La muerte es ese tema del que casi todo el mundo huye en una conversación o evita pensar pero muchas veces también la razón por la que numerosas series y/o películas atraen a los espectadores expectantes para ver como se va a tratar. Es más, en muchas ocasiones, los momentos más emotivos e intensos de un relato corresponden a la muerte de algún personaje y las consecuencias de ésta, como si de un comodín se tratase.
El título del post corresponde al también titulo de un capítulo de la tercera (y peor, en mi opinión) temporada de A Dos Metros Bajo Tierra , esa serie que narra la vida cotidiana de la familia Fisher, poseedora de una empresa funeraria en Los Ángeles y que además es capaz de hacértelo pasar bomba y ponerte los huevos de corbata en un mismo capítulo. El visionado de sus 63 episodios suponen una orgía de sentimientos y sensaciones a flor de piel, resulta ser el mejor antídoto contra la tristeza al hacernos sentir mejor al ver que nuestra vida no es tan jodida como la de la familia Fisher, pero a la vez tiene la misma utilidad que las canciones de Snow Patrol, deprimirnos. Y sobre todo, tiene la virtud de hacernos pensar, de incluso replantearnos nuestra propia vida al ver la de sus personajes. El cómo es muy sencillo, los guionistas se limitan a abordar los temas más personales y mundanos, como el miedo, la decepción, las ilusiones, las relaciones personales y obviamente la muerte. Y es que a pesar de sus muchas licencias como que los personajes puedan hablar con los muertos o que de un momento a otro se pongan a cantar y a bailar sin venir a cuento, tiene la grandiosa cualidad de resultar terriblemente creíble en todos sus aspectos.
En conclusión, A Dos Metros Bajo Tierra es coherencia, cohesión, empatía, maravillosa banda sonora, continuas lecciones de vida, un golpe a tu estómago y a tu conciencia, un desfile de frases punzantes que siempre recordarás por una u otra razón, el retrato maravilloso y a la vez desmoralizador de unos personajes (in)creíbles, y sobre todo, la serie de mi vida.
¿Mis personajes favoritos? Claire, Ruth y Brenda, sin lugar a dudas.
¿Mi escena favorita? Una correspondiente al primer capítulo de la cuarta temporada en la que Claire, vestida de luto, está en su cama observando unas fotos.
¿Mi frase favorita? El futuro es un puto concepto que utilizamos para evitar estar vivos hoy, asi que intenta estar aquí y ahora.
¿Pegas? Algunas, pero son tan olvidables..
¿Pegas? Algunas, pero son tan olvidables..
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