Empecé este blog con 16 años y otro nombre (Dime que series ves y te diré cómo eres). En un principio solo hubo cabida para las series de televisión, pero más tarde amplié el contenido a todo aquello con un mínimo de ficción, incluso la propia vida. Decía Susan Sontag en Contra la interpretación que «en las buenas películas existe siempre una espontaneidad que nos libera por entero de la ansiedad por interpretar». Pero Carrie Bradshaw también decía en la excelente Sexo en Nueva York: «No pude evitar preguntarme».
sábado, 29 de marzo de 2014
La escena de la semana (XX)
sábado, 22 de marzo de 2014
La escena de la semana (XIX)
domingo, 16 de marzo de 2014
La escena de la semana (XVIII)
Sin spoilers | Ya lo dice Samantha, la protagonista femenina de 'Her': «El pasado es tan sólo una historia que nos contamos a
nosotros mismos». Dicha idea es explorada por la actriz y directora Sarah
Polley en 'Stories We Tell' (id, 2012), una vuelta de
tuerca al género documental. Ya comenté en el texto sobre el último film de Spike Jonze, lo difícil que resulta etiquetar ciertas piezas
audiovisuales; este documental es el ejemplo más apropiado al no discernir su
identidad ficticia de su identidad verídica. La delgada línea entre ficción y
realidad se ve acompañada por una reflexión universal: la condición de ser
humano y el recuerdo. Quizás lo que menos importa es la búsqueda de un secreto
-a voces- familiar, sino el retrato de una mujer ya fallecida a partir de los
recuerdos de sus más allegados y el impacto que dicha revelación supone para
todos los miembros de la familia y por consiguiente, su interrelación. En otras
manos, la historia podría haber pecado de un acentuado carácter melodramático
pero se percibe un intento de neutralizar la odisea que atraviesa Sarah en la
búsqueda de la verdad. Recomiendo encarecidamente su visionado pues la
radiografía que se lleva a cabo de la memoria humana es digna de estudio. Plus: suenan Abraham Lass y Bon Iver.
jueves, 13 de marzo de 2014
'Looking', living la vida loca
Spoilers | Tras 7 semanas, 'Looking' se despidió el pasado domingo con la emisión de su octavo y último capítulo de la temporada. Renovada para una segunda temporada -se desconoce el número de episodios-, el retoño de Michael Lannan y Andrew Haigh ha conseguido hacerse un hueco entre la blogosfera a pesar del tibio inicio en crítica y audiencia. ¿Famoso backlash? No en mi caso. Si bien es cierto que la serie se decanta por un tono desinhibido y la des-dramatización en sus primeros pasos, es a partir del ecuador cuando los conflictos laborales y personales van cogiendo forma. Íntima, sexy, romántica, ácida... y predecible; es lo que conlleva apegarse a la realidad con tal proximidad. La sólida construcción de los personajes permite al espectador adelantarse a los hechos en muchas ocasiones. ¡Ojo!, la previsibilidad no es un rasgo que desmerecer. Es por ello que quizás el mejor adjetivo para definir 'Looking' es el de "real".
Pero no engañemos a nuestro yo más heterosexual, el factor gay es elemental en la serie pues variables como el continuo deseo sexual, la mayor libido y la promiscuidad cimientan la base de todas y cada una de las líneas narrativas. "Follando se conoce gente" podría encajar a la perfección como lema/marca; Patrick y Richie entablan algo más que amistad tras ligar en el metro y un coitus interruptus*, Dom acaba compartiendo cuchillo y tenedor con Lynn tras un primer encuentro en una sauna, hasta Agustín decide crear arte tras conocer al prostituto CJ en un bar(**). Quizás ninguno del trío protagonista se conozca así mismo -aunque ellos crean que sí- y es, a través de sus metas y propósitos, cuando logren hacerlo, ya sea saliendo de la veintena u entrando en la década de los cuarenta: la obsesión de Patrick por tener pareja, la faceta de artista de Agustín y la ambición de Dom de abrir su propio restaurante.
(*) Provocado por una cuestión de piel... o falta de ella.
(**) Éste es un ejemplo cogido con pinzas pues Agustín contempla a CJ como un mero objeto (¿objetivo?) sexual. Sin embargo, el provocar encuentros sexuales entre su novio Frank y CJ tiene consecuencias nefastas para la pareja.
El gran mérito de 'Looking' es crear un triángulo amoroso sin una arista preferible. Es más, dichas aristas -Kevin y Richie- muestran dos versiones de Patrick. Otro mérito es dar cabida a personajes secundarios roba-escenas. Desprenderos de tabúes innecesarios y echadle un vistazo; si no os gusta, al menos comprobaréis que los homosexuales también hacen el misionero.
Pero no engañemos a nuestro yo más heterosexual, el factor gay es elemental en la serie pues variables como el continuo deseo sexual, la mayor libido y la promiscuidad cimientan la base de todas y cada una de las líneas narrativas. "Follando se conoce gente" podría encajar a la perfección como lema/marca; Patrick y Richie entablan algo más que amistad tras ligar en el metro y un coitus interruptus*, Dom acaba compartiendo cuchillo y tenedor con Lynn tras un primer encuentro en una sauna, hasta Agustín decide crear arte tras conocer al prostituto CJ en un bar(**). Quizás ninguno del trío protagonista se conozca así mismo -aunque ellos crean que sí- y es, a través de sus metas y propósitos, cuando logren hacerlo, ya sea saliendo de la veintena u entrando en la década de los cuarenta: la obsesión de Patrick por tener pareja, la faceta de artista de Agustín y la ambición de Dom de abrir su propio restaurante.
(*) Provocado por una cuestión de piel... o falta de ella.
(**) Éste es un ejemplo cogido con pinzas pues Agustín contempla a CJ como un mero objeto (¿objetivo?) sexual. Sin embargo, el provocar encuentros sexuales entre su novio Frank y CJ tiene consecuencias nefastas para la pareja.
El gran mérito de 'Looking' es crear un triángulo amoroso sin una arista preferible. Es más, dichas aristas -Kevin y Richie- muestran dos versiones de Patrick. Otro mérito es dar cabida a personajes secundarios roba-escenas. Desprenderos de tabúes innecesarios y echadle un vistazo; si no os gusta, al menos comprobaréis que los homosexuales también hacen el misionero.
sábado, 8 de marzo de 2014
La escena de la semana (XVII)
lunes, 3 de marzo de 2014
'Her', el amor sin etiquetas
Sin spoilers | 'Her' (Spike Jonze, 2013) es una operación a corazón abierto. Sin previo aviso ni anestesia. Su duración se prolonga hasta las dos horas y al finalizar, uno se siente más vivo que nunca; quizás porque el cirujano -entiéndase por guionista- se ha dedicado a remover su interior sin escrúpulos. Hay ocasiones en las que una película hace revivir sentimientos que uno creía haber olvidado sentir. Hubo un momento en el que me atreví a cerrar los ojos y comprobar lo que significaba escuchar la voz de Samantha sin proyectar ninguna imagen; tan sólo un fundido en negro. 'Her' tiene el mérito de construir una de las escenas de sexo más bonitas que servidor haya visto en la gran pantalla, con tan sólo un cuerpo y dos voces. Meritorio también es la construcción de una distopía en la que la relación carnal se encuentra en decadencia; quizás porque los humanos han acabado comprendiendo que somos el arma de destrucción masiva que el Trío de las Azores nunca logró encontrar. El futuro cercano de 'Her' es cada vez más parecido a nuestro presente, es el reflejo de la realidad y el mundo más inmediatos. Pero después de sentir tal torrente de vitalidad, el post-operatorio resulta ser devastador. Comprendes que al igual que Theodore, ya has sentido todo lo que vas a sentir jamás. Y de aquí en adelante nunca vas a sentir algo nuevo. Sólo versiones más pequeñas de lo que ya has sentido.
Etiquetar resulta, a veces, tarea compleja. ¿Que géneros abarca el film? ¿Drama? ¿Romance? ¿Ciencia ficción? Etiquetar, en cierto modo, es abrazar el convencionalismo y arrastrar una serie de ideas preconcebidas que flaco favor hacen al descubrimiento de pequeñas joyas, ya sean humanas o artificiales. Me considero un sujeto atado, pero en constante lucha, a las etiquetas y a los prejuicios. ¿Un ejemplo? El cine bélico; imagino que la experiencia que viví con 'El pianista' (Roman Polanski, 2002) contribuyó a ello.
Por esta razón, 'Her' huye de las etiquetas al no ser la típica historia de amor. El factor "ciencia ficción" es mínimo e imperceptible pues su utilidad es la reflexión, no la pirotecnia; rasgo que comparte con la notable 'Another Earth' (Mike Cahill, 2011). Uno podría afirmar, a la ligera, que a Spike Jonze le gustan los extremos al combinar el drama intenso con la comedia negra y gamberra. Alternativa en el cómo, tradicional en el qué; la película habla de temas universales como el amor, el sexo, la vida, la muerte, la soledad, la amistad y el trabajo.
Algo está claro: Theodore no pone etiquetas al amor ni tampoco a su relación sentimental con Samantha.
Etiquetar resulta, a veces, tarea compleja. ¿Que géneros abarca el film? ¿Drama? ¿Romance? ¿Ciencia ficción? Etiquetar, en cierto modo, es abrazar el convencionalismo y arrastrar una serie de ideas preconcebidas que flaco favor hacen al descubrimiento de pequeñas joyas, ya sean humanas o artificiales. Me considero un sujeto atado, pero en constante lucha, a las etiquetas y a los prejuicios. ¿Un ejemplo? El cine bélico; imagino que la experiencia que viví con 'El pianista' (Roman Polanski, 2002) contribuyó a ello.
Por esta razón, 'Her' huye de las etiquetas al no ser la típica historia de amor. El factor "ciencia ficción" es mínimo e imperceptible pues su utilidad es la reflexión, no la pirotecnia; rasgo que comparte con la notable 'Another Earth' (Mike Cahill, 2011). Uno podría afirmar, a la ligera, que a Spike Jonze le gustan los extremos al combinar el drama intenso con la comedia negra y gamberra. Alternativa en el cómo, tradicional en el qué; la película habla de temas universales como el amor, el sexo, la vida, la muerte, la soledad, la amistad y el trabajo.
Algo está claro: Theodore no pone etiquetas al amor ni tampoco a su relación sentimental con Samantha.
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sábado, 22 de febrero de 2014
La escena de la semana (XVI)
Soy un fanático de los cortometrajes y especialmente de los escritos por Roberto Pérez Toledo, director y guionista del largometraje 'Seis puntos sobre Emma' (id, 2011). De vez en cuando, sale a la luz alguna alguna de sus piezas, capaces de remover sentimientos en tan sólo tres minutos de duración. Pueden pecar de cierta exacerbación sentimental pero su mejor baza es la honestidad. La última en emitirse fue el pasado miércoles en 'Alaska & Coronas', bajo el título de 'An Instagram Story', un reflejo de la realidad social y tecnológica del momento. ¡Echádle un vistazo!
lunes, 17 de febrero de 2014
Cuestión de sexo
De Nueva York nos trasladamos a San Francisco, la ciudad de 'Looking', nueva serie del canal de televisión HBO cuyo argumento gira en torno a la vida de tres hombres homosexuales. Comparte la misma filosofía de 'How to make it in America' y 'Girls' pero se desmarca de ella gracias al "factor gay" de sus personajes. Andrew Haigh está detrás de las cámaras como director y guionista, lo cual es sinónimo de calidad pues este señor dirigió y escribió 'Weekend' (id, 2011); tan sólo hay que echar un vistazo al quinto episodio para comprobar dicha afirmación. El propósito de esta serie también es mostrar cómo el trío protagonista alcanza sus metas personales y profesionales, además de proporcionar un retrato -¿fidedigno?- de la amistad y la vida gay en dicha ciudad. Jonathan Groff está para comérselo. El tono desinhibido y la des-dramatización de las tramas son un total acierto, acorde a la luminosa fotografía. Íntima, sexy, romántica. Si 'Girls' tiende a retorcer la realidad, 'Looking' la mima.
sábado, 15 de febrero de 2014
La escena de la semana (XV)
Marian Álvarez. Fernando Franco. Señoras y señores, 'La herida'. Estrenada el 4 de octubre de 2013, pasó desapercibida entre el público medio pero sus seis nominaciones y dos premios -mejor actriz y mejor dirección novel- en los Goya, puede que hayan contribuido a una mayor difusión (¿y distribución?). Su carácter íntimo y no comercial, en oposición a la sobrevalorada 'La vida es fácil' (David Trueba, 2013), es un hueso duro de roer en las salas de cine. El ser una ópera prima y contar con un muy bajo presupuesto son factores que, además, dificultan su promoción. Probablemente su escasa recaudación no sea meritoria pero ha puesto en el mapa a un director y una protagonista dignos de todo tipo de elogios. La película adopta una apariencia casi documental, rechaza el planteamiento-nudo-desenlace y se dedica a abrir multitud de cuestiones, muchas de ellas ni siquiera obtienen respuesta. ¿Cómo es convivir con una enfermedad mental? ¿Cómo es convivir con el suicidio en mente? 'La herida' duele en la necesidad de reflejar una realidad más común de lo que creemos; ignorada por una sociedad encantada de mirar hacia otro lado. O agachar la cabeza. Su personaje principal, Ana, es una heroína a la que nunca se le reconoce la valía de afrontar su drama personal diario. ¿Relato derrotista u optimista? Allá cada espectador y su lectura. Aconsejo no precipitarse en rechazar su premisa ni su estilo pero sí saber que no es un producto fácil. ¿Su público objetivo? El espectador activo.
"El cine sirve para hacer visible lo invisible" - Marian Álvarez en 'Alaska y Coronas' (La 2)
domingo, 9 de febrero de 2014
La escena de la semana (XV)
La muerte no tiene vergüenza; afirmación que la serie de televisión 'A dos metros bajo tierra' se encarga de recordar al espectador a lo largo de cinco temporadas en cada uno de sus openings. Los guionistas no sólo juegan a las adivinanzas con el espectador al montar una especie de ruleta rusa en la que uno de los presentes muere sino que, además, se ríen de ello con mala baba. Cierto es que este humor ácido a veces se corroe en detrimento de un mayor
lunes, 3 de febrero de 2014
'Todas las canciones hablan de mí', asesinar a golpe de olvido
"Cuanto mayor es el tiempo que hemos dejado atrás,
más irresistible es la voz que nos incita al regreso.
Esta sentencia puede parecer un lugar común
sin embargo, es falsa.
El ser humano envejece,el final se acerca,
ya no queda tiempo que perder con recuerdos.
Hay que comprender la paradoja matemática de la nostalgia.
Ésta se manifiesta con más fuerza en la primera juventud
cuando el volumen de la vida pasada es insignificante."
más irresistible es la voz que nos incita al regreso.
Esta sentencia puede parecer un lugar común
sin embargo, es falsa.
El ser humano envejece,el final se acerca,
ya no queda tiempo que perder con recuerdos.
Hay que comprender la paradoja matemática de la nostalgia.
Ésta se manifiesta con más fuerza en la primera juventud
cuando el volumen de la vida pasada es insignificante."
'La ignorancia' (Milan Kundera, 1995)
A propósito de Milan Kundera, me deleito escribir sobre una figura del cine patrio que despierta en mí, cierta curiosidad: Jonás Trueba. Hijo de Fernando y sobrino de David. Ya dediqué unas líneas a 'Los Ilusos' (id, 2013) y es precisamente mi recepción crítica tan positiva y entusiasta la que me ha llevado al visionando de su ópera prima: ''Todas las canciones hablan de mí' (id, 2010), una dramedia romántica que escapa del tal manido chico-conoce-chica. Oriol Villa y Bárbara Lennie se ponen en la piel de Ramiro y Andrea respectivamente, una pareja que rompe tras seis años de relación; ambos tienen que aprender a vivir el uno sin el otro, olvidarse y empezar de cero... pero los recuerdos pesan. El espectador presencia su pasado en común y su presente por separado; dos caminos que se cruzan de vez en cuando. La trama adopta un estilo narrativo similar al de '500 días juntos' (Marc Webb, 2009) dando saltos cronológicos en la relación. Pero no sólo se nos cuenta una historia de amor sino también la de una generación perdida en su veintena con un gran abanico de personajes secundarios.
La buena mano del benjamín de los Trueba no sólo es visible en la narración no lineal sino también en otros aspectos. Los personajes secundarios -en especial, las amantes de Ramiro- sirven para mostrar las distintas caras de su protagonista masculino (*). La acertada elección de la banda sonora, a pesar de pecar de estridencia en algunos casos (**), se caracteriza por una variedad e internacionalidad poco usuales con la presencia de artistas como Franco Battiato, Nacho Vegas, Christina Rosenvigne o Bola de Nieve. Es notoria, además, la minuciosidad de la selección musical pues en la mayoría de los casos, las canciones se integran en el relato como un personaje más. El buen oído de Jonás da paso a su buen ojo pues inunda al espectador de referencias literarias -rasgo de La Nouvelle Vague o Woody Allen- de manera implícita o explícita.
(*) Spoiler | Me hizo recordar a 'Todas las mujeres' (Mariano Barroso, 2013) pues en ambas películas, los protagonistas masculinos son retratados a través del contacto con personajes femeninos. Pero si en la primera, el personaje de Nacho -Eduard Fernandez- no pierde ni un ápice de protagonismo, en ésta, sí lo hace el de Ramiro en detrimento de una mayor presencia e importancia narrativas de su círculo social.
(**) Spoiler | La escena final, a pesar del discurso de Ramiro, se ve distorsionada por la música in crescendo. Otra pieza encajaría mejor. Eso si, las palabras de Ramiro son un golpe a/de la realidad.
'Todas las canciones hablan de mí' se manifiesta como una oda a la literatura, a la música y al propio cine. A las inspiraciones creativas de Jonás. Y especialmente... a la nostalgia. Puñetera donde las haya. ¿Es posible amar después de amar? Quizás encontraréis la respuesta en esta película.
domingo, 2 de febrero de 2014
La escena de la semana (XIV)
Desmontar los prejuicios del cine patrio y convencer de su buen hacer es tarea complicada por lo que he desistido en mi particular promoción de éste; sin embargo, he de confesar que últimamente un gran número de sorpresas cinéfilas han venido de la mano de directores españoles como Julio Medem ('Los amantes del círculo polar árticulo', 'Lucía y el sexo') , Jonás Trueba ('Todas las canciones hablan de mí', 'Los ilusos') , Rodrigo Sorogoyen ('Stockholm'), Javier Ruiz Caldera ('3 bodas de más'), David Trueba ('Madrid 1987') y -para mi sorpresa- Paco León con su 'Carmina o revienta' (id, 2012). Un experimento cinematográfico divertídisimo que sobrepasa la hora de duración pero que alberga en tan poco espacio de tiempo gran atino y lucidez, tanto en el rápido dibujo de los personajes como en el humor pasadísimo de rosca. Un falso documental que combina el drama y la comedia a la perfección con una capa de sátira, mala baba y mucha jeta. El costumbrismo más retorcido. La españa más cañí. Yo me meé de la risa... como con 'Los amantes pasajeros' (Pedro Almodóvar, 2013), ¡fíjate!
"La vida es tan bonita que parece de verdad"
domingo, 26 de enero de 2014
La escena de la semana (XIII)
Aunque la encontré en la sección de comedia, 'Les petits mouchoirs' (Guillaume Canet, 2010) -'Pequeñas mentiras sin importancia' en español- es un dramón como la copa de un pino. Menuda tragedia francesa griega. A pesar de contener píldoras de humor que alivian la intensidad de la narración, subyace siempre de ésta una sensación continua de pesadumbre. El film es un vistazo de dos horas a las vidas de un grupo de amigos -ya entrados en la treintena- durante sus vacaciones. ¿Retrato generacional? ¿Reflexión sobre las relaciones humanas? ¿Panfleto moralista y aleccionador? Canet mezcla un baturrillo de secretos y mentiras cuya resolución llega más o menos a buen puerto. ¿Es un acierto o un fallo el que casi todos sus personajes encaren los conflictos esquivándolos? Son cobardes y en éso la realidad es aplastante. La película se merece un notable alto pero le sobran los últimos diez minutos de metraje; too much, baby! La banda sonora es una delicia; Maxim Nucci se luce cantando 'Talk to me' y protagoniza una de las escenas más emotivas. Sorpresa la mía, además, escuchar 'Crucify Your Mind' de Sixto Rodríguez en los títulos de créditos. Ambas canciones resumen a la perfección los dilemas personales expuestos: chapeau!
"Seems like the sun is shining on everyone but me"
domingo, 19 de enero de 2014
C'est la vie (d'Adèle)
No me gustó 'La vida de Adèle' (Abdellatif Kechiche, 2013), lo que me cabreó notablemente. Ir a contracorriente a veces es placentero pero hay ocasiones en las que uno tan sólo quiere sumarse a la unanimidad y disfrutar de películas alzadas a la gloria por la masa cinéfila. Confieso ser un mal cinéfilo; no suelo tolerar las películas excesivamente largas por lo que fue un tanto incómodo estar sentado tres horas en la butaca del cine.
Mi conciencia: -¡Sabías a lo que ibas!
Yo: -Pues sí.
De ésto hace ya dos meses. Los culpables de este post son el tiempo y la memoria, artífices de permutados pensamientos y sensaciones. Lamentablemente 'La vida de Adèle' pertenece a esa categoría de películas que ganan con el tiempo. Afortunadamente pertenece también a otra categoría: al cine que cala hondo. Que penetra. Que convierte tres horas de ficción en minutos diarios de realidad. No hay día que no recuerde alguna escena o diálogo de ella. ¿Cómo olvidar el momento en el que Adèle se cruza en la calle con "la chica del pelo azul"? ¿O cuando se conocen en el bar y descubre que su nombre es Emma? ¿O su primer paseo desde el instituto de Adéle ante la mirada atónita de sus compañeros? ¿O su primer beso con los rayos de sol atravesando sus labios?
'La vida de Adèle' se merece un reconocimiento por contener tanta realidad. Por no ajustarse al manido planteamiento-nudo-desenlance. Por tomarse tiempo en las elipsis. Por retratar el amor adulto de una nueva generación. Por construir un punto de vista propio sobre la homosexualidad y el adulterio sin recurrir a clichés ni convencionalismos. Por su espléndida fotografía. Por crear dos mundos, dos realidades, dos maneras de ver la vida y vivir, dos personajes femeninos de carne y hueso. Por hacernos creer que lo heterogéneo es homogéneo. Por llevar a cabo una sincera y austera anatomía de una relación sentimental. Estoy seguro de que volveré a verla en algún momento de mi vida.
"Siento que estoy fingiendo en todo, soy yo a la que le falta algo"
domingo, 12 de enero de 2014
La escena de la semana (XII)
Una de mis películas favoritas es 'Beginners' (Mike Mills, 2011) por lo que llevaba cierto tiempo detrás de la ópera prima de su director: 'Thumbsucker' (id, 2005). Allá por noviembre del pasado año la encontré baratísima en una tienda de segunda mano en Madrid pero no fue hasta el 22 de diciembre cuando decidí verla. Se nota quién está detrás del proyecto puesto que la película rezuma creatividad (*) a raudales. Tan sólo hace falta echarle un ojo a los pósters promocionales. Los títulos de crédito -sonando 'Scream & Shout' de The Polyphonic Spree- son ya una declaración de intenciones. Es cierto que la perfección que Mills alcanza en su segunda obra no está presente en la primera pero contiene elementos identificativos de su potencial. Percibí una mejor escritura de los personajes (**) y los diálogos que de la trama en sí; el despertar oscuro adolescente (**) muta hacia algo mucho más light con el paso de los minutos y los conflictos encuentran resoluciones un tanto fáciles. Funciona mejor el drama que la comedia. Dan ganas de achuchar a Tilda Swinton, eso sí. Lo de Keanu Reeves es un WTF.
(*) La página web de Mike Mills no tiene desperdicio.
(**) Con mayor atino en los adultos que en los adolescentes.
(***)El trastorno por déficit de atención con hiperactividad en adolescentes es algo que se podría haber explorado de manera más profunda así como su tratamiento médico.
(***)El trastorno por déficit de atención con hiperactividad en adolescentes es algo que se podría haber explorado de manera más profunda así como su tratamiento médico.
jueves, 2 de enero de 2014
La escena de la semana (XI)
Que mejor manera de empezar el 2014 que viendo uno de los mejores largometrajes del 2013. Ni su padre, ni su tío; fue Jonás Trueba quién se marcó un peazo película el pasado año. ¿Su nombre? 'Los Ilusos'. ¿Sobre qué trata? El cine dentro del cine: el deseo de hacerlo, lo que hacen algunos cineastas cuando no están detrás de las cámaras. La cotidianidad: conversaciones, paseos, borracheras, la soledad, el estar enamorado, tomar algo en un bar con un amigo, comprar un libro, ir a comer a un restaurante chino. ¿Acaso no os veis a vosotros mismos en este fragmento? Francesc Garrido brilla con luz propia durante la mitad del metraje para luego compartirlo con la omnipresente Aura Garrido cuya encanto se ve acentuado gracias al blanco y negro. Descubriréis uno de los besos más realistas y creíbles plasmados en pantalla. Y qué decir de esa despedida entre dos amantes en la boca del metro de Antón Martín: la incertidumbre del reencuentro. Es otra mirada a la juventud y al amor, otro retrato generacional. La antagonista perfecta de 'Stockholm' (Rodrigo Sorogoyen', 2013) al poner también la lupa en un tema controvertido: el suicidio.
"El cine es como la vida, una mezcla de cosas tristes y alegres"
martes, 26 de noviembre de 2013
Miénteme y dime que me quieres
'Stockholm' es un doloroso y fiel retrato de una generación desesperada por encontrar el amor en cada bar, en cada esquina de su ciudad, en cada fiesta, en cada cara y cuerpo bonitos; preocupada más por el instante que por el futuro sin pensar en las consecuencias de sus actos, cuya mayor atracción es una noche efímera en la que juegan un papel esencial el alcohol y las falsas apariencias para obtener un bien tan preciado como denostado: el sexo. Pero la noche y el estado de éxtasis no crean grandes romances sino fugaces momentos de pasión y frenesí entre dos cuerpos, dos mentes, dos pasados desconocidos. Ignorantes del porqué de esos ojos carentes de alegría, síntoma de querer ser querido y salvado por alguien. Sin embargo la mañana se encarga de reunir el pasado y el presente y es entonces cuando cada mente y cada cuerpo huyen a su lugar de procedencia con el resentimiento como acompañante en el camino de vuelta a casa. Aún así, junto al sabor del café amargo y la resaca, sobrevive un resquicio de ilusión; ¿conoceré al gran amor de mi vida el próximo fin de semana? Y así pasa media vida, media juventud. Ocultando nuestros demonios interiores durante la noche para darnos con ellos de bruces cada amanecer. Y de repente tomas consciencia de que nadie en el mundo logrará quererte con tus graves defectos.
Ved 'Stockholm' (Rodrigo Sorogoyen, 2013).
'Masters of Sex', el amor como afrodisíaco

'Masters of Sex' muestra cómo el ginecólogo William Masters y su asistente Virginia Johnson llevaron adelante un minucioso estudio a cerca de la sexualidad humana. Ellos son los protagonistas de una historia que realmente ocurrió; el jin y el yang de una extraña relación entre dos atípicas personas de la época. Él se inclina, más bien, hacia el carácter, la ideología y la oscuridad del Don Draper de 'Mad Men' mientras que ella se asemeja al entusiasmo y el deseo de superación de nuestra querida Peggy Olson. Él es el espejo de una sociedad masculina, machista y retrógrada; el marido que tiene abandonada a su esposa en el hogar. Ella es el retrato de la liberación y de la evolución de la mujer; madre divorciada con dos hijos y una hipoteca que pagar que no rehúsa del sexo sin compromiso. Él quiere saber de sexo. Ella sabe de sexo. William cae mal al espectador, Virginia se lo gana en cuanto aparece en pantalla. Desde el inicio hay algo repulsivo pero a la vez cadencioso entre ellos: química, atracción sexual no resuelta un tanto macabra. Pero no sólo ellos brillan con luz propia sino también toda la gama de personajes secundarios que les rodean; igual o incluso más interesantes que ellos.
Lo mejor de 'Masters of Sex' es la radiografía que hace de la tan eterna dicotomía sexo-amor. También por su prominente cariz femenino al incidir en el comportamiento de la mujer de la época ante un tema tabú como el sexo y al dibujar con esmero y cariño a sus féminas. El deseo es el gran protagonista de la serie; todos sus personajes poseen grandes ambiciones ya sea en el aspecto laboral, personal o familiar. Pero 'Masters of Sex' escava mas allá que en lo meramente sexual y se atreve a tratar temas como la violencia, el aborto (involuntario), la prostitución y la homosexualidad. Quizás no sea un fiel retrato de la sociedad de los cincuenta y peque de mayor imprecisión que 'Mad Men' pero tiene corazón y sobre todo, entretiene.
Es la historia de un amor enfermizo o de un enfermo por amor.
Lo mejor de 'Masters of Sex' es la radiografía que hace de la tan eterna dicotomía sexo-amor. También por su prominente cariz femenino al incidir en el comportamiento de la mujer de la época ante un tema tabú como el sexo y al dibujar con esmero y cariño a sus féminas. El deseo es el gran protagonista de la serie; todos sus personajes poseen grandes ambiciones ya sea en el aspecto laboral, personal o familiar. Pero 'Masters of Sex' escava mas allá que en lo meramente sexual y se atreve a tratar temas como la violencia, el aborto (involuntario), la prostitución y la homosexualidad. Quizás no sea un fiel retrato de la sociedad de los cincuenta y peque de mayor imprecisión que 'Mad Men' pero tiene corazón y sobre todo, entretiene.
Es la historia de un amor enfermizo o de un enfermo por amor.
miércoles, 23 de octubre de 2013
Mentir serenamente
Eduard Fernández, Michelle Jenner, María Morales, Petra Martínez, Marta Larralde y Nathalie Poza protagonizan una de las películas que mejor sabor de boca me ha dejado últimamente: 'Todas las mujeres' (Mariano Barroso, 2013), estrenada el pasado 18 de octubre. Con un acertado envoltorio teatral y una duración de 90 minutos, este drama con tintes de comedia nos presenta la historia de Nacho, un hombre en su cuarentena que por un motivo debe hacer frente a diferentes mujeres (*). Algunas de su pasado y otras de su presente pero todas ellas significativas en algún momento de su vida y por alguna razón. La película versa sobre (los límites de) la verdad y la mentira. El éxito y el fracaso en la vida. El amor y el sexo. El resentimiento y el perdón. En resumen, sobre la corrupción del ser humano tanto en lo material como en lo sentimental. Aunque tenga un inicio tibio poco a poco coge color y finaliza con el acto más jugoso y una conclusión más que correcta. Frente a un guión sólido (pero previsible) palidecen unos diálogos de los que poco se puede destacar excepto lo natural que resultan. Me recordó a 'In Treatment' en cierto modo. A pesar de sus defectos, 'Todas las mujeres' es una muy que recomendable película.
(*) La película se divide en cinco actos, en cada cual hace aparición una de las mujeres.
¿Por qué estáis todas empeñadas en que diga la verdad? -Nacho
miércoles, 16 de octubre de 2013
Algo más que ciencia ficción
"Los Cylons fueron creados por el hombre. Fueron creados para hacer la vida más fácil en las doce colonias. Y entonces llegó el día en el que los Cylons decidieron matar a sus creadores. Después de una larga y sangrienta lucha, se declaró un armisticio. Los Cylons se fueron hacia otro mundo a proclamarlo propio. Se construyó una estación espacial remota donde los Cylons y los humanos pudieran satisfacer y mantener relaciones diplomáticas. Cada año las Colonias envían un oficial. Los Cylons no envían a nadie. Nadie ha visto u oído de los Cylons en cuarenta años."
Atrae, ¿cierto? Pero he de hacer una advertencia: uno debe armarse de mucha paciencia si desea subir a bordo de la nave Galactica. Hay episodios soporíferos y personajes tediosos. En reducido número, también hay que decirlo. Pero el tiempo y el avance de la trama apremian en numerosas ocasiones por lo que he aquí ocho razones para animaros a adentraros en el extenso mundo de las Doce Colonias.
1ª.- No es una space opera al uso. Contiene elementos propios del género por supuesto; la historia de la serie está ambientada en el espacio y protagonizada por un grupo de humanos cuya organización sigue una jerarquía militar y que viaja a otros planetas y a través de la galaxia y el Universo para explorarlos o solucionar los problemas que surjan allá por dónde van. Todo ello aderezado por el uso de una tecnología muy avanzada y la presencia de grandes batallas, malvados villanos e historias épicas de amor. Las aventuras vividas suelen tener un tono romántico y melodramático.
2ª.- ¿Te gustó 'Blade Runner' (Ridley Scott, 1982)? Si en la película es Deckard, el personaje interpretado por Harrison Ford, quien debe dar caza a los replicantes, en la serie son los tripulantes de la Battlestar los encargados de acabar con los Cylons. Ambas fuerzas enemigas tienen apariencia humana de ahí que uno de los grandes temas que se aborden a lo largo de las cuatro temporadas sea la (crisis de) identidad. Cualquier personaje puede ocultar su verdadera naturaleza por lo que la duda y la paranoia son también protagonistas. Si en la película es Deckard quien cae rendido ante los pies de la replicante Rachael, en 'Battlestar Galactica' son varios los personajes que se ven inmersos en relaciones amorosas e incluso triángulos amorosos con sus enemigos. Culebrón de aúpa: ¿es posible que una maquina llegue a desarrollar sentimientos como el amor? Odio está claro que sí. La relación y el conflicto entre humanos y Cylons da lugar a un latente dilema moral, lo que propicia los momentos y escenas más intensos de la serie. Pero no sólo moral sino también religioso; los humanos son politeistas y creen en los Dioses de Kobol (*) mientras que los androides creen en un solo dios. Todo ello deriva en un misticismo (**) del que muchos espectadores han mostrado su desconformidad.
(*) Se podría decir que es un copia y pega de la mitología griega, aspecto que personalmente me chifla.
(**) Unido a una gran presencia de los sueños y premoniciones, la serie se caracteriza por un rasgo onírico y fantástico del que se materializan tramas y personajes como la presidenta Laura Roslin o el doctor Gaius Baltar. Éste último genera tal controversia...
3ª.- La construcción de un mundo post-apocalíptico (***) regido por la guerra del terror y el caos en el que la tortura, el encarcelamiento y la restricción de libertades civiles son el pan de cada día y ponen en tela de juicio la idea de democracia. Dos palabras: Ley marcial.
(***) Por culpa del holocausto Cylon.
4ª.- Cada oveja con su pareja. La Battlestar parece el Arca de Noé y ésto da pie a grandes duplas como por ejemplo la de Lee Adama y Kara Thrace o Bill Adama y Laura Roslin cuyo máximo interés reside en su constante rifirrafe. En el caso de los primeros, la pasión y el impedimento son constatados desde el piloto mientras que el segundo ejemplo es un plato cocinado a fuego muy lento. Coincide además con que son mis personajes favoritos junto a Helo y Número Seis.
5ª.- Impecable aspecto técnico tanto en los efectos especiales como en la banda sonora.
6ª.- La política, unida en ocasiones a la religión, juega también un papel destacado en la serie. Los tejemanejes entre humanos para hacerse con el liderazgo -tanto en lo civil como en lo militar- deja patente además que el enemigo no sólo son los androides sino ellos mismos -incluso más mortíferos- y que este mundo post-apocalíptico es demasiado propenso al terrorismo. Los ecos del 11-S son inevitables. Dos palabras: Helena Cain, interpretada por la omnipresente Michelle Forbes.
7ª.- Misterios, giros de guión y cliffhangers. Los hay de todos los tipos pero no se puede negar el afán por sorprender al espectador. A veces se consigue y otras, no.
8ª.- Capítulos dobles en los que se echa toda la carne en el asador.
9ª.- La calidad actoral.
Visto hasta el S02E13 debo decir que la serie mantiene el tipo y de momento tanto el desarrollo de la trama horizontal como la evolución de muchos de sus personajes me han parecido de notable. To be continued...
1ª.- No es una space opera al uso. Contiene elementos propios del género por supuesto; la historia de la serie está ambientada en el espacio y protagonizada por un grupo de humanos cuya organización sigue una jerarquía militar y que viaja a otros planetas y a través de la galaxia y el Universo para explorarlos o solucionar los problemas que surjan allá por dónde van. Todo ello aderezado por el uso de una tecnología muy avanzada y la presencia de grandes batallas, malvados villanos e historias épicas de amor. Las aventuras vividas suelen tener un tono romántico y melodramático.
2ª.- ¿Te gustó 'Blade Runner' (Ridley Scott, 1982)? Si en la película es Deckard, el personaje interpretado por Harrison Ford, quien debe dar caza a los replicantes, en la serie son los tripulantes de la Battlestar los encargados de acabar con los Cylons. Ambas fuerzas enemigas tienen apariencia humana de ahí que uno de los grandes temas que se aborden a lo largo de las cuatro temporadas sea la (crisis de) identidad. Cualquier personaje puede ocultar su verdadera naturaleza por lo que la duda y la paranoia son también protagonistas. Si en la película es Deckard quien cae rendido ante los pies de la replicante Rachael, en 'Battlestar Galactica' son varios los personajes que se ven inmersos en relaciones amorosas e incluso triángulos amorosos con sus enemigos. Culebrón de aúpa: ¿es posible que una maquina llegue a desarrollar sentimientos como el amor? Odio está claro que sí. La relación y el conflicto entre humanos y Cylons da lugar a un latente dilema moral, lo que propicia los momentos y escenas más intensos de la serie. Pero no sólo moral sino también religioso; los humanos son politeistas y creen en los Dioses de Kobol (*) mientras que los androides creen en un solo dios. Todo ello deriva en un misticismo (**) del que muchos espectadores han mostrado su desconformidad.
(*) Se podría decir que es un copia y pega de la mitología griega, aspecto que personalmente me chifla.
(**) Unido a una gran presencia de los sueños y premoniciones, la serie se caracteriza por un rasgo onírico y fantástico del que se materializan tramas y personajes como la presidenta Laura Roslin o el doctor Gaius Baltar. Éste último genera tal controversia...
3ª.- La construcción de un mundo post-apocalíptico (***) regido por la guerra del terror y el caos en el que la tortura, el encarcelamiento y la restricción de libertades civiles son el pan de cada día y ponen en tela de juicio la idea de democracia. Dos palabras: Ley marcial.
(***) Por culpa del holocausto Cylon.
4ª.- Cada oveja con su pareja. La Battlestar parece el Arca de Noé y ésto da pie a grandes duplas como por ejemplo la de Lee Adama y Kara Thrace o Bill Adama y Laura Roslin cuyo máximo interés reside en su constante rifirrafe. En el caso de los primeros, la pasión y el impedimento son constatados desde el piloto mientras que el segundo ejemplo es un plato cocinado a fuego muy lento. Coincide además con que son mis personajes favoritos junto a Helo y Número Seis.
5ª.- Impecable aspecto técnico tanto en los efectos especiales como en la banda sonora.
6ª.- La política, unida en ocasiones a la religión, juega también un papel destacado en la serie. Los tejemanejes entre humanos para hacerse con el liderazgo -tanto en lo civil como en lo militar- deja patente además que el enemigo no sólo son los androides sino ellos mismos -incluso más mortíferos- y que este mundo post-apocalíptico es demasiado propenso al terrorismo. Los ecos del 11-S son inevitables. Dos palabras: Helena Cain, interpretada por la omnipresente Michelle Forbes.
7ª.- Misterios, giros de guión y cliffhangers. Los hay de todos los tipos pero no se puede negar el afán por sorprender al espectador. A veces se consigue y otras, no.
8ª.- Capítulos dobles en los que se echa toda la carne en el asador.
9ª.- La calidad actoral.
Visto hasta el S02E13 debo decir que la serie mantiene el tipo y de momento tanto el desarrollo de la trama horizontal como la evolución de muchos de sus personajes me han parecido de notable. To be continued...
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