La canción 'Wasted Hours' de Arcade Fire podría resumir a la perfección el drama de 'The Hours' (Stephen Daldry, 2002), en concreto la siguiente línea: You watch the life you're living desappear - Tú ves la vida que estás viviendo desaparecer.
(Sin spoilers) El hilo argumental de la película es básicamente la vida de tres mujeres en diferentes épocas y generaciones, cuyas vidas están conectadas a través de la novela de Virginia Woolf 'Mrs. Dalloway'. Una irreconocible Nicole Kidman da vida a la propia Virginia Woolf en el momento en el que se encuentra escribiendo la ya mencionada novela en 1923. Juliane Moore es una esposa insatisfecha con su matrimonio que lee el libro en el año 1951 y Meryl Streep encarna a una editora neoyorquina homosexual; una especie de Mrs. Dalloway moderna que cuida de un amigo escritor que sufre sida. Además del trío protagonista, el elenco es una maravilla (y curiosamente muy televisivo actualmente): Ed Harris, Toni Collete ('United States of Tara'), Claire Danes ('Homeland'), Jeff Daniels ('The Newsroom'), Allison Janey ('El ala oeste de la Casa Blanca'), Margo Martindale ('Justified'), John C. Reilly, Stephen Dillane ('Juego de Tronos'), Miranda Richardson ('Rubicon', 'Parade's End') y Lyndsey Marshal ('Being Human', 'Roma').
Ahondando en los elementos narrativos de la película que la encumbran en cierto modo; el tiempo se reduce a un solo día ("Era un día en la vida de tres mujeres, y en ese día, toda su vida."), la estructura interna del relato combina tres planteamientos y nudos (llenos de paralelismos y simbolismos) que convergen en un solo desenlace, y el trasfondo es el lesbianismo y su impacto social en tres épocas diferentes de la historia.
'The Hours' es pura magia narrativa, estética y visual. El retrato de un mundo oscuro a pesar de lo esplendorosa y bonita que a veces resulta la fotografía. La vida, la muerte, el amor, la soledad, el hastío vital, la desesperación, la idea de que tiempos pasados fueron mejores, el deseo y la liberación sexual, emocional y espiritual forman una "mezcla explosiva narrativa" que no deja indiferente al espectador. En ese mundo de personajes desequilibrados, tanto emocional como mentalmente, la felicidad parece ser fugaz y momentánea; existe atisbo de mejoría pero la esperanza es una falsa luz al final del túnel. La película se asemeja a veces a una tragedia griega, donde todo personaje se ve enfrentado de manera inevitable contra el destino.
Con respecto al retrato de los personajes; están abocados al fracaso y a la tristeza, son contradictorios y confusos, viven con remordimientos ("Sería bonito decir que me arrepiento; sería fácil. Pero ¿tendría sentido? ¿Puede una arrepentirse cuando no queda alternativa"?) y comparten sus vidas con personas con las que realmente no quieren. Es por ello que necesitan huir a otro mundo, ya sea físico o no (muerte, suicidio), descubriendo otros nuevos (contacto físico entre mujeres como vía para saciar el hastío). La música, catorce composiciones de Philip Glass, impregna la película de un dramatismo mayor y es una delicia al oído que sin embargo peca de excesiva en determinados momentos.
Pero no todo son desdichas y calamidades en la película, y al igual que al final de la canción de Arcade Fire (Wasted hours that you make new and turn into a life that we can live - Horas perdidas que tú hiciste nuevas y convertiste en una vida que podemos vivir), en 'The Hours' hay personajes que logran ser felices y dejar atrás las dudas, los arrepentimientos y la muerte.
Pero no todo son desdichas y calamidades en la película, y al igual que al final de la canción de Arcade Fire (Wasted hours that you make new and turn into a life that we can live - Horas perdidas que tú hiciste nuevas y convertiste en una vida que podemos vivir), en 'The Hours' hay personajes que logran ser felices y dejar atrás las dudas, los arrepentimientos y la muerte.
"Alguien tiene que morirse para que sepamos apreciar la vida." -Virginia Woolf
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