Empecé este blog con 16 años y otro nombre (Dime que series ves y te diré cómo eres). En un principio solo hubo cabida para las series de televisión, pero más tarde amplié el contenido a todo aquello con un mínimo de ficción, incluso la propia vida. Decía Susan Sontag en Contra la interpretación que «en las buenas películas existe siempre una espontaneidad que nos libera por entero de la ansiedad por interpretar». Pero Carrie Bradshaw también decía en la excelente Sexo en Nueva York: «No pude evitar preguntarme».

lunes, 21 de marzo de 2011

La magia de Friday Night Lights


Friday Night Lights prometía volver a sus orígenes en su tercera temporada tras esa irregular segunda de la que sinceramente recuerdo pocos capítulos memorables, además, el primero de ellos supuso el principio de una trama más bien incompatible con el tono de la serie como fue el asesinato del acosador de Tyra por parte de Landry, por lo que tenía muchísimas ganas de ver de nuevo la magia de Dillon que tan poco se había paseado por Texas en los quince inconclusivos capítulos por culpa de la huelga de guionistas.
¡Cuidado, spoilers hasta el 3x13!
Estos trece episodios han servido para despedir a dos personajes como Smash, personaje que nunca me había entusiasmado y que sólo me apenaba su marcha porque también suponía la de su madre, y Jason, personaje que si me había entusiasmado sobre todo en la primera temporada cuya desgracia supieron los guionistas tratar de una forma tan magistral que incluso me recordó en una infinidad de aspectos a un caso familiar. Han servido para presentarnos a una familia completamente diferente a los Taylor, los McCoy, y centrar mi odio sobre todo en Joe el cual es capaz de utilizar como marionetas tanto a su mujer pero sobre todo a su hijo, al que incluso le obliga a cortar con su novia para centrarse en el fútbol, llegando a golpearle en uno de los últimos capítulos de la temporada en una de las escenas más crudas que creo haber visto de la serie. También han servido para ver como Lyla decidía quedarse en Dillon con su padre tras la marcha de su madre y sus hermanos y seguir adelante con la relación con Tim, que me ha parecido divertida, preciosa y emotiva a partes iguales. Divertida por los momentos en los que Lyla se fue a vivir a la casa de los hermanos Riggins, preciosa por lo tanto que se han ayudado y apoyado mutuamente y emotiva porque porque finalmente el destino les separa, yendo finalmente Lyla a una universidad distinta a la de Tim. Pero sobre todo estos trece episodios han servido para unir definitivamente a Julie y Matt y Tyra y Landry, que aunque yo prefería que quedasen como mejores amigos que como pareja ,en el último capítulo cambié totalmente de idea con escenas como la de Landry gritándola histérico en mitad de la carretera que siempre había confiado en ella o cuando Tyra abre el sobre para saber si la aceptan o no en la universidad. Por último decir que me gustó mucho la inclusión del personaje de la madre de Matt.

Nunca me cansaré de decir la gran facilidad que tiene la serie para dejarte con el corazón en un puño sin la necesidad de cliffhangers, lo cruda y real que puede llegar a ser simplemente mostrándonos las inseguridades de los personajes con las típicas dudas y miedos que todo bicho andante toda persona tiene. Será que desde el segundo episodio ya amé a esta serie, pero es tan real que incluso Tammy se queja de que alguien ha metido la botella de agua vacía en la nevera. Friday Night Lights es una puta obra maestra, hace sentirte parte de Dillon. Tengo tantas escenas en mi cabeza que ni siquiera me digno a destacar una, que cojonudamente grande es.

jueves, 3 de marzo de 2011

Desmontando lo que da de sí febrero

Si os soy sincero, se me da fatal titular las entradas, sin embargo hoy se me ha ocurrido homenajear a Woody Allen con un título parecido a una de sus películas, la genial Desmontando a Harry. Algún día tendría que hablar sobre mi tardío descubrimiento de las películas del director y mi predilección por sus historias de amor tan bien contadas que tan ñoño, remilgado, melindroso, quejumbroso, sensiblero, apocado, timorato y pusilánime me ponen, pero hoy no es precisamente ese día. Hoy toca hablar sobre lo que me quedó pendiente la anterior entrada, a pesar de que tenía planeado hacerlo el pasado domingo.

En este mes me ha dado tiempo para descubrir a Shawn Ryan y algunas de sus series como The Shield y The Chicago Code. Con la primera de ellas tengo una especie de "deja vu" con Breaking Bad, la cual me zampé en verano más rápido de lo que hubiese querido, ya que aunque en trama se parezcan poco o nada, me recuerdan lo densas que pueden llegar a ser y lo incapaz que me veo de ver más de un capítulo al día. Por esa razón además pienso que la cuarta temporada de Breaking Bad será la que más disfruté a pesar de los increíbles 33 capítulos anteriores. Volviendo a The Shield, el piloto me dejó impactado a lo largo de sus casi sesenta minutos pero fue en los últimos cuando me dejó absolutamente trastocado ya que en ningún momento esperas el asesinato de Terry por parte de Vic, es más, piensas que la trama de la infiltración de éste puede dar juego al menos a lo largo de la primera temporada pero ni siquiera se te pasa por la cabeza ese giro de guión. Con respecto al protagonista, aún no le he cogido el truco, es más, me cae mal, sin embargo lo poco que se ha mostrado sobre su familia me ha parecido bastante interesante. Sobre todo me gusta la pareja de Dutch  y Claudette resolviendo los a primera vista simplones casos episódicos pero que derivan en interrogatorios y juegos entre los policías y los delincuentes más que potentes e interesantes.

También me ha dado tiempo casi a terminar la segunda temporada de Friday Night Lights, de la cual aún me quedan los dos últimos capítulos que no he encontrado en muy buena calidad que digamos, por lo que pensaba comprarme sus primeras temporadas en DVD pero ¡oh que sorpresa! la segunda temporada no está editada en España. Con respecto a la trama, me ha gustado el cambio de Lyla, la relación entre Matt y Carlota , las ideas y venidas de Tim y todo lo que tuviese que ver con el matrimonio Taylor pero vamos.. me chirrió demasiado el asesinato de Landry al acosador de Tyra. Además he leido que la tercera temporada supone una especie de borrón y cuenta nueva de la serie y que se olvidan de muchas tramas abiertas de la segunda.

Por otra parte está Fringe con la que estoy un poco decepcionado después del parón navideño y espero poder dedicarle una entrada entera en las próximas semanas, asi que hoy me despido recomendándoos Fargo de los hermanos Coen si no la habeis visto, a pesar del mal cuerpo que se te queda después de verla.