Soriano. Uno de los mayores escollos que recuerda es el de la proyección de ‘Los amantes pasajeros’ el pasado mes de marzo puesto que su director Pedro Almodóvar se hizo de rogar en exceso hasta aceptar la invitación al posterior coloquio; “escribí incluso una carta a Almodóvar firmada por la decana” se congratula él mismo.

Una iniciativa más son las emergentes asociaciones ciudadanas que se están haciendo con el control de algunos cines cerrados por Alta Films y otras empresas. Los escenarios de tal revolución a lo largo de este año han sido Mallorca, Zaragoza, Majadahonda (Madrid) y Sevilla. Pero la delantera también la han tomado las propias empresas. En el caso de Alta Films, los cines Renoir de Plaza España (Madrid) ofrecen desde el 1 de mayo hasta el 29 de agosto un ciclo con lo mejor de la cosecha cinematográfica del 2012-2013 al mejor precio: 4€. La tentación ya no vive arriba sino en el centro de la capital.

¿Hay realmente oportunidad, espacio y tiempo para el despertar del coma en el que la cultura y la industria cinematográfica están inducidas en España? Ya lo decía el maestro del suspense: “Para mí, el cine son cuatrocientas butacas que llenar”. Ojalá, Alfred, ojalá.

domingo, 26 de mayo de 2013

'Dans La Maison', el gato y el ratón

"El cine no es un arte que filma vida, el cine está entre el arte y la vida" - Jean-Luc Godard.
Sin spoilers | De francés a francés y tiro porque me toca. Hasta ayer no había visto ninguna obra de François Ozon pero 'Dans La Maison' ('En la casa') acechaba y la sombra cada vez era más larga. Ya no hay sombra, sino asombro por el último film del parisino Ozon. Que guión más lúcido. Que juego de luces y sombras más entretenido. Drama que emociona, comedia que provoca carcajadas. 105 minutos que ponen en bandeja al espectador un reto igual de estimulante que al que se enfrentan sus personajes: no traspasar la línea entre ficción y realidad. Existe otra linea que también se bordea continuamente: la del culebrón.  Sale Emmanuelle Seigner cuya belleza  y dulzura hipnóticas continúan intactas desde hace veinte años en 'Bitter Moon'. Al otro lado del ring femenino está la británica Kristin Scott Thomas, acaparadora de las escenas más hilarantes.

Regla nº1 para disfrutar de 'Dans La Maison': no leer su premisa. Huid de filmaffinity, IMDb, reseñas y demás. Básicamente porque durante sus primeros minutos parece el evoltorio de un drama social con la enseñanza francesa como telón de fondo. Una visión más de 'Entre Le Murs' (Laurent Cantet, 2008), una critica social más hacia el sistema educativo. En cierto modo lo es... pero entonces hace aparición Claude y revoluciona al personal a todos los niveles. Especialmente el erótico-sexual. Es un nuevo Sol entorno al cual comenzarán  a girar planetas acostumbrados a la oscuridad. Regla nº2: dejarse llevar. Caer en la tentación y saborearla.

'Dans La Maison' es arte y vida. Es el gato y el ratón. ¿Quién se come a quién? ¿La realidad a la ficción? ¿La fantasía a la crudeza? ¿El culebrón al drama? ¿El individuo solitario a la impermeable familia? ¿O viceversa?

domingo, 19 de mayo de 2013

El reencuentro de dos almas gemelas



Spoilers de la segunda temporada de 'The Big C' | Me salto por ahora un análisis extenso de los pros y contras de la segunda temporada de 'The Big C' pero ¡que mal le sentó el invierno y la renovación! Ya de por sí no me entusiasmó el cierre de la primera temporada con Cathy decidida a combatir el cáncer. No más "bitch brave" por mucho que Andrea le regale a la protagonista una camiseta con esa frase puesta en ella. No más carpe diem. No más Sean vagabueando y soltando discursos anticapitalistas y ecológicos a diestro y siniestro por culpa del embarazo de Rebecca, personaje que pasó de ser secundario y estimulante a regular y pelmazo. No más Marlene (viva). Paso de verter mierda sobre lo poco que han aprovechado a Andrea para así darle una tediosa trama amorosa. Pero no todo es malo  ya que la evolución de Paul y Adam ha sido muy satisfactoria a lo largo de los doce episodios (hasta tras la cancelación del viaje de Italia) y la introducción de Lee fue un sorpresón. Y un placer para los ojos ver a Hugh Dancy marcando tabletita y yendo a bares gays a ligar con osos... La amistad entre Cathy y Lee es uno de los mejores aciertos de la serie desde su inicio y otorga memorables diálogos y escenas tanto en la faceta cómica como dramática. Os dejo con una muy meditativa conversación entre ambos.
Lee: ¿Qué haces?
Cathy: Intentando coger mi maldita botella. ¡Puta máquina!
Lee: ¿Siento un poco de ira reprimida?
Cathy: Estoy teniendo un mal día.
Lee: Eso parece.
Cathy: Mi seguro me está jodiendo y no me dejará empezar el tratamiento hasta mañana y me pone de los nervios.
Lee: Es sólo un día.
Cathy: Ya sé que es sólo un día. ¿Pero qué pasa si hoy es el día que decanta la balanza? Yo quería que hoy fuese un día perfecto. Estaba tan feliz cuando me desperté pero ahora... ¿Por qué nada va como debería ir?
Lee: Sí que ha ido. Simplemente no ha ido por donde tú querías que fuese. Puede que seas una valiente zorra pero no puedes controlar el universo. Eres el agua, no la roca.
Cathy: ¿Qué eres? ¿Un puñetero budista? 

miércoles, 15 de mayo de 2013

'Rubicon', lenta pero fructífera partida de ajedrez

Jessica Collins, James Badge Dale y Arliss Howard (de izq. a dcha.) en una escena del piloto






Sin spoilers | Presentemos dignamente a 'Rubicon'. Sus trece (y únicos) episodios siguen la "no-vida" de Will Travers, quien por una serie de sucesos (crucigramas, tréboles, supersticiones, un accidente ferroviario...) que atentan un tanto a la paranoia, comienza el rastro de una posible conspiración. A gran escala por supuesto. Todo ello le absorbe de su reducida vida personal y le entrega por completo a su trabajo puesto que él, precisamente, se dedica a ello: a buscar patrones, predecir los pasos de los actores sociales internacionales y observar el mundo desde las oficinas de un Think Tank de Nueva York, todo un submundo de personajes que oscilan entre el gris más oscuro y el negro, entre el mayor sopor o el gratificante estupor.

Los dos primeros minutos que dan pistoletazo de salida al piloto de 'Rubicon' son intriga pura y dura. Y algo muy retorcido. El espectador es testigo de cómo una bonita estampa familiar rápidamente se transforma en tragedia. La banda sonora ya la anticipa; el resto de escenas previas a la intro la confirman. El trébol de cuatro hojas hace aparición y junto al revólver no tardan en marcar el destino de todos y cada uno de los personajes que nosotros aún no conocemos. Ellos tampoco son conscientes de las consecuencias de un mero trébol de cuatro hojas; en 'Rubicon' la planta representa la antítesis de su tradición y la tónica general de la serie: ni rastro (aparente) de esperanza, fe, amor o suerte. Tan sólo el amor de vez en cuando aflora en la superficie pero muy tímidamente. El trébol es la muerte anticipada.

Ya tenemos misterio. Tan sólo nos faltan el héroe atormentado con pintas de guarrete-pero-sin-pintas-de-guarrete (?), la colección de posibles amantes del héroe,  los malos malísimos, los buenos que parecen malos, los malos que parecen buenos, subtramas aparentemente sin rumbo fijo que llaman al clamor, al aburrimiento y a la paja, el café y los donuts a primera hora de la mañana, la mala leche, el humor ácido, la paranoia, la conspiración, los ecos de los atentados del 11-S y los cliffhangers, ¡que los hay! ¿Ya os habéis perdido? Pues no os queda nada; exactamente 12 episodios.

¡Dentro intro! Disfrutad de los detalles, la lentitud (virtud y defecto de la serie), la poderosísima banda sonora, la ausencia de clichés en la construcción de algunos personajes (el oro se lo lleva Kale Ingram), la ambigüedad e incluso la placentera desconfianza hacia algunos de ellos, la convergencia de tramas paralelas y una recta final (a partir del ecuador de la temporada más o menos) de aúpa. La paciencia tiene recompensa y hay giros de guión que le dejan el culo roto al espectador. Eso sí, no hay final-final. Y jode.

Un último apunte. El motivo por el que estoy volviendo a ver la serie es una asignatura de mi carrera: Ciencia política y relaciones internacionales. Con un poquito de conocimiento a cerca de los Think Tank y la geopolítica mundial, 'Rubicon' escala en interés y en entendimiento. No es una serie de excelente pero sí de notable. ¿Carne de maratón? Quizás. ¿Carne de revisionado? Completamente.

domingo, 12 de mayo de 2013

Un torrente de luz

"I dont want to be a loser" | "No quiero ser una perdedora" - Olive
(Sin spoilers) Me confieso: No me gusta 'Little Miss Sunshine' (Jonathan Dayton y Valerie Faris, 2006) tanto como yo quisiera. Me parece una buena película con escenas que fácilmente te arrancan una carcajada o te sumergen en un ligero enmudecimiento pero de ahí a ser la película indie por excelencia hay mucho trecho. Ahí está '500 días juntos' peleando en mi ranking personal por la primera posición con 'Beginners', 'Weekend' 'Antes del amanecer'.

Reconozco sentir cierta predilección por las "Road Movie" ('Thelma & Lousie', 'Entre copas' ejem...) pero en ésta, muy a mi pesar, el viaje se me hace pesado y caluroso a pesar de la refrescante banda sonora; 'The Winner Is' es una absoluta delicia y acompaña a las mejores escenas del largometraje para hasta esta pieza peca de repetitiva (lo mismo le ocurre a 'Beginners'). Desde mi total desconocimiento, el guión de Michael Arndt parece un posible indicio del germen de la posterior revolución de la "familia desestructurada" en el cine y en las series de televisión. Lo que mola vende es ver cómo cada miembro es más raro y peculiar. En este caso la que parte el bacalao es Olive, la benjamina (y el corazón) de la familia; por ella se hace cualquier sacrificio. Sus mayores pasiones son los concursos de belleza y su abuelo. Odia las peleas.

El resto de la familia la componen su madre Sheryl, la más normalita de la tropa; su padre Richard, el típico perdedor que va de ganador por la vida; su hermano Dwayne, fan número uno de Nietzshe, hater las 24 horas del día y mudo por decisión propia; su tío Frank, el hermano depresivo de Sheryl y su abuelo Edwin, padre de Richard y amante de las mujeres, la cocaína y la pornografía. Y más excentricidades que me reservo para la sorpresa de aquellos que aún no hayan visto la película, sin embargo todas ellas quedan a un lado cuando es hora de envolver y ponerle un lazo al mensaje: La familia une.

¿Y la razón del viaje? Olive es invitada a participar en un concurso de belleza en California.

Ideas varias (con spoilers, lo siento)

"Losers are people who are so afraid of not winning, they don't even try." - "Los perdedores son esas personas que tienen tanto miedo de ganar que ni siquiera lo intentan." dice el abuelo. Yo tampoco quiero ser un perdedor.

Toni Collete (Sheryl) es una de mis actrices favoritas.

Me sorprende el poco (pero comprensible) gancho dramático de la muerte de Edwin. No hay llantos excesivos.

El jueves volví a ver 'Little Miss Sunshine' al lado de la persona que más odio en estos momentos. El colmo es que encima tenga mi DVD de 'Beginners'. Siempre igual.

"Life is one fucking beauty contest after another. School, then college, then work... Fuck that. [...] You do what you love, and fuck the rest." Qué razón tiene Dwayne al decir que la vida es un puto concurso de belleza, uno tras otro. Estoy harto de la superficialidad. Te lo digo a ti.

A mi también me encanta comer chocolate y no me privo.

El amor es una mierda. El sarcasmo y fingir ser normal también.