Empecé este blog con 16 años y otro nombre (Dime que series ves y te diré cómo eres). En un principio solo hubo cabida para las series de televisión, pero más tarde amplié el contenido a todo aquello con un mínimo de ficción, incluso la propia vida. Decía Susan Sontag en Contra la interpretación que «en las buenas películas existe siempre una espontaneidad que nos libera por entero de la ansiedad por interpretar». Pero Carrie Bradshaw también decía en la excelente Sexo en Nueva York: «No pude evitar preguntarme».

domingo, 26 de enero de 2014

La escena de la semana (XIII)

 
Aunque la encontré en la sección de comedia, 'Les petits mouchoirs' (Guillaume Canet, 2010) -'Pequeñas mentiras sin importancia' en español- es un dramón como la copa de un pino. Menuda tragedia francesa griega. A pesar de contener píldoras de humor que alivian la intensidad de la narración, subyace siempre de ésta una sensación continua de pesadumbre. El film es un vistazo de dos horas a las vidas de un grupo de amigos -ya entrados en la treintena- durante sus vacaciones. ¿Retrato generacional? ¿Reflexión sobre las relaciones humanas? ¿Panfleto moralista y aleccionador? Canet mezcla un baturrillo de secretos y mentiras cuya resolución llega más o menos a buen puerto. ¿Es un acierto o un fallo el que casi todos sus personajes encaren los conflictos esquivándolos? Son cobardes y en éso la realidad es aplastante. La película se merece un notable alto pero le sobran los últimos diez minutos de metraje; too much, baby! La banda sonora es una delicia; Maxim Nucci se luce cantando 'Talk to me' y protagoniza una de las escenas más emotivas. Sorpresa la mía, además, escuchar 'Crucify Your Mind' de Sixto Rodríguez en los títulos de créditos.  Ambas canciones resumen a la perfección los dilemas personales expuestos: chapeau!
 
"Seems like the sun is shining on everyone but me"

domingo, 19 de enero de 2014

C'est la vie (d'Adèle)

No me gustó 'La vida de Adèle' (Abdellatif Kechiche, 2013), lo que me cabreó notablemente. Ir a contracorriente a veces es placentero pero hay ocasiones en las que uno tan sólo quiere sumarse a la unanimidad y disfrutar de películas alzadas a la gloria por la masa cinéfila. Confieso ser un mal cinéfilo; no suelo tolerar las películas excesivamente largas por lo que fue un tanto incómodo estar sentado tres horas en la butaca del cine.

Mi conciencia: -¡Sabías a lo que ibas!
Yo: -Pues sí.

De ésto hace ya dos meses. Los culpables de este post son el tiempo y la memoria, artífices de permutados pensamientos y sensaciones. Lamentablemente 'La vida de Adèle' pertenece a esa categoría de películas que ganan con el tiempo. Afortunadamente pertenece también a otra categoría: al cine que cala hondo. Que penetra. Que convierte tres horas de ficción en minutos diarios de realidad. No hay día que no recuerde alguna escena o diálogo de ella. ¿Cómo olvidar el momento en el que Adèle se cruza en la calle con "la chica del pelo azul"? ¿O cuando se conocen en el bar y descubre que su nombre es Emma? ¿O su primer paseo desde el instituto de Adéle ante la mirada atónita de sus compañeros? ¿O su primer beso con los rayos de sol atravesando sus labios?

'La vida de Adèle' se merece un reconocimiento por contener tanta realidad. Por no ajustarse al manido planteamiento-nudo-desenlance. Por tomarse tiempo en las elipsis. Por retratar el amor adulto de una nueva generación. Por construir un punto de vista propio sobre la homosexualidad y el adulterio sin recurrir a clichés ni convencionalismos. Por su espléndida fotografía. Por crear dos mundos, dos realidades, dos maneras de ver la vida y vivir, dos personajes femeninos de carne y hueso. Por hacernos creer que lo heterogéneo es homogéneo. Por llevar a cabo una sincera y austera anatomía de una relación sentimental. Estoy seguro de que volveré a verla en algún momento de mi vida.
"Siento que estoy fingiendo en todo, soy yo a la que le falta algo"

domingo, 12 de enero de 2014

La escena de la semana (XII)

 
Una de mis películas favoritas es 'Beginners' (Mike Mills, 2011) por lo que llevaba cierto tiempo detrás de la ópera prima de su director: 'Thumbsucker' (id, 2005). Allá por noviembre del pasado año la encontré baratísima en una tienda de segunda mano en Madrid pero no fue hasta el 22 de diciembre cuando decidí verla. Se nota quién está detrás del proyecto puesto que la película rezuma creatividad (*) a raudales. Tan sólo hace falta echarle un ojo a los pósters promocionales. Los títulos de crédito -sonando 'Scream & Shout' de The Polyphonic Spree- son ya una declaración de intenciones.  Es cierto que la perfección que Mills alcanza en su segunda obra no está presente en la primera pero contiene elementos identificativos de su potencial. Percibí una mejor escritura de los personajes (**) y los diálogos que de la trama en sí; el despertar oscuro adolescente (**) muta hacia algo mucho más light con el paso de los minutos y los conflictos encuentran resoluciones un tanto fáciles. Funciona mejor el drama que la comedia. Dan ganas de achuchar a Tilda Swinton, eso sí. Lo de Keanu Reeves es un WTF.

(*) La página web de Mike Mills no tiene desperdicio.
(**) Con mayor atino en los adultos que en los adolescentes.
(***)El trastorno por déficit de atención con hiperactividad en adolescentes es algo que se podría haber explorado de manera más profunda así como su tratamiento médico.

jueves, 2 de enero de 2014

La escena de la semana (XI)

Que mejor manera de empezar el 2014 que viendo uno de los mejores largometrajes del 2013. Ni su padre, ni su tío; fue Jonás Trueba quién se marcó un peazo película el pasado año. ¿Su nombre? 'Los Ilusos'. ¿Sobre qué trata? El cine dentro del cine: el deseo de hacerlo, lo que hacen algunos cineastas cuando no están detrás de las cámaras. La cotidianidad: conversaciones, paseos, borracheras, la soledad, el estar enamorado, tomar algo en un bar con un amigo, comprar un libro, ir a comer a un restaurante chino. ¿Acaso no os veis a vosotros mismos en este fragmento? Francesc Garrido brilla con luz propia durante la mitad del metraje para luego compartirlo con la omnipresente Aura Garrido cuya encanto se ve acentuado gracias al blanco y negro. Descubriréis uno de los besos más realistas y creíbles plasmados en pantalla.  Y qué decir de esa despedida entre dos amantes en la boca del metro de Antón Martín: la incertidumbre del reencuentro. Es otra mirada a la juventud y al amor, otro retrato generacional. La antagonista perfecta de 'Stockholm' (Rodrigo Sorogoyen', 2013) al poner también la lupa en un tema controvertido: el suicidio.
"El cine es como la vida, una mezcla de cosas tristes y alegres"

martes, 26 de noviembre de 2013

Miénteme y dime que me quieres

'Stockholm' es un doloroso y fiel retrato de una generación desesperada por encontrar el amor en cada bar, en cada esquina de su ciudad, en cada fiesta, en cada cara y cuerpo bonitos; preocupada más por el instante que por el futuro sin pensar en las consecuencias de sus actos, cuya mayor atracción es una noche efímera en la que juegan un papel esencial el alcohol y las falsas apariencias para obtener un bien tan preciado como denostado: el sexo. Pero la noche y el estado de éxtasis no crean grandes romances sino fugaces momentos de pasión y frenesí entre dos cuerpos, dos mentes, dos pasados desconocidos. Ignorantes del porqué de esos ojos carentes de alegría, síntoma de querer ser querido y salvado por alguien. Sin embargo la mañana se encarga de reunir el pasado y el presente y es entonces cuando cada mente y cada cuerpo huyen a su lugar de procedencia con el resentimiento como acompañante en el camino de vuelta a casa. Aún así, junto al sabor del café amargo y la resaca, sobrevive un resquicio de ilusión; ¿conoceré al gran amor de mi vida el próximo fin de semana? Y así pasa media vida, media juventud. Ocultando nuestros demonios interiores durante la noche para darnos con ellos de bruces cada amanecer. Y de repente tomas consciencia de que nadie en el mundo logrará quererte con tus graves defectos.

Ved 'Stockholm' (Rodrigo Sorogoyen, 2013).

'Masters of Sex', el amor como afrodisíaco

Hace dos años dio la campanada con 'Homeland' y este 2013 ha sido 'Masters of Sex' la serie revelación de la cadena Showtime. Cabe decir que ambas eran sus grandes opuestas para la parrilla televisiva de otoño. Dos productos totalmente opuestos que comparten la filosofía de la cadena: provocar ampollas. O remover conciencias. Si la primera establecía una premisa que giraba en torno a la guerra del terror del siglo XXI, la segunda retrocede al XX para hablar de sexo. Pero que el espectador no establezca ideas preconcebidas antes de tiempo, esta nueva serie resulta tremendamente moderna a pesar de que la acción transcurra en la década de los cincuenta. Porque, queridos, en el sexo (y el amor) tampoco hemos avanzado tanto.

'Masters of Sex' muestra cómo el ginecólogo William Masters y su asistente Virginia Johnson llevaron adelante un minucioso estudio a cerca de la sexualidad humana. Ellos son los protagonistas de una historia que realmente ocurrió; el jin y el yang de una extraña relación entre dos atípicas personas de la época. Él se inclina, más bien, hacia el carácter, la ideología y la oscuridad del Don Draper de 'Mad Men' mientras que ella se asemeja al entusiasmo y el deseo de superación de nuestra querida Peggy Olson. Él es el espejo de una sociedad masculina, machista y retrógrada; el marido que tiene abandonada a su esposa en el hogar. Ella es el retrato de la liberación y de la evolución de la mujer; madre divorciada con dos hijos y una hipoteca que pagar que no rehúsa del sexo sin compromiso. Él quiere saber de sexo. Ella sabe de sexo. William cae mal al espectador, Virginia se lo gana en cuanto aparece en pantalla. Desde el inicio hay algo repulsivo pero a la vez cadencioso entre ellos: química, atracción sexual no resuelta un tanto macabra. Pero no sólo ellos brillan con luz propia sino también toda la gama de personajes secundarios que les rodean; igual o incluso más interesantes que ellos.

Lo mejor de 'Masters of Sex' es la radiografía que hace de la tan eterna dicotomía sexo-amor. También por su prominente cariz femenino al incidir en el comportamiento de la mujer de la época ante un tema tabú como el sexo y al dibujar con esmero y cariño a sus féminas. El deseo es el gran protagonista de la serie; todos sus personajes poseen grandes ambiciones ya sea en el aspecto laboral, personal o familiar. Pero 'Masters of Sex' escava mas allá que en lo meramente sexual y se atreve a tratar temas como la violencia, el aborto (involuntario), la prostitución y la homosexualidad. Quizás no sea un fiel retrato de la sociedad de los cincuenta y peque de mayor imprecisión que 'Mad Men' pero tiene corazón y sobre todo, entretiene.

Es la historia de un amor enfermizo o de un enfermo por amor.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Mentir serenamente

Eduard Fernández, Michelle Jenner, María Morales, Petra Martínez, Marta Larralde y Nathalie Poza protagonizan una de las películas que mejor sabor de boca me ha dejado últimamente: 'Todas las mujeres' (Mariano Barroso, 2013), estrenada el pasado 18 de octubre. Con un acertado envoltorio teatral y una duración de 90 minutos, este drama con tintes de comedia nos presenta la historia de Nacho, un hombre en su cuarentena que por un motivo debe hacer frente a diferentes mujeres (*). Algunas de su pasado y otras de su presente pero todas ellas significativas en algún momento de su vida y por alguna razón.  La película versa sobre (los límites de) la verdad y la mentira. El éxito y el fracaso en la vida. El amor y el sexo. El resentimiento y el perdón. En resumen, sobre la corrupción del ser humano tanto en lo material como en lo sentimental. Aunque tenga un inicio tibio poco a poco coge color y finaliza con el acto más jugoso y una conclusión más que correcta. Frente a un guión sólido (pero previsible) palidecen unos diálogos de los que poco se puede destacar excepto lo natural que resultan. Me recordó a 'In Treatment' en cierto modo. A pesar de sus defectos, 'Todas las mujeres' es una muy que recomendable película. 

(*) La película se divide en cinco actos, en cada cual hace aparición una de las mujeres.

¿Por qué estáis todas empeñadas en que diga la verdad? -Nacho

miércoles, 16 de octubre de 2013

Algo más que ciencia ficción

Sin spoilers | Se despidió sin hacer mucho ruido allá por 2009 con cuatro temporadas a sus espaldas pero con una gran polarización en torno a su final por parte de los fans más acérrimos. Señoras y señores, 'Battlestar Galactica'. La curiosidad y la polarización son factores a tener en cuenta pero uno de los géneros que más me atraen es la ciencia ficción así que, ¿por qué no comprobar por mí mismo hasta que punto puede llegar el fenómeno de división? Camino perverso el que me he atrevido a recorrer; el de la muy probable insatisfacción tras una alta premisa y un enorme enigma. High concept lo llaman y en este artículo de VayaTele lo explican de maravilla.  La mitología de la serie es extensa y un poco difusa por lo que prefiero ser breve y escueto a arrojar spoilers sin querer. Durante los primeros minutos de la miniserie de tres horas, la cual funciona como piloto, se nos cuenta lo siguiente:

"Los Cylons fueron creados por el hombre. Fueron creados para hacer la vida más fácil en las doce colonias. Y entonces llegó el día en el que los Cylons decidieron matar a sus creadores. Después de una larga y sangrienta lucha, se declaró un armisticio. Los Cylons se fueron hacia otro mundo a proclamarlo propio. Se construyó una estación espacial remota donde los Cylons y los humanos pudieran satisfacer y mantener relaciones diplomáticas. Cada año las Colonias envían un oficial. Los Cylons no envían a nadie. Nadie ha visto u oído de los Cylons en cuarenta años."

Atrae, ¿cierto? Pero he de hacer una advertencia: uno debe armarse de mucha paciencia si desea subir a bordo de la nave Galactica.  Hay episodios soporíferos y personajes tediosos. En reducido número, también hay que decirlo. Pero el tiempo y el avance de la trama apremian en numerosas ocasiones por lo que he aquí ocho razones para animaros a adentraros en el extenso mundo de las Doce Colonias.

1ª.- No es una space opera al uso. Contiene elementos propios del género por supuesto; la historia de la serie está ambientada en el espacio y protagonizada por un grupo de humanos cuya organización sigue una jerarquía militar y que viaja a otros planetas y a través de la galaxia y el Universo para explorarlos o solucionar los problemas que surjan allá por dónde van. Todo ello aderezado por el uso de una tecnología muy avanzada y la presencia de grandes batallas, malvados villanos e historias épicas de amor. Las aventuras vividas suelen tener un tono romántico y melodramático.

2ª.- ¿Te gustó 'Blade Runner' (Ridley Scott, 1982)? Si en la película es Deckard, el personaje interpretado por Harrison Ford, quien debe dar caza a los replicantes, en la serie son los tripulantes de la Battlestar los encargados de acabar con los Cylons. Ambas fuerzas enemigas tienen apariencia humana de ahí que uno de los grandes temas que se aborden a lo largo de las cuatro temporadas sea la (crisis de) identidad. Cualquier personaje puede ocultar su verdadera naturaleza por lo que la duda y la paranoia son también protagonistas. Si en la película es Deckard quien cae rendido ante los pies de la replicante Rachael, en 'Battlestar Galactica' son varios los personajes que se ven inmersos en relaciones amorosas e incluso triángulos amorosos  con sus enemigos. Culebrón de aúpa: ¿es posible que una maquina llegue a desarrollar sentimientos como el amor? Odio está claro que sí. La relación y el conflicto entre humanos y Cylons da lugar a un latente dilema moral, lo que propicia los momentos y escenas más intensos de la serie. Pero no sólo moral sino también religioso; los humanos son politeistas y creen en los Dioses de Kobol (*) mientras que  los androides creen en un solo dios. Todo ello deriva en un misticismo (**) del que muchos espectadores han mostrado su desconformidad.

(*) Se podría decir que es un copia y pega de la mitología griega, aspecto que personalmente me chifla.
(**) Unido a una gran presencia de los sueños y premoniciones, la serie se caracteriza por un rasgo onírico y fantástico del que se materializan tramas y personajes como la presidenta Laura Roslin o el doctor Gaius Baltar. Éste último genera tal controversia...

3ª.- La construcción de un mundo post-apocalíptico (***) regido por la guerra del terror y el caos en el que la tortura, el encarcelamiento y la restricción de libertades civiles son el pan de cada día y ponen en tela de juicio la idea de democracia. Dos palabras: Ley marcial.

(***) Por culpa del holocausto Cylon.

4ª.- Cada oveja con su pareja. La Battlestar parece el Arca de Noé y ésto da pie a grandes duplas como por ejemplo la de Lee Adama y Kara Thrace o Bill Adama y Laura Roslin cuyo máximo interés reside en su constante rifirrafe. En el caso de los primeros, la pasión y el impedimento son constatados desde el piloto mientras que el segundo ejemplo es un plato cocinado a fuego muy lento. Coincide además con que son mis personajes favoritos junto a Helo y Número Seis.

5ª.- Impecable aspecto técnico tanto en los efectos especiales como en la banda sonora.

6ª.- La política, unida en ocasiones a la religión, juega también un papel destacado en la serie. Los tejemanejes entre humanos para hacerse con el liderazgo -tanto en lo civil como en lo militar- deja patente además que el enemigo no sólo son los androides sino ellos mismos -incluso más mortíferos- y que este mundo post-apocalíptico es demasiado propenso al terrorismo. Los ecos del 11-S son inevitables. Dos palabras: Helena Cain, interpretada por la omnipresente Michelle Forbes.

7ª.- Misterios, giros de guión y cliffhangers. Los hay de todos los tipos pero no se puede negar el afán por sorprender al espectador. A veces se consigue y otras, no.

8ª.- Capítulos dobles en los que se echa toda la carne en el asador.

9ª.- La calidad actoral.

Visto hasta el S02E13 debo decir que la serie mantiene el tipo y de momento tanto el desarrollo de la trama horizontal como la evolución de muchos de sus personajes me han parecido de notable. To be continued...

sábado, 28 de septiembre de 2013

La escena de la semana (X)


Sin spoilers | Me encanta el blanco y el negro de 'Manhattan' (Woody Allen, 1979) y ahora también el de París y las praderas de 'Jules et Jim' (François Truffaut, 1961). Hasta la fecha de hoy nunca había visto alguna de las películas del cineasta francés pero, como siempre, la sombra de la cinefilia acecha y los clásicos son los clásicos; reconozco no sentir demasiada predilección por ellos pero a veces toca hacer de tripas corazón y concederles el baile de honor. En alguna que otra ocasión huyen antes de las doce pero en otras te proponen una fructífera noche. Vista en 2013 la película no es una revolución en cuanto a temática, un triángulo amoroso, pero se me antoja atractiva la filosofía de unos personajes que han atravesado la Gran Guerra y cuyos diálogos rebosan lecciones de vida. Van y vienen sentimental y físicamente. "Jugamos a la vida y perdimos" se resigna uno de ellos en determinado momento. A mi entender el panfleto del director es desmitificar la errónea concepción del amor en pareja. Es por ello que no considero la película como una gran historia de amor sino todo lo contrario. Pero hay diálogos que rezuman un romanticismo exacerbado como el del vídeo: guerra y amor. Por no hablar de Jules y su código moral, menudo santo y menudo romántico. Aún así puede que la película peque un poco de repetitiva y otorgue un final súbito. En resumen, 'Jules et Jim' es ácida y amarga pero por momentos tan dulce que empalaga. Como el amor, ¿no?

domingo, 22 de septiembre de 2013

La escena de la semana (IX)


Sin spoilers | Pero como me gusta Bibiana Fernández. Y como me gusta que se marque ese pedazo baile en 'Tacones Lejanos' (Pedro Almodóvar, 1991). Personaje secundario total pero cuando sale lo clava. La película en sí me dejó sensaciones un tanto tibias, va de más a menos. El confrontamiento madre-hija me puso un poco de los nervios. Eso sí, Victoria Abril sale guapa a rabiar. No soy un gran admirador del melodrama de Almodóvar, todo hay que decirlo. Por supuesto mi película favorita del cineasta manchego es 'Todo sobre mi madre' (id, 1999). Tremenda Cecilia Roth. 'Mujeres el borde de un ataque de nervios' (id, 1988) no me hizo reír tanto como yo esperaba, 'La mala educación' (id, 2004) me decepcionó al mutar tan drásticamente la idílica historia de reencuentro y amor en algo tan sórdido como un plan de venganza, dejé a medias 'Hable con ella' (id, 2002) y me reí a carcajadas con 'Los amantes pasajeros' (id, 2013)  cuyo reparto tan coral como desigual, sin embargo, se me atragantó por momentos.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Je t'aime

Sin spoilers | ¿Quién puñetas será ese tal Xavier Dolan? Todo el verano leyendo en twitter alabanzas hacia su figura desde el estreno de su último largometraje, 'Laurence Anyways' (id, 2013), mi curiosidad poco a poco fue in crescendo disimuladamente pero hace un par de semanas un amigo de cuyas recomendaciones siempre me fío me aconsejó fervientemente su filmografía. -Oh, pues le echaré un vistazo cuando vuelva a Madrid. Dicho y hecho. La curiosidad mató al gato.

La primera en caer fue 'Les Amours Imaginaires' (Los amores imaginarios, id, 2010). 

-¡Espera!
- ¿Qué?
- Aún no has contando quién es Xavier Dolan...
- ¡Ah! Es verdad... Pues es un actor, productor, director y guionista canadiense. El tío tiene tan sólo 24 años y ya tiene cuatro películas a sus espaldas. Tiene pintas de hipster y gafapastas y es gay. Muy gay. Sus películas también son muy gays. 
- Percibo cierto negatividad.
- Quizás. 
- Vaya... ¿Por qué?
- ¿Sabes lo que significa el palabro "postureo"? Pues él y su cine son eso de vez en cuando: puro postureo.

Continuemos; 'Les Amours Imaginaires' es la historia de dos amiguísimos -chico y chica- que se enamoran de un adonis moderno rubio y cómo intentan llevárselo a la cama. No es el típico triángulo amoroso. O sí. Ambas afirmaciones resultan certeras a la hora de describir una reimaginación de una trama tan gastada como efectiva. Lo que más atrae de la narrativa que despliega Dolan es la falta de información; el espectador, al igual que sus dos enamoradísimos protagonistas, desconocen las intenciones reales del tercero en discordia. En resumen, si le va la carne, el pescado o las dos cosas. Estéticamente la realidad es deformada hasta el punto de que varios pasajes de la película parezcan videoclips; algunos de ellos están ejecutados de forma tan brillante (*) que un servidor los considera su mejor baza. Pero también su talón de Aquiles. La búsqueda desesperada del amor es lo que hace imperfectos y humanos a sus personajes pero también irritables sin embargo Dolan escribe diálogos ingeniosos con una mala baba que provoca carcajadas y le da un final macabro y retorcido al conflicto (*) que en su conjunto, el largometraje se gana el notable.

(*) Para muestra un botón. Y otro.
(**)  Aviso, spoilers | Durante los últimos minutos la percepción hacia los personajes muta. En un principio la pérdida de la amistad de Nicolas coloca al espectador de parte de la dupla Francis-Mari; son ellos quienes lo han pasado mal. Después el reencuentro del triángulo tras un año coloca de nuevo al espectador de parte de ellos: que bien sienta su actitud vengativa. La tristeza se ha convertido en resentimiento y se les comprende pero entonces llega la escena final con Francis y Mari buscando un nuevo objetivo sexual entre la multitud bailando; Nicolas era la víctima después de todo.

La segunda en caer fue 'J'ai tué ma mére'(He matado a mi madre, id, 2009).  El título tan sólo es un aperitivo de lo que uno va a presenciar: la muerte metafórica de la relación materno-filial. Sin filtros, sin vergüenza a mostrar de más, con gritos, lloros y discusiones. No falta la presencia de la homosexualidad del protagonista como uno de los conflictos entre madre e hijo ni tampoco la de fragmentos con apariencia de videoclip (*).  Si 'Les Amours Imaginaires' me pareció un tanto artificial, ésta en cambio me pareció sincera y muy real al verme reflejado en muchas de las situaciones. Se ganó el excelente. Sus personajes son también irritables pero esta vez sí provocan comprensión. Su fragilidad es lo que impide rechazarlos porque nosotros somos exactamente iguales; reimos y al minuto lloramos. Queremos y al minuto odiamos. Viscerales como todo ser humano. Quizás una madre o un hijo sacan lo peor de nosotros: nuestros particulares doctor Jekyll y señor Hyde. El final es otro acierto más.

(*) Me quedo con la escena de sexo entre el protagonista y su novio. Cuanta rabia y pasión.

Aún tengo pendiente 'Laurence Anyways' y el principal motivo de ello es su excesiva duración. Sus dos películas previas no pasan más allá de la hora y media (*) sin embargo ésta dura nada más y nada menos que 168 minutos. A ver quién es el listo que me convence para verla.

(*) Siempre defiendo que 90 minutos es la perfecta duración en el cine, como máximo dos horas.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Despacio y con buena letra

Sin spoilers | Por fin llegué a LA escena, a ESA escena. Al tequila. Al ascensor. Al 2x23. 'The Good Wife' no es la mejor serie que he visto en mi vida. In my opinion no es la panacea que muchos seriéfilos encumbran hasta límites insospechados. Pero, eh, entiendo su obcecación y hasta la envidio. Ojalá disfrutase con todos y cada uno de los casos que se presentan cada temporada. Lo confieso: me costó muchísimo entrar en la dinámica de la serie durante su primer año (*) pero lo que más me fastidia del asunto es que el primer tramo de la segunda temporada se me haya hecho cuesta arriba hasta decir basta (**). La razón de ello puede ser lo irregular que a veces resulta la combinación entre el relato autoconclusivo y serializado. Pero después, ¡vaya episodios! La paciencia siempre tiene sus recompensas y en términos seriéfilos a veces supone un gran salto cualitativo. Menuda caída la del castillo de naipes que sus guionistas se dedican a construir. Tanto el bufete de abogados como la campaña política son escenarios idóneos para intrigas palaciegas; la conspiración, la traición y la ambición parecen estar al orden del día y sus personajes no paran de moverse de un lado a otro con tal de no verse fuera de tales confabulaciones y sobre todo de no perder trabajo. Poderoso caballero es don dinero. 

(*) El cariz autoconclusivo en un principio fue un handicap (y continúa siéndolo en menor medida) pero lo que me convenció fue el perfil de sus personajes y en especial la dinámica establecida entre ellos. 
(**) Los primeros nueve capítulos se me atragantaron con alguna excepción como por ejemplo el maravilloso 2x05, 'VIP Treatment'. No me inmutó el 2x09, 'Nine Hours', sobre la pena de muerte. Eso sí, me descojoné cuando Alicia se cae de la silla en el 2x08, 'On Tap'. 

Spoilers | Vayamos a la materia prima. Varias ideas:

Me frustra demasiado el tira y afloja de Alicia y Will. Entiendo la necesidad de los guionistas de mantener una tensión sexual no resuelta a largo plazo y sobre todo la de construir un relato apegado a la mayor coherencia posible teniendo en cuenta las personalidades de sus personajes y las circunstancias que les rodean. El primer obstáculo ya se presencia durante el 2x01; Eli Gold decide borrar el primer mensaje que Will le envía a Alicia declarándole su amor incondicional. Sin plan. A por el romance. Menudo "deux ex machina"  cae del cielo en forma de director de campaña política. ¡Maldito! El segundo obstáculo es Peter quién poco a poco muestra signos de redención y reclama una segunda oportunidad marital y paternal. El tercer obstáculo, aunque mínimo, es Tammy, el nuevo ligue de Will. Pero el mayor obstáculo de todos es la propia Alicia; los códigos por los que se rige. Sus padres se divorciaron cuando ella y su hermano Owen (***) eran pequeños por lo que no quiere repetir la misma jugada. Su prioridad son sus hijos. Pero de nuevo cae del cielo otro "deux ex machina", este vez en forma de rumor: Kalinda se acostó con su marido. 

(***) Cada una de sus apariciones se antoja necesaria. Como detonante de un problema de la campaña política de Peter con respecto a los derechos homosexuales, como la rebelde conciencia de Alicia o el contrapunto de Jackie. 

Aspectos de 'The Good Wife' que me provocan sentimientos encontrados.

Louis Canning, el personaje interpretado por Michael J. Fox. Que tirria le tengo. Ni un ápice de bondad, el tío es avaricioso y retorcido. Y punto.

El cómo se aborda un tema tan escabroso y delicado como la muerte. Lo de Jonas Stern fue un visto y no visto. La preocupación de Will de acabar muriendo en soledad no me convenció del todo.

Los hijos de Alicia y Peter. El coqueteo de Grace con la religión, aunque me parezca acertado y real, se me hace bola en la garganta. Los líos de faldas de Zach tienen un pase por su conexión con la campaña política de su padre aunque nunca me quede claro a qué juega el niño; ¿la rubia o la morena? La mano de Becca es peligrosa. Lo que está claro es que los personajes adolescentes son difíciles de dibujar y conectar con el espectador. La pelea de gallitos entre Zach y el hijo de Glenn Childs mejor no comentarla.

Lemon Bishop como villano. La resolución de su divorcio fue demasiado para el cuerpo. ¿Es que este señor tiene inmunidad en Chicago? Lockhart & Gardner no tiene escrúpulos, eso está demostrado.

El oscuro tira y afloja entre Blake y Kalinda. En un principio podría parecer atracción sexual no resuelta pero poco a poco se va convirtiendo en algo más mórbido que sensual. De ahí que la escena de ambos desnudándose no me excitara demasiado. Me gusta más la Kalinda rodeada de mujeres. Pero la verdad es que Blake ha sido un personaje clave para que cierta información del pasado de K sea revelada a la audiencia. Magistral la forma en que Kalinda se deshace de él acusándole de ser el amante y posible asesino de la mujer de Lemon Bishop. Magistral.

La excentricidad de la mayoría de las estrellas invitadas/personajes episódicos ya sean jueces, abogados, políticos, víctimas o verdugos. A David Lee se lo perdono porque es un cachondo y me gusta su rollo.

Aspectos de 'The Good Wife' que me maravillan:  muchos.

Todas las duplas posibles entre los protagonistas: Will, Diane, Alicia, Kalinda y Cary. Haced las cuentas.

El paso de Derrick Bond por Lockhart & Gardner, un huracán silencioso. 

El affaire de Diane con Kurt McVeigh, el especialista en balística. La confrontación ideológica se disfruta y es el mayor exponente de que los polos opuestos se atraen.

Las víctimas de la bisexualidad de Kalinda. Ay omá.

La hija de Eli Gold. ¡Es posible construir un personaje adolescente soportable! E inteligente.

Lily Rabe como periodista en el 2x19, 'Wrongful Termination'.

Los chupitos de tequila de Alicia.

Los partidos de baloncesto de Will. Sexy a más no poder Josh Charles.

¿Me gustará su tercera temporada? Ojalá. Prometo no maratonear.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Morir de tanto amor

Sin spoilers | Por fin he visto 'Lucía y el sexo' (Julio Medem, 2001) y las expectativas han jugado a mi favor. Su director ha vuelto a emocionarme. A enamorarme. A disgustarme. A hacerme fantasear. A irritarme. Si ya con 'Los amantes del círculo polar ártico'(*), la sensación tras verla fue un cúmulo de sentimientos encontrados, con ésta, mi percepción de su cine se ha radicalizado en cierto modo: las virtudes continúan siendo virtudes pero los defectos pesan más. Y aún así la recomiendo fervientemente por contener algunas escenas tan poderosas tanto a nivel emocional como visual que se quedan en las retinas del espectador tras varios días. Y no se van fácilmente.  Dos horas de largometraje en las que uno contempla como las vidas de sus altivos personajes se entrelazan de forma trágica y un tanto estrambótica sin ser ellos conscientes. De nuevo Medem hace uso de las casualidades pero esta vez añadiendo un poco de fábula y magia. Y por supuesto que defiendo el alto voltaje sexual del largometraje; es esencial para explicar todas y cada una de las motivaciones y reacciones de los personajes. Quizás yo también debería ir a Formentera. A descansar. A desnudar el ruido de mi mente y mi cabeza.


"Siempre me gustó la gente que cuenta la vida a su manera."

(*) Una de mis pelis favoritas de todos los tiempos.

sábado, 3 de agosto de 2013

La escena de la semana (VIII)


Sin spoilers | Innovadora, creativa, inspiradora, refrescante, diferente. Llegó y se fue sin hacer mucho ruido pero para un servidor 'Enlightened' es una serie de culto; quería revolucionar el panorama televisivo y en cierta manera lo hizo. Se atrevió a dibujar un personaje femenino irritable e incluso odioso y un ambiente deprimente en el que deambulaban personajes secundarios muy tristes a pesar de la apatía que ésto podía generar. Rompió con la malograda etiqueta de "dramedia de 30 minutos" impuesta por Showtime. Descompuso al ser humano y lo analizó de forma honesta y cruel; nos echó mierda a la cara, nos insultó, nos juzgó pero también nos ofreció esperanza y libertad . Contempló la vida.  Hizo todo ello y más con éxito. Y con mucho amor.  'Enlightened' es corta y bonita. Nunca una historia de redención me había emocionado tanto. La escena corresponde al cierre de su primer episodio al son de Human of The Year de Regina Spektor; que bien sienta escuchar las palabras de su protagonista tras ver los 18 episodios que componen la serie. Amy, te echo de menos pero prometo visitarte a Riverside como mínimo una vez al año.

lunes, 29 de julio de 2013

La viajera que detuvo su andar

Spoilers de 'Skins Pure' | Si Effie siempre fue la mitad sombría de 'Skins', Cassie representaba, en cierto modo, la otra cara de la moneda: la larga espera del resplandor a pesar de los bandazos de la vida (*). Tras huir a Nueva York después de que Chris muriera en sus brazos nunca más supimos de ella. As usual. Ni tampoco del posible reencuentro con un Sid en busca de su amada en la Gran Manzana. ¿Se resolvería el gran enigma? La ambigüedad con respecto al pasado de sus personajes asoma de nuevo en 'Pure' y sus guionistas tan sólo dejan un par de líneas de diálogo (**)  a merced del espectador para que él solito cavile, lo cual me parece acertado e incluso perfecto. Vuelve la solitaria y enigmática Cassie a Londres para empezar de nuevo la búsqueda de su hogar. Dos episodios que sirven para narrar cómo la protagonista sí ha logrado cambiar y continúa haciéndolo. ¿La razón exacta? No nos es proporcionada; quizás los años y las experiencias empiezan a pesar. Más madura, más comedida, más consciente que nunca de su belleza, menos solitaria y menos temeraria, finalmente encuentra su hogar: su hermano. Start Again de Gabrielle Aplin resume su esencia. Su historia.

(*) Ausencia y despreocupación de sus padres, trastorno alimenticio, problemas psicológicos, baja autoestima, ideas suicidas, adicción a las drogas, etc.
(**) -Estuve con un chico y viajamos un montón hasta que no pudimos ir más lejos. Entonces terminó así que yo volví a casa.
-¿Por qué?
-Porque si no terminaba, duraría para siempre.

domingo, 28 de julio de 2013

La escena de la semana (VII)


Sin spoilers | Hay que reivindicar el cine español. 'Seis puntos sobre Emma' (Roberto Pérez Toledo, 2011) no será un peliculón pero tiene corazón y deja huella. Es agria y dulce. Es un poquito cruel con sus personajes pero no despiadada. Es real. Es un canto a seguir adelante. Verónica Echegui lo clava en su papel y aunque lo más flojo de la narración es el triángulo amoroso a medio gas en el que se ve involucrada junto a Álex González y Fernando Tielve , las pequeñas historias de sus secundarios valen y el final es un grandísimo plus. La vi en un mal momento de mi vida y a pesar de ello me gustó; ese es su gran mérito. Que buen rollo transmite la canción de los créditos finales: Enérgica de Magnética. Y como me gusta la voz de David Matellán.

"Sé que puedo andar sobre el alambre que te hizo temblar y dudar."

domingo, 21 de julio de 2013

La verdad tiene muchas caras



Spoilers a mansalva | Y por fin terminé 'In Treatment' tras 106 episodios; su formato ha acabado siendo un arma de doble filo porque lo que en un principio me encandiló (puro diálogo) ha acabado por fatigarme un pelín. La pasión se ha ido apagando poco a poco. La serie desarrollada por Rodrigo García agota al espectador al exigir y/o exprimir una total atención a todas y cada una de las palabras que salen de la boca de sus protagonistas (*); un cóctel explosivo en el que abundan temas a cada cual más escabroso.

(*) Y si uno lo ve en versión original sin subtítulos ya ni os cuento.

En su tercera y corta temporada el apaciguado descenso a los infiernos de Paul Weston continúa siendo la columna vertebral de la serie; tras lo acontecido en las dos temporadas anteriores (**), éste debe hacer frente a una posible enfermedad heredada de su padre ya fallecido, a un creciente rencor hacia Gina, a la inesperada convivencia con su hijo Max y a una relación amorosa con una chica veinte años menor que él, Wendy, Todo ello acompañado por la soledad en la que está sumergido. La carita de Gabriel Byrne de perro degollado es constante. Al otro lado del ring se encuentran tres nuevos pacientes y una nueva psiquiatra; Sunil, Frances, Jesse y Adele. De nuevo la calidad interpretativa es de diez, siendo Debra Winger y Dane DeHaan los actores que más me han sorprendido al no haberles visto anteriormente en ninguna otra serie o película. Nuevas caras, nuevas circunstancias, nuevas relaciones psiquiatra-paciente pero en el fondo algunos de sus conflictos ya han sido abordados previamente pero ahora desde distintas perspectivas: la muerte, el cáncer, la nostalgia, la familia, la adolescencia, la orientación sexual, la promiscuidad, el egocentrismo e incluso el enamoramiento del paciente.  En su tercer año, los personajes de 'In Treatment' se vuelven más ambiguos, misteriosos, mentirosos e incluso violentos; se atreven a revelarse contra el propio Paul  y desvelan secretos o historias distorsionadas a cuenta gotas. He notado mayor reticencia al culebrón (***) y en especial un mayor espacio a sueños e interpretaciones -certeras y erróneas- de hechos acaecidos (****).  Su final es una paliza para casi todos sus personajes; la coherencia y derrotismo con los que se despide la serie deprime. Su primera temporada me dejó sin aliento y su segunda no me llegó tanto. "My door will always be open to you" le dice Adele a Paul en su última sesión. Me apuesto a que nunca volvió.

(**) Tortuoso affaire con Laura, muerte de Alex, separación de su mujer Kate y sus hijos, mudanza de Maryland a Brooklyn, denuncia por mala praxis, aparición de Mia y Tammy, muerte del padre del protagonista, coqueteo con la bebida...

(***) Aún así ha habido varios giros de guión sorprendentes como la aparición de los padres biológicos de Jesse, el embarazo de Adele o el maniqueo plan de Sunil para regresar a Calcuta.

(****) El episodio en el que Jesse cree que sus padres biológicos tan sólo han contactado con él para poder curar a otro hijo que está en silla de ruedas.

sábado, 20 de julio de 2013

La escena de la semana (VI)


Sin spoilers | Leía el otro día en El País sobre David Lynch y su curioso bar situado en París y me acordé de 'Terciopelo Azul' (id, 1986); de lo perturbadora que me resultó y lo mal que me cayó en su momento Laura Dern interpretando a la angelical Sandy (*). Muy mono Kyle MacLachlan, eso sí. No os mentiré, ni idolatro al cineasta (**) ni me pareció la película una obra maestra a pesar de que me encante el género de intriga y cine negro. La escena elegida corresponde a su opening en el que ya se atisba la tónica general del largometraje. Dos horas de misterio en el que sorprenden más la atmósfera y los personajes que el propio leitmotiv: la oreja.

(*) Ahora la idolatro por esa joya llamada 'Enlightened' creada junto a Mike White.
(**) Tan sólo he visto la ya mencionada 'Terciopelo Azul' y 'Carretera Perdida' que, por cierto, vaya telita...

sábado, 13 de julio de 2013

La escena de la semana (V)


Sin spoilers | Entrar en la dinámica de 'Mad Men' me fue difícil pero, aún sin saber muy bien por qué, a partir de la quinta temporada se convirtió en uno de mis grandes placeres seriéfilos; hasta entonces tan sólo la veía por su fama y reconocimiento e incluso estuve tentado de abandonarla en el ecuador de su tercera temporada pero no cayó esa breva y cuánto me alegro. Es por ello que tengo en mente volver a ver las primeras cuatro temporadas ya que estoy casi seguro de que disfrutaré el doble de la serie ahora que no quiero despedirme de ella el próximo año con su séptima y última temporada. Con el permiso de Peggy Olson, reina absoluta de la serie actualmente, Betty Draper fue el personaje que más me fascinó durante la primera tanda de episodios y para muestra un botón: la escena corresponde al 1x07 en el que la rubia se encuentra con su vecina divorciada y madre soltera en el supermercado. Lo más divertido del asunto es que dicha conversación resulta hasta graciosa habiendo visto hasta la sexta temporada, Ay, Glen, Glen...

jueves, 11 de julio de 2013

'Skins Fire', infinidad de interrogantes


"Money, show me" -Effy Stonem (Skins Fire - Parte I)

Spoilers a bocajarro | Deberíamos estar curados de espanto con 'Skins' y aún así seguimos cayendo como moscas. Los prólogos felices no es el rollo de sus creadores, Bryan Elsley y Jamie Brittain, sino más bien todo lo contrario. Pero... ¿no sabíamos ya ésto? Además, ¿qué tipo de cierre puede tener una serie de adolescentes? Admito que Effy nunca fue mi personaje favorito a lo largo de  cuatro temporadas y que sus últimos episodios resultaban tediosos al coquetear en exceso con la paranoia (*); no había hype, no había expectativas... volvía 'Skins' para despedirse. A su manera, como siempre lo ha hecho. ¿El resultado? Desde el punto de vista argumental, demoledor e impasible con sus personajes. ¿Han ido demasiado lejos los guionistas en su intento por dar la última pincelada a su obra? ¿Han apostado por la originalidad o se han dejado llevar por lo "fácil"(**)? Lo más correcto sería decir que han apostado por la cruda realidad llevada al extremo, por el sendero más oscuro posible. Como siempre.

(*) Me toca revisionar la serie completa.
(**) La tragedia pura y dura sin contemplaciones.

En los dos episodios especiales de 'Skins Fire' se nos permite echarle un pequeño vistazo a las vidas de Effy -la protagonista absoluta-, Naomi y Emily ya en su veintena. Y ya está, un pequeño y doloroso vistazo. Ni rastro de diálogos en los que al menos se citen a personajes o tramas pasadas que se quedaron sin resolver; tan sólo hay una escena en la que la pareja de lesbianas recuerda con sarcasmo a la antigua Effy enfrente de su jefe y amante Jake. ¿Un posible reencuentro entre la protagonista y sus ex-colegas? ¿Una posible llamada de teléfono entre ella y su hermano Tony? Ni rastro tampoco de su enfermedad mental. Supongo que estos interrogantes eran la vía fácil que la serie siempre ha intentado esquivar. Era el turno de mostrar los supuestos límites de la ambición laboral y las reacciones de personajes tan sumamente jóvenes ante un cáncer.

Vayamos al grano: ¿qué es ésto de que Effy acabe entre rejas y Naomi muera por culpa de un cáncer? ¿Hay cierta moraleja en todo ello? (***) No lo creo a tenor de la picarona y perturbadora sonrisa de la última escena. El desenlace de la primera no me molesta a pesar de lo tosco, brusco e incluso inverosímil que resulta, es más, se lo merece por haber pasado toda su adolescencia y juventud sin pensar en las consecuencias de sus acciones ni en los sentimientos de los demás; Effy se va a la cárcel por fraude con un primer desengaño amoroso (Jake), un juguete roto (Dom), una amiga muerta (Naomi) que le reprocha no haber hecho nada durante su enfermedad y con otra (Emily) que le echa en cara haberle robado un inmerecido tiempo con el amor de su vida. Toma mazazo; todo reproches y aún así no se me va de la cabeza esa sonrisa, ¿qué significa? ¿que ha aprendido o todo lo contrario? La gente no cambia, tan sólo se hace más vieja y Effy no se salva de la quema.

(***) ¿Es que todo en este vida tiene que tener una moraleja? ¡No! Pero es ficción.

Con respecto al breve arco argumental de Naomi, ¿qué sentido tiene? ¿dejar traumatizada de por vida a Emily? Tan sólo veo un aspecto positivo a todo ello y han sido las escenas en las que se muestra cómo un ser humano con tan pocos años vividos debe hacer frente a su prematura muerte; el enfado y la mala leche afloran. También el sarcasmo exacerbado (para muestra el monólogo con el que abre el segundo episodio). Pero, ¡eh!, "We're Naomi and Emily. It didn't matter because we love each other". Ante todo, el amor bolleril resiste... "You were my backbone when my body ached with weariness".

A pesar de todo, 'Skins Fire' me ha gustado (con referencia a 'American Psycho' y Patrick Bateman inclusive) A ver cómo se resuelven los otros dos especiales centrados en Cassie y Cook. Eso sí, desecho desde ya la idea de descubrir si Cassie y Sid se reencontraron en la gran manzana...