Empecé este blog con 16 años y otro nombre (Dime que series ves y te diré cómo eres). En un principio solo hubo cabida para las series de televisión, pero más tarde amplié el contenido a todo aquello con un mínimo de ficción, incluso la propia vida. Decía Susan Sontag en Contra la interpretación que «en las buenas películas existe siempre una espontaneidad que nos libera por entero de la ansiedad por interpretar». Pero Carrie Bradshaw también decía en la excelente Sexo en Nueva York: «No pude evitar preguntarme».

sábado, 29 de marzo de 2014

La escena de la semana (XX)


Las comparaciones son odiosas, por supuesto, pero me veo en la placentera tesitura de hacerlo con '3 bodas de más' (Javier Ruíz Caldera, 2013) y '8 apellidos vascos' (Emilio Martínez-Lázaro, 2014). La comparación excluye, en este caso, el menospreciar a una de las partes confrontadas pues ambas propuestas son de alta recomendación si a uno le apetece echarse unas carcajadas. Ambas comparten género -la comedia romántica-, falta de pudor a la hora de mofarse de temas peliagudos, caras conocidas y televisivas en el plantel protagonista y excelentes cifras de recaudación. Perdónenme el vulgarismo pero '8 apellidos vascos' lo está petando; estrenada el 14 de marzo, ha conseguido una desorbitada recaudación de más de 10 millones de euros en dos semanas. Es tal el entusiasmo por parte de sus productores que ya ha sido anunciada una segunda partepoderoso caballero es don dinero... '3 bodas de más', en menor medida, también lo petó a finales de 2013: más de 4 millones de euros recaudados y 7 nominaciones a los premios Goya.

sábado, 22 de marzo de 2014

La escena de la semana (XIX)


Sin spoilers | Entre tanto fervor por el remake en la industria cinematográfica y televisiva de Estados Unidos, hace 3 años Showtime se sacó de la manga un drama familiar en mayúsculas: 'Shameless'. Sin hacer mucho ruido mediático, la serie se casca temporadas de aúpa año tras año. Se le podría achacar un excesivo retorcimiento de la realidad pero a la hora de hablar de sentimientos, es una de las series más realistas que se emiten actualmente. No hay mejor drama que retrate la adolescencia y la juventud con tal naturalidad y precisión al no haber tabúes. Su mérito se extiende también a otras parcelas de la vida misma: enfermedad, muerte, soledad, orientación sexual, pareja. Esta cuarta temporada confirma tanto la maduración de sus personajes como de la serie misma. El tono ligero y la tendencia a des-dramatizar que imperaban a veces, ha dado paso progresivamente a una mayor oscuridad. Ojo; el humor negro, la extravagancia y la irreverencia continúan presentes pero sí es cierto que ha disminuido su cuota de pantalla. El grupo de guionistas no sólo se ha encargado de dibujar personajes protagonistas con identidad sino también una serie de secundarios que con el paso de las temporadas han ido ganando un mayor protagonismo y el favor del espectador; los hermanos Milkovich, el matrimonio Kevin-Veronica y Sheila son el ejemplo de ello. Pero la mayor valía de sus escritores es el perfecto manejo de la cantidad de tramas simultáneas sin darse de bruces, además de dotar de interés y equidad a todas y cada una de ellas."Shit happens" es la frase idónea para definir la creación de Paul Abbott. El vídeo, obviamente, contiene spoilers de la cuarta temporada y condensa en pocos minutos la esencia y evolución de la relación Fiona-Lip.

domingo, 16 de marzo de 2014

La escena de la semana (XVIII)


Sin spoilers | Ya lo dice Samantha, la protagonista femenina de 'Her': «El pasado es tan sólo una historia que nos contamos a nosotros mismos». Dicha idea es explorada por la actriz y directora Sarah Polley en  'Stories We Tell' (id, 2012), una vuelta de tuerca al género documental. Ya comenté en el texto sobre el último film de Spike Jonze, lo difícil que resulta etiquetar ciertas piezas audiovisuales; este documental es el ejemplo más apropiado al no discernir su identidad ficticia de su identidad verídica. La delgada línea entre ficción y realidad se ve acompañada por una reflexión universal: la condición de ser humano y el recuerdo. Quizás lo que menos importa es la búsqueda de un secreto -a voces- familiar, sino el retrato de una mujer ya fallecida a partir de los recuerdos de sus más allegados y el impacto que dicha revelación supone para todos los miembros de la familia y por consiguiente, su interrelación. En otras manos, la historia podría haber pecado de un acentuado carácter melodramático pero se percibe un intento de neutralizar la odisea que atraviesa Sarah en la búsqueda de la verdad. Recomiendo encarecidamente su visionado pues la radiografía que se lleva a cabo de la memoria humana es digna de estudio. Plus: suenan Abraham Lass y Bon Iver.

jueves, 13 de marzo de 2014

'Looking', living la vida loca

Spoilers | Tras 7 semanas, 'Looking' se despidió el pasado domingo con la emisión de su octavo y último capítulo de la temporada. Renovada para una segunda temporada -se desconoce el número de episodios-, el retoño de Michael Lannan y Andrew Haigh ha conseguido hacerse un hueco entre la blogosfera a pesar del tibio inicio en crítica y audiencia. ¿Famoso backlash? No en mi caso. Si bien es cierto que la serie se decanta por un tono desinhibido y la des-dramatización en sus primeros pasos, es a partir del ecuador cuando los conflictos laborales y personales van cogiendo forma. Íntima, sexy, romántica, ácida... y predecible; es lo que conlleva apegarse a la realidad con tal proximidad. La sólida construcción de los personajes permite al espectador adelantarse a los hechos en muchas ocasiones. ¡Ojo!, la previsibilidad no es un rasgo que desmerecer. Es por ello que quizás el mejor adjetivo para definir 'Looking' es el de "real".

Pero no engañemos a nuestro yo más heterosexual, el factor gay es elemental en la serie pues variables como el continuo deseo sexual, la mayor libido y la promiscuidad cimientan la base de todas y cada una de las líneas narrativas. "Follando se conoce gente" podría encajar a la perfección como lema/marca; Patrick y Richie entablan algo más que amistad tras ligar en el metro y un coitus interruptus*, Dom acaba compartiendo cuchillo y tenedor con Lynn tras un primer encuentro en una sauna, hasta Agustín decide crear arte tras conocer al prostituto CJ en un bar(**). Quizás ninguno del trío protagonista se conozca así mismo -aunque ellos crean que sí- y es, a través de sus metas y propósitos, cuando logren hacerlo, ya sea saliendo de la veintena u entrando en la década de los cuarenta: la obsesión de Patrick por tener pareja, la faceta de artista de Agustín y la ambición de Dom de abrir su propio restaurante.

(*) Provocado por una cuestión de piel... o falta de ella.
(**) Éste es un ejemplo cogido con pinzas pues Agustín contempla a CJ como un mero objeto (¿objetivo?) sexual. Sin embargo, el provocar encuentros sexuales entre su novio Frank y CJ tiene consecuencias nefastas para la pareja.

El gran mérito de 'Looking' es crear un triángulo amoroso sin una arista preferible. Es más, dichas aristas  -Kevin y Richie- muestran dos versiones de Patrick. Otro mérito es dar cabida a personajes secundarios roba-escenas. Desprenderos de tabúes innecesarios y echadle un vistazo; si no os gusta, al menos comprobaréis que los homosexuales también hacen el misionero.

sábado, 8 de marzo de 2014

La escena de la semana (XVII)


Spoilers | La tercera temporada de 'Homeland' era un reto; tarea compleja el reconquistar a un público que ya había mostrado síntomas de disconformidad durante la recta final de su segunda temporada. Quemar trama fue una decisión valiente y ofreció el arco argumental más intenso de la serie pero tanto la historia como los personajes se resintieron de tal maniobra. Si ya de por sí, la serie había coqueteado con la inverosimilitud desde su inicio, los últimos coletazos de la caza sobre Abu Nazir erosionaron -aún más- la credibilidad depositada en ella por parte del espectador. Al igual que Olivia y Peter en 'Fringe', Carrie y Brody funcionaban mucho mejor cuando estaban contra las cuerdas; es por ello que el final de la segunda temporada funcionó. Tampoco ayudó el creciente protagonismo de Danna Brodry más allá de su relación paterno-filiar. 'Homeland' volvió en septiembre dubitativa y con el anuncio por parte de sus guionistas de una nueva estructura; la temporada se dividiría en tres actos, cada uno de ellos formado por cuatro episodios. El primer acto sirvió para confirmar los malos augurios; la ausencia del protagonista masculino, la deriva de la CIA, el falso careo entre Saul y Carrie y la vida sexual-amorosa de Danna fueron motivos suficientes para que muchos seguidores abandonaran el barco. Estaba claro que la mejor versión de 'Homeland' había quedado atrás pero los guionistas tenían un material decente entre manos. ¿El resultado? Ocho capítulos muy entretenidos y un final de altura: la redención y muerte del anti-héroe ante los ojos de su amada. 

lunes, 3 de marzo de 2014

'Her', el amor sin etiquetas

Sin spoilers | 'Her' (Spike Jonze, 2013) es una operación a corazón abierto. Sin previo aviso ni anestesia. Su duración se prolonga hasta las dos horas y al finalizar, uno se siente más vivo que nunca; quizás porque el cirujano -entiéndase por guionista- se ha dedicado a remover su interior sin escrúpulos. Hay ocasiones en las que una película hace revivir sentimientos que uno creía haber olvidado sentir. Hubo un momento en el que me atreví a cerrar los ojos y comprobar lo que significaba escuchar la voz de Samantha sin proyectar ninguna imagen; tan sólo un fundido en negro. 'Her' tiene el mérito de construir una de las escenas de sexo más bonitas que servidor haya visto en la gran pantalla, con tan sólo un cuerpo y dos voces. Meritorio también es la construcción de una distopía en la que la relación carnal se encuentra en decadencia; quizás porque los humanos han acabado comprendiendo que somos el arma de destrucción masiva que el Trío de las Azores nunca logró encontrar. El futuro cercano de 'Her' es cada vez más parecido a nuestro presente, es el reflejo de la realidad y el mundo más inmediatos. Pero después de sentir tal torrente de vitalidad, el post-operatorio resulta ser devastador. Comprendes que al igual que Theodore, ya has sentido todo lo que vas a sentir jamás. Y de aquí en adelante nunca vas a sentir algo nuevo. Sólo versiones más pequeñas de lo que ya has sentido.

Etiquetar resulta, a veces, tarea compleja. ¿Que géneros abarca el film? ¿Drama? ¿Romance? ¿Ciencia ficción? Etiquetar, en cierto modo, es abrazar el convencionalismo y arrastrar una serie de ideas preconcebidas que flaco favor hacen al descubrimiento de pequeñas joyas, ya sean humanas o artificiales. Me considero un sujeto atado, pero en constante lucha, a las etiquetas y a los prejuicios. ¿Un ejemplo? El cine bélico; imagino que la experiencia que viví con 'El pianista' (Roman Polanski, 2002) contribuyó a ello.

Por esta razón, 'Her' huye de las etiquetas al no ser la típica historia de amor. El factor "ciencia ficción" es mínimo e imperceptible pues su utilidad es la reflexión, no la pirotecnia; rasgo que comparte con la notable 'Another Earth' (Mike Cahill, 2011). Uno podría afirmar, a la ligera, que a Spike Jonze le gustan los extremos al combinar el drama intenso con la comedia negra y gamberra. Alternativa en el cómo, tradicional en el qué; la película habla de temas universales como el amor, el sexo, la vida, la muerte, la soledad, la amistad y el trabajo.

Algo está claro: Theodore no pone etiquetas al amor ni tampoco a su relación sentimental con Samantha.