Empecé este blog con 16 años y otro nombre (Dime que series ves y te diré cómo eres). En un principio solo hubo cabida para las series de televisión, pero más tarde amplié el contenido a todo aquello con un mínimo de ficción, incluso la propia vida. Decía Susan Sontag en Contra la interpretación que «en las buenas películas existe siempre una espontaneidad que nos libera por entero de la ansiedad por interpretar». Pero Carrie Bradshaw también decía en la excelente Sexo en Nueva York: «No pude evitar preguntarme».

viernes, 23 de mayo de 2014

Moderno Prometeo

Sin spoilers | Jugar a ser Dios es un recurso jugoso pero muy explotado del género de la ciencia ficción ya sea en su vertiente literaria, televisiva o cinematográfica. 'Frankestein' -la novela de Mary Shelley publicada en 1918- probablemente sea el ejemplo que todos tengamos en la cabeza. Series de televisión como 'Lost', 'Fringe' o 'Battlestar Galactica' han manejado con mayor o menor atino esta patata caliente: explorar temas como la moral científica, la creación y destrucción de vida y la audacia de la humanidad en su relación con Dios. La iniciativa DHARMA, Massive Dynamics y los Cylons son un claro ejemplo de ello. A día de hoy se encuentran en plena emisión dos series canadienses de ciencia ficción que encajan a la perfección en el perfil de las anteriores en cuanto a la disección del moderno Prometeo: 'Continuum' y 'Orphan Black'. En todas ellas es patente la enorme influencia de la mitología griega (e incluso egipcia).

Empecemos con la que menor ruido mediático ha generado en la blogosfera y las redes sociales: 'Continuum',la cual se encuentra en plena forma siendo éste ya su tercer año. Con 31 episodios a sus espaldas (*), la obra de Simon Barry comienza siendo un policíaco con tintes de ciencia ficción para poco a poco deshacerse de su lado más procedimental y apostar por una trama serializada. ¿Sufre de Fringe-itis? Quizás pero los diez episodios de su primera temporada sirven como perfecto prólogo para lo que está por venir: el advenimiento de algo (muy) grande. Quien haya visto 'Fringe', encontrará infinitud de similitudes entre ambas tanto en el tímido desarrollo de la trama serializada, la presentación de los "casos-de-la-semana" y el dibujo lento pero efectivo de sus personajes. En mi caso la semejanza ha sido una alegría y una virtud. 'Continuum' no sólo brilla con luz propia al tejer una extensa mitología propia sino que además dota de una escala de grises a protagonistas y secundarios (**) y de un trasfondo socio-político al escenario que la convierten en una muy inteligente distopía próxima al holocausto humano de 'Battestar Galactica'. ¿La premisa? Su protagonista Keira Cameron se ve involucrada por accidente en un viaje temporal de 2077 a 2012. Hasta ahí puedo leer.

(*) El próximo 25 de mayo se emitirá el noveno episodio de la tercera temporada.
(**)La dualidad moral de los personajes propicia un juego de alianzas por la lucha de sus intereses; a veces individuales y otras, colectivos. 

Con mayor difusión y expectación -desmerecidas en mi opinión-, 'Orphan Black' revolucionó la primavera de 2013 con una premisa prometedora (high-concept): el descubrimiento por una joven de que tiene clones. A diferencia de 'Continuum', 'Orphan Black' apuesta por la serialización desde el minuto uno y se distancia de la ciencia ficción en pos del thriller y la acción. Un ritmo endiablado, unos personajes estrambóticos y un juego constante de identidades son sus mejores bazas. Tatiana Maslany es la reina del show.

Ambas series tienen sus propios modernos Prometeos pero recae en el espectador descubrir su identidad. Otros personajes mitológicos como Zeus, Leda o Pandora también hacen acto de presencia.

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