Ligeros spoilers hasta el último capítulo emitido.
Hacía mucho que Fringe no lograba que se me pusiesen los pelos de punta, pero su último capítulo emitido lo ha logrado. Está claro, Fringe no necesita grandes artificios para sorprender al espectador, mas que nada, porque su mejor baza, últimamente, no se basa en la utilización (excesiva) de cliffhangers, sino en el desarrollo de sus personajes y precisamente el último capítulo ha sido el mayor exponente de esto. También está muy claro que Olivia es el centro del relato, ya que alrededor de ella se mueven el resto de los personajes e incluso los casos autoconclusivos, puesto que muchas veces ella se encarga de aportar su visión u opinión acerca de ellos, identificándose con las víctimas y aplicando lo sucedido en su vida personal. Un claro ejemplo es el de este último capítulo, al simpatizar Olivia con Eugene porque éste durante toda su vida ha estado únicamente viendo a otras personas vivir sus vidas y al tener varias conversaciones con Lincoln y Astrid acerca de si pueden soportar su trabajo, ella se pregunta el porqué de su dureza y la razón por la que aún no ha descubierto el lugar al que pertenece, llegando a dudar si se debe a los experimentos con el cortexiphan.
Cabe destacar también la relación entre Olivia y Lincoln, que además de no resultar forzosa para crear un triángulo amoroso del que ninguno de sus integrantes es consciente, está construyéndose de una forma muy bonita. Un (otro) claro ejemplo de esto son los primeros minutos del último capítulo, encontrándose de forma fortuita a las tres de la madrugada en una cafetería y manteniendo una de esas conversaciones que hacen que Fringe no sólo sea una serie de ciencia ficción. Y hablando de triángulos amorosos, creo que los guionistas saben muy bien lo que hacen, más que nada porque el formado la anterior temporada también estuvo perfectamente construido, además de tener sentido por la situación. Otra relación que me está pareciendo muy interesante es la de Olivia y Nina, ya que aunque durante todas estas temporadas, especialmente en los inicios de la serie, Olivia siempre ha dudado de Nina y Massive Dynamic, ahora el tener un paresteco más o menos familiar, hace que las confrontaciones entre ellas den más juego.
Con respecto a los Bishop, sigue sin convencerme la idea de que Peter quiera volver a su línea temporal y me resulta un poco molesto que Walter siga sin querer salir del laboratorio.
A pesar de lo dicho en el primer párrafo, Fringe no puede vivir sin cliffhangers y el de este último capítulo ha sido potente y misterioso además de relanzar a uno de los personajes más enigmáticos y menos aprovechados, Nina Sharp, por lo que estoy impaciente por que llegue enero y presenciar el esperado "sprint" de la cuarta temporada. La cosa promete.