Empecé este blog con 16 años y otro nombre (Dime que series ves y te diré cómo eres). En un principio solo hubo cabida para las series de televisión, pero más tarde amplié el contenido a todo aquello con un mínimo de ficción, incluso la propia vida. Decía Susan Sontag en Contra la interpretación que «en las buenas películas existe siempre una espontaneidad que nos libera por entero de la ansiedad por interpretar». Pero Carrie Bradshaw también decía en la excelente Sexo en Nueva York: «No pude evitar preguntarme».

domingo, 7 de abril de 2013

El nombre es lo de menos

"Don't let the name fool you" fue el lema de CBS para promocionar la tercera temporada de 'The Good Wife' cuya versión traducida al español vendría a decir: "No te dejes engañar por el nombre". Tengo cierta predilección por los títulos originales; aquellos que evocan pero no temen a la confusión, los prejuicios o el rechazo del espectador, aquellos que viven medio escondidos entre otros títulos sin personalidad y repetitivos consumidos ferozmente por la visión y la mente del ser humano, aquellos que no buscan audiencias masivas, enemigos de los blockbusters y las palomitas (de caramelo por favor). Que aburrimiento, ¡oye! Da gusto apostar por la ambigüedad y retar al espectador a descubrir el porqué de tal título; ¿Por qué (narices) John Cameron Mitchell llamó a su última película 'Rabbit Hole'? ¿Qué se fumó Diablo Cody o los mandamases creativos de Showtime para llamar a una serie 'United States of Tara'?

Sin spoilers | 'Hello I Must Be Going' entra dentro de este improvisado gusto por títulos no convencionales; cine independiente de la mano de Todd Louiso que no revoluciona el panorama audiovisual pero sí funciona como perfecto entretenimiento de hora y media mediante el deshoje de la misma historia de siempre. La fracasada en este caso es Amy (Melanie Lynskey), quien tras haberse divorciado de su marido, debe regresar a casa de sus padres. Se me olvidaba un dato: tiene 35 años y parece la versión crecidita de la Hannah Horvath de 'Girls' tanto en lo bueno como en lo malo. Pero lo mágico está por llegar... tendrá un idilio con un casi-todavía-adolescente de 19 años (Christopher Abbott), también abocado al fracaso a pesar de su aparente éxito universitario. Su pequeña e inmediata revolución amorosa veraniega será esencial para reconducir sus vidas; ambos rodeados de familiares histriónicos o fantasmas del pasado que dificultan su evolución creativa y personal como seres humanos sin ser conscientes de ello. La madre de Amy (Blythe Danner) es el mejor ejemplo de ello, más preocupada por las obras de su casa o el trabajo de su marido que por la situación sentimental de su hija. 

'Hello I Must Be Going' tiene momentos muy inspirados, construye escenas repletas de humor incómodo, muestra la catarsis a medio gas de sus protagonistas y como buena cinta indie,  hay sitio para los homenajes artísticos -el propio título es un homenaje a Groucho Marx- y una deliciosa banda sonora a cargo de Laura Veirs. Propone el eterno dilema: ¿el amor tiene edad? Parece ser que Todd Louiso es una especie de Josh Radnor, obsesionado también con el amor generacional en 'Amor y letras' ('Liberal Arts'). Dejemos que nos cuenten sus penas con tono amable y esperanzador; yo compro. 

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