Final del episodio 9: éste podría ser fácilmente el cenit de Sé Quién Eres |
(*) Con resbalón de audiencia en el segundo episodio. Más de un millón de espectadores se ha dejado por el camino en una semana. Hubo trampa: el estreno de la serie tuvo como telononera a una semifinal de Champions con doble sabor madrileño.
Al promocionar por enésima vez el inminente estreno de Sé Quién Eres a principios de año (habían sido varios los amagos de sacarla del cajón desde que empezó a grabarse en verano de 2015), a los de Telecinco se les ocurrió la idea de rememorar los tiempos de Twin Peaks y hermanar ambas ficciones: comparar el evento que supuso la ficción estadouniense de David Lynch en 1990 y el evento que se deseaba que fuese la ficción española de Pau Freixas en 2017. Por partes: tras la emisión del último capítulo de la primera temporada de Twin Peaks (por lo visto, Telecinco había prometido la resolución del misterio: el icónico "¿Quién mató a Laura Palmer?"), la centralita de la cadena se colapsó con llamadas de espectadores defraudados (*). Aquí la prueba en El País. Telecinco supuestamente quería curarse de espanto y es por ello que no quería atreverse a emitir el final de la primera temporada de Sé Quién Eres y montar semejante revuelo al de Palmer. Inicialmente se había contado que Sé Quién Eres contaría con dos temporadas, cada una de diez episodios (***). Pero más tarde se decidió solapar ambas temporadas, reducir el número de entregas a dieciséis y emitir la serie del tirón para evitar -ejem, ejem- el colapso de las centralitas (ahora twitter) de Telecinco. Más allá de mi incredulidad ante tal respeto por el espectador (*), es de agradecer su programación sin parón alguno. Las horas intempestivas son otro cantar.
(*) Algo que Antena 3 tenía la manía de hacer con El Internado anunciando los finales de temporada como finales de serie.
(**) El Príncipe pasó de los 6.290.000 espectadores (33,3%) del final de su primera temporada a los 4.883.000 (24,7%) del estreno de la segunda tras once meses de parón.
(***) La misma planificación llevada a cabo con La verdad, una de las series que Telecinco tiene en recámara. Parece que la próxima en desempolvar será Perdóname señor, miniserie de ocho episodios protagonizada por Paz Vega. Una mezcla entre El Príncipe y El Niño que no huele muy bien.
El bienmalavenido matrimonio Elías-Castro |
A partir de aquí, spoilers | A Sé Quién Eres no le tembló en pulso en resolver el enigma de la amnesia real o fingida de su protagonista Juan Elías a los seis episodios; no le tembló el pulso a la hora de resolver el gran misterio central en un prologando (y efectivo, aprovechado) flashback durante el inicio del décimo capítulo; tampoco le tembló el pulso en resolver la identidad del topo entre las bambalinas de la ley, ni en retratar un matrimonio tan bien-mal avenido como el de Juan Elías y Alicia Castro (con una escena de sexo un tanto turbia en el hotel o ella dispuesta a tirar un cadáver por su amnésico marido) o abrazar por momentos el romanticismo heroico del villano Elías y su antigua amante -Eva Durán- para echarlo por tierra y empantanarlo hasta límites insospechados. Simultáneamente, la ficción tenía un ritmo frenético (siempre un giro, siempre una nueva pista) pero también se tomaba su tiempo para desarrollar a todos y cada uno de sus personajes y sus dilemas (Giralt y su marido fallecido es un ejemplo, el no querer volver a casa y refugiarse en el trabajo).
Aviso, spoilers de Homeland | Pero algo se torció con el cliffhanger con el que se despidió el décimo episodio, aquel que los señores de Telecinco no querían dejar en suspenso/suspense durante un año. Resuelto el enigma de Ana Saura (un whodunit entretenidísimo y bien hilado), se abrían dos nuevos enigmas: ¿Quién ha apuñalado a Alicia Castro? y ¿qué pasará con Ana Saura en cautiverio? Algo valiente hay en el traspase del décimo al undécimo episodio pues la serie muda radicalmente de piel, cambia su status quo (*). Sé Quién Eres ya no es una ficción devota al whodunit (aliñado con drama familiar-legal) sino una especie de drama psicológico. Durante el traspase, la serie perdió el encanto y Juan Elías y Ana Saura dejaron de ser tan interesantes. Lo mismo que le pasó a Homeland una vez resolvió el enigma sobre el ambiguo Nicholas Brody e incluso se le convirtió en doble agente. La gran baza de ambas series era la ambigüedad, el inflamable juego del gato y el ratón. Si el gran enigma concerniente a Ana Saura se resolvió en unos tempos imprevistos (9 episodios), los enigmas menores protagonistas de los últimos seis episodios sí han sufrido la demora: ¿importaba tanto a caso la identidad del atacante de la jueza Castro como para liar la perdiz hasta casi el último respiro de la serie? (**).
(*) Vis a vis también cambió de status quo en el ecuador de su segunda temporada tras -spoilers- el asesinato de los padres de Macarena y del Sirio. De este modo se dio carpetazo a la trama de la venganza entre familias a costa de un tesoro. Aquel salto al vacío por parte de los guionistas regaló, contra todo pronóstico, un maravilloso episodio como el 2x11 gracias al nuevo arco argumental con Zulema como protagonista absoluta. Un as bajo la manga preparado progresivamente desde el 2x01.
(**) El último giro de guion revela que Juan Elías no intentó matar a su mujer Alicia Castro pero sí tenía la intención de hacerlo e incluso presenció cómo Sergio Mur se le adelantaba. Funciona como punch emocional y encima sirve para justificar el destino macabro reservado a Eva Durán, su muerte a manos de su examante.
(*) Vis a vis también cambió de status quo en el ecuador de su segunda temporada tras -spoilers- el asesinato de los padres de Macarena y del Sirio. De este modo se dio carpetazo a la trama de la venganza entre familias a costa de un tesoro. Aquel salto al vacío por parte de los guionistas regaló, contra todo pronóstico, un maravilloso episodio como el 2x11 gracias al nuevo arco argumental con Zulema como protagonista absoluta. Un as bajo la manga preparado progresivamente desde el 2x01.
(**) El último giro de guion revela que Juan Elías no intentó matar a su mujer Alicia Castro pero sí tenía la intención de hacerlo e incluso presenció cómo Sergio Mur se le adelantaba. Funciona como punch emocional y encima sirve para justificar el destino macabro reservado a Eva Durán, su muerte a manos de su examante.
Eva Durán (Aida Folch) ha sido el 'corazón' de la serie |
La serie incluso pierde cierta calidad visual en los últimos seis episodios en los que pasan tantas cosas por minuto que al final no dejan huella. Sí, me parece valiente que los "malos" acaben ganando la partida (*) y se reafirme la corrupción de la familia Elías-Castro-Saura, capaz de convivir con tantos secretos y tejemanejes pero al ser tan coherente el desenlace con la filosofía de la serie (el encubrimiento del hermano gemelo de Po, los consentidos cuernos extramaritales de Juan y Alicia, la identidad del padre de Julieta), no desencaja la mandíbula. Creo que me hubiera gustado ver aquella Sé Quién Eres de veinte episodios. Ah, que el capítulo final dure casi dos horas (exactamente una hora y cuarenta y cinco minutos) es demencial.
(*) Me viene a la mente el desenlace de Sin identidad (Antena 3) -spoilers- regalando a su antiheroína protagonista un desenlace más que satisfactorio (formando una familia) y al resto de personajes castigos más o menos duros como Amparo desterrada a su pueblo (en vez de sufrir la trata de blancas como su hermana había planificado) o Luisa negándose a sí misma una vía de escape.
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