Sin spoilers | Tony Soprano iba al psicólogo. Quizás Walter White debería haber ido. Rae Earl, la protagonista gorda y desequilibrada -mental- de 'My Mad Fat Diary' también va. ¿Cuántas series han ahondado en la enfermedad mental en la adolescencia e infancia? Aunque no lo parezca, un gran número: 'Skins', 'In Treatment', 'Shameless', 'Friday Night Lights', 'Parenthood', 'Six Feet Under' o 'Girls' (*) e incluso en el apartado nacional: 'La Pecera de Eva' y 'Acusados'. Para más inri, Albert Espinosa ('Pulseras Rojas') prepara 'Lucas' para Antena 3, una serie centrada en enfermedades mentales. Vivir en un mundo de etiquetas, estereotipos y prejuicios no ayuda a superar socialmente dicho estigma; es por ello que el cine, la televisión y la literatura (**) contribuyen a su normalización a través de personajes y tramas que vislumbran -en mayor o menor grado de realismo- el día a día de personas que las sufren.
(*) Requiere matizar pues Hannah Horvath, su protagonista, está en la veintena. Sin embargo, su OCD -trastorno obsesivo compulsivo- tiene origen en la adolescencia; al igual que la personalidad múltiple de la protagonista de 'United States of Tara'.
(**) La novela 'La soledad de los números primos' (Paolo Giordano, 2010).
(**) La novela 'La soledad de los números primos' (Paolo Giordano, 2010).
Hoy toca hablar de 'My Mad Fat Diary', una de las series revelación del 2013 que sin pretenderlo -como sí lo hizo 'Misfits'- ha ocupado el puesto vacío que dejó 'Skins'. Comparten fondo pero no forma y quizás ahí reside la herencia de espectadores, anhelados de historias de adolescentes al borde del éxtasis y el abismo. Entonces, ¿qué la hace tan especial? La conversión de Rae en la reina absoluta del show confirmando que éste no es una serie coral más. El que haya personajes satélite que de vez en cuando ganen protagonismo es un plus para no desgastar un personaje tan volátil y voluble como el de Rae: o la odias o la amas. Al igual que el humor es esencial a la hora de enfrentarse a una enfermedad, en la serie se abordan los conflictos de los adolescentes desde una perspectiva tragicómica. Otro plus son el espacio y el tiempo: los años noventa en Inglaterra. Pero por muchos fuegos artificiales y dibujitos a lo Bridget Jones, el retrato de la adolescencia es tan real que duele. Además nos ofrece uno de los mejores personajes adolescentes escritos: Chloe. Dos temporadas y trece episodios sin confirmación aún de un tercer año, ¡crucemos los dedos!
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